En mi opinión, los estudiantes universitarios salen bien preparados en cuanto conocimientos (sobretodo en los específicos de sus respectivas carreras) y algo más flojos en cuanto a habilidades transversales (comunicación escrita y oral, idiomas, …). Con la reforma del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) estamos empezando a hablar de ello y espero que los nuevos planes de estudio de los futuros títulos de grado y master lo reflejen. Pero si me preguntaran cuales son los puntos débiles de la formación universitaria, yo resaltaría dos: capacidad emprendedora (emprendurismo, autoempleo, proactividad, iniciativa propia o como se quiera llamar) y creatividad. Creo que son dos aspectos muy importantes en un universitario en general, y en particular en los ingenieros (imparto clases en la Escuela Politécnica Superior). Pero, no solo no favorecemos en la Universidad el desarrollo de estas capacidades, sino que muchas veces las “machacamos”.
En julio asistí al curso de verano “Empleo, innovación y nuevas titulaciones” organizado por la Cátedra INCREA de la Universitat Jaume I. Y hago referencia a ello porque en su momento me sorprendió gratamente la existencia de la Cátedra INCREA de Innovación, Creatividad y Aprendizaje. Me parece muy importante que las Universidades nos preocupemos por la creatividad y la fomentemos entre nuestros estudiantes. Evidentemente su director no podía ser otro que el profesor Francisco Michavila.
A principios de agosto tuve noticias de la conferencia que Antonio González Barros, presidente del Grupo INTERCOM, impartió en la Jornada Emprendurismo, Innovación y Oportunidades de Negocio, organizada por el CEEI Alcoy. En el título de la conferencia, Emprendimiento, Creatividad e Innovación, volvía a aparecer el término creatividad.
Hoy he visto una presentación en el blog de Reflexiones en e-learning sobre Weblogs en la docencia universitaria de Antonio Fumero y en la diapositiva 39 habla de Modelos pedagógicos. En ella indica que estamos en el “aprendiz pasivo”, caminamos hacia el “aprendiz activo” y deberíamos tender hacia el “aprendiz creativo”.
Con la excusa del EEES, los que queremos un cambio metodológico en la forma de enseñar en la Universidad, estamos insistiendo en que se ponga énfasis en el aprendizaje centrado en el estudiante, que se tenga en cuenta que hay dos caras en la moneda y no se puede enseñar si no hay alguien que aprenda, y que hay que trabajar con metodologías que favorezcan el aprendizaje activo del estudiante ya que sólo se aprende si se trabaja.
Demasiadas señales en tan poco tiempo. A partir de este momento voy a abogar por el aprendiz creativo. Aún no tengo muy claro cómo hacerlo, pero ya os iré contando.