Joanna ya anda aunque con ayuda

Joanna ya es capaz de andar con ayuda de un adulto. Tiene bastante seguridad. La coges de las dos manos -e incluso de uno- y se lanza a la carrera. No hay novedades lingüísticas. Ahora parece más interesada en explorar y correr que en mejorar su fonética y su vocabulario.

Joanna se pone de pie

Joanna ya se pone de pie en el parque y en la cuna. Sin ayuda de nadie. Esta semana, además, ha conseguido mantenerse sin apoyar las manos. Suele hacerlo cuando quiere tener un juguete en cada mano (els dos patets). Sigue charrando sin parar. Las palabras son claras en ocasiones; en otras es una especie de juego entonativo. Me recuerda a aquello del MVT de tararear sin prestar atención a las palabras en sí para practicar la entonación.

de las palabras a las frases

A finales de los ocho meses, pero sobre todo a partir de los nueve, y, especialmente, ahora que tiene diez, Joanna ha dejado su afición por decir palabras de forma clara, como papá, mamá, meme (=me gusta), tete, para comenzar a pronunciar frases que son difícilmente inteligibles, pero más cercanas a las unidades suprasegmentales. Es como si hubiese descubierto otro juego lingüístico: la entonación. Con respecto a su comportamiento gestual, Joanna domina perfectamente todo lo que ya hacía hace unos meses (cinco lobitos, tita pone un coco, en la calle 24, etc.). Sonríe y mira fijamente como antes. La novedad tiene que ver con la capacidad motora. Ha pasado de ser capaz de sentarse ella sola en la cuna (9 meses) con ayuda a sentarse sin dificultad (con una especie de giro acrobático muy divertido) y ser capaz de ponerse de pie sin ayuda (apoyando la cabeza en la pared de la cuna). Si la coges de la mano da sus primeros pasos de forma clara.

primeros gestos

El primer gesto significativo de Joanna fue la sonrisa. Al principio los bebés juegan a sonreír. La sonrisa, aunque muy temprana (a veces nada más nacer), no es significativa. Es una especie de gesto reflejo. Cuando sus ojos empiezan a ver, la sonrisa va cambiando su función. Al principio, como digo, es sólo un juego. Luego los bebés se dan cuenta que su sonrisa despierta simpatía y la utilizan para llamar la atención. “Si sonrío, me hacen caso, por lo tanto, sonreír es una estrategia comunicativa eficaz”, parecen decir. A partir de entonces, la sonrisa forma parte de sus vidas. La gente les sonríe y ellos sonríen. Lo que era una especie de gesto reflejo se convierte en una forma de comunicar. Joanneta sonríe mucho. La gente, por lo tanto, afirma: “Joanna es mu simpática”. Joanneta, por su parte, debe pensar: “además de llorar, tengo una segunda estrategia para que no me coman los leones”. El segundo gesto que me ha llamado la atención es el de abrir los brazos mientas está tumbada y pegar patadas con los dos pies al mismo tiempo. Este gesto significa, obviamente, ‘cógeme’. Comienza con el mero movimiento y si la cosa no va como ella quiere, lo acompaña con un llanto final. Este gesto es sólo para los más allegados, es decir, no lo hace con cualquiera. Sólo con su madre y conmigo.

Input bilingüe y primeros sonidos (3 meses)

Joanneta tiene un input bilingüe. Su madre y yo le hablamos en catalán (en su variedad valenciana), sus abuelos maternos también. Sus abuelos paternos, en castellano. En ocasiones su madre y yo le hablamos en inglés. Dicho esto, comienzo la descripción de sus primeros sonidos. Como todos los bebés, Joanneta empezó con el llanto como forma de comunicación básica. A partir de los tres meses Joanna comenzó a alternar los llantos y gritos diversos con sonidos que ya parecían tener una apariencia fonética. Lo primero que tengo registrado es algo parecido a lo siguiente: [‘bej] y [e:’wa]. A parte de lo anterior debo notificar que esa época Joanneta no podía mantener todavía erguida su cabeza. Su emisión de sonidos era una especie de juego en el que la diversión principal no era comunicar nada, sino oírse a sí misma y ejercitar sus cuerdas vocales. Cuando necesitaba realmente comunicarse tenía un arma infalible -que obviamente todavía utiliza- el llanto y la sonrisa. Llorar significaba: hazme caso ya; sonreír: mímame.

