Los humanos como animales sociales hemos creado distintas estructuras para organizarnos y afianzar las relaciones entre los individuos de una determinada comunidad. Desde la familia a las asociaciones como espacios para canalizar la participación social. En siglo XXI, en la era digital, de las comunicaciones y del conocimiento, las organizaciones sociales han evolucionado irrumpiendo con fuerza las plataformas tecnológicas de redes sociales. Las tecnologías de la información han permitido saltar las barreras del espacio y del tiempo, acercando a las personas y han atraído millones de usuarios a sus plataformas de redes sociales, que han integrado en sus prácticas diarias la visita a estos sitios. La evolución de la filosofía de la web y de las tecnologías asociadas a lo que se ha llamado web 2.0 ha puesto a disposición de los internautas herramientas que permiten la interacción y el intercambio ágil de información. Comunicar, compartir y colaborar se convierten en la clave de estas nuevas utilidades y servicios. Las redes sociales en Internet se encuentran en estos momentos en pleno desarrollo, tanto en su número (cantidad) como en su definición y servicios que ofrece (calidad). Muchos universitarios pertenecen a redes sociales (Facebook, MySpace, Tuenti, Twitter, …) y hacen distintos usos de ellas (amistad, hobbies, …), tanto para relaciones personales como profesionales. Las redes sociales profesionales (como por ejemplo LinkedIn) permiten la búsqueda de puestos de trabajo, las relaciones con profesionales del mismo sector, el intercambio de información e ideas y los contactos con expertos con los que compartimos intereses. Una red social es combinada si la comunicación en línea se enriquece con eventos presenciales cara a cara que refuerzan la comunidad. Los dos elementos de la mezcla se complementan el uno al otro.
Las Universidades no son ajenas a este movimiento social (de hecho surgieron en ellas) y están debatiendo sobre el interés de las mismas para una universidad, las ventajas que aportaría y el uso que se les puede dar. Existen distintas experiencias de Universidades que tienen creada su red social. Las soluciones son variadas, desde universidades que han apostado por tener presencia en redes sociales existentes, hasta otras que han montado su propia plataforma de red social, e incluso quienes han evolucionado sus campus virtuales hacia modelos abiertos complementándolos con servicios y herramientas 2.0. Pero sea cual sea el modelo que se elija, lo que está claro es que las universidades debemos caminar en este sentido.
La red social de la Universidad permitirá reencontrarse con antiguos compañeros, mantener el contacto con los actuales y establecer relaciones personales y profesionales con otras generaciones de estudiantes de la Universidad. Esto permitirá definir la figura de miembro de la comunidad universitaria como aquella persona que en algún momento y por alguna circunstancia ha estado vinculado a la Universidad, y a la que siempre permanecerá unido. Al mismo tiempo que permite relacionarnos con futuros estudiantes cuando aún no han llegado a nuestras aulas. Esto incluiría la concepción del alumno como un continuo a lo largo de todas las etapas (previa a la universidad, en la universidad y tras la universidad). Cada etapa tendría sus características particulares, pero en todo momento la persona debe percibir que forma parte de una comunidad, en la que puede participar y de la que recibe servicios.
Pero en cualquier caso, la red social debe complementarse con encuentros reales para complementar y potenciar las relaciones personales. Siempre es agradable conocer en persona a alguien con el que has compartido experiencias en la red.