Fonética infantil

Muchas personas piensan que los bebés son aburridos. No hablan, no interactúan y no paran de llorar. Esta creencia –como muchas otras relacionadas con los bebés- es errónea. Los bebés no son aburridos, somos nosotros los aburridos. No sabemos interpretar sus mensajes y sobre todo no sabemos ver todo lo que nos ofrecen. Un bebé es un sistema comunicativo en formación. Es como si el Universo hubiese estallado en su famoso Big Bang y se mostrase ante nosotros para estudiarlo. Es cierto que los bebés no hablan –al menos al principio-, pero sí se comunican utilizando para ello todo tipo de mensajes. Los bebés -igual que los adultos- tienen tres mecanismos comunicativos: (a) el fonético, (b) el kinésico y (c) el paralingüístico. El mecanismo fonético es el relacionado con los sonidos. Al principio los bebés no usan más que el llanto. Pero al poco tiempo este llanto se trasforma en sonidos más o menos articulados que devienen en fonemas, sílabas y holofrases. El mecanismo kinésico es el relacionado con los gestos, posturas, movimientos, etc. Algunos los llaman lenguaje no verbal. Los niños se mueven, palpan, pero sobre todo miran. Mi hija Joanna (a la que llamamos cariñosamente Joanneta o Xiki) no ha parado de mirar desde el primer día que nació. Los bebés al principio miran pero no ven. De hecho tienen una especie de telilla que cubre sus ojos que les impide ver. Pero a los tres meses más o menos la cosa cambia. Los bebés abren los ojos y empiezan a descubrir el mundo. Sus ojos y su cerebro son nuevos y una miríada de mensajes empiezan a estimular su retina. Joanneta, que tiene unos preciosos ojos azul agrisado, ha mirado siempre tan fijamente que la gente nos paraba por la calle y le decía: “¿tú qué miras, descarada?”. Tal es su gusto por mirar que parecía que el mundo no le cupiese en los ojos. El mecanismo paralingüístico está relacionado con la entonación o, dicho de forma más precisa y genérica, con el componente lingüístico suprasegmental. Cuando enseño a los futuros profesores de ELE (español como lengua extranjera) qué deben hacer en sus clases de pronunciación para extranjeros, les digo que el Método Verbo-tonal (MVT) propone que lo primero que un estudiante de una LE debe hacer es aprender a entonar. Y justifico este consejo diciendo que los niños que aprenden su lengua materna lo hacen así. Este consejo es en parte cierto y en parte falso. Los bebés no empiezan entonando, empiezan llorando, y pronuncian primero sonidos aislados que estructuras melódicas, pero lo que sí es probablemente cierto –aunque no hay pruebas empíricas que lo certifiquen- es que los bebés empiezan su proceso de adquisición del lenguaje reaccionando a estímulos entonativos. Los padres, los abuelos y las visitas en general producen cientos de frases en las que el mensaje paralingüístico es más importante que los sonidos en sí, y sobre todo que el contenido trasmitido. Cuando tengo que explicar en la asignatura de Pragmática, la diferencia entre comunicar referencialmente y comunicar pragmáticamente siempre pongo el ejemplo de la visita al bebé de una madre que acaba de dar a luz. La frase “tu bebé es más feo que picio” es gramaticalmente correcta, y, en la mayor parte de los casos, bastante descriptiva, ahora bien, ¿hay alguien capaz de pronunciarla delante del bebé y su madre? No. A nadie se le ocurriría decir semejante blasfemia. En su lugar, utilizará frases como: “¡Qué niña tan guapa!” “¡Qué ricura de niño!” o simplemente “¡¡¡Es que me lo comería!!!”. Que traducidas al lenguaje descriptivo significa: “Me alegro de que todo haya salido bien y comparto tu alegría”. En todos estos casos, lo importante es el contenido paralingüístico. Así, en los primeros meses de vida el bebé no oirá otra cosa que frases del tipo: “Pichurrín, chiquitina, bombón, la nenita de su abuela, pero qué cosa más bonita, etc., etc.” Todas ellas son frases vacías de contenido referencial, pero llenas de contenido pragmático. Con ellas todo el entorno del bebé expresa su alegría y su amor hacia el recién nacido. Por lo tanto, sí es cierto que las primeras reacciones del bebé son ante mensajes paralingüísticos. De hecho, hay una manera especial de hablar a los bebés, y esta manera está relacionada directamente con el lenguaje no verbal, incluyendo ahora en él lo kinésico y lo paralingüístico. Se ha comprobado que sin tener ningún tipo de conocimiento previo sobre una determinada lengua, cualquiera es capaz de diferenciar cuando una madre habla a su bebé y cuando está misma madre habla a una persona diferente. Ya hable en suajili, en catalán, en japonés o en hebreo, una madre (un padre, una abuela o un familiar cercano en general) las inflexiones melódicas de la madre, sus gestos y todo su sistema comunicativo global no dejarán dudas de que esto es así. Algo parecido ocurre con los gestos. Detengámonos alguna vez y miremos la cara de los padres y abuelos.
Los bebés son, pues, interesantes. Yo diría que muy interesantes. Voy a iniciar, por tanto, una especie de diario de la evolución comunicativa de mi bebé. Mi Joanna, la de los ojos azules de mar profunda. Voy a llevar a describir la evolución de su sistema comunicativo, intentando recoger datos que pertenezcan cada uno de sistemas que he mencionado (fonético, kinésico y paralingüístico). He grabado sonidos emitidos por Joanna desde su nacimiento, y, como aficionado a la fonética, será éste el sistema al que prestaré más atención. Pero como afirma el MVT, y yo estoy de acuerdo con él, todos los sistemas están interrelacionados. No pronunciamos los sonidos aislados del movimiento de nuestro cuerpo. Hablamos con sonidos, pero también con los gestos de nuestra cara y de nuestras manos, por lo tanto, analizar sólo la fonética sería falsear la realidad. La comunicación, en la mayor parte de los casos, es tono y lenguaje no verbal.

¿Es posible compatibilizar el MVT y el Enfoque comunicativo?

Si pensamos en el EC como un enfoque centrado en el significado y el MVT como un método centrado en la forma (pues busca principalmente solucionar problemas de pronunciación concretos), ¿es posible hacer compatibles ambos métodos? ¿es posible crear actividades comunicativas que tengan detrás las propuestas del MVT?