2015, Año de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz.
A comienzos del siglo XIX la luz, la electricidad y el magnetismo eran considerados tres fenómenos independientes. Mientras que el interés por la óptica estaba justificado por su aplicación a la construcción de instrumentos ópticos, los fenómenos eléctricos y magnéticos podían resultar interesantes para los científicos, pero carecían de trascendencia al no haber dado lugar a aplicaciones prácticas. En el artículo La unificación de luz, electricidad y magnetismo: la “síntesis electromagnética de Maxwell”, publicado en la Revista Brasileira de Ensino de Física, y tras una breve descripción de la situación de la electricidad, el magnetismo y la óptica a comienzos del siglo XIX, se presenta la unificación de la electricidad y el magnetismo con figuras como Oersted, Ampère y Faraday, y se concluye con la “síntesis de Maxwell” de la electricidad, el magnetismo y la luz, de tanta relevancia como en su día fue “la síntesis newtoniana” de la física de los cielos y la física terrestre. Esta “síntesis de Maxwell” constituye uno de los mayores logros de la física, pues no solamente unificó los fenómenos eléctricos y magnéticos, sino que permitió desarrollar toda la teoría de las ondas electromagnéticas, incluyendo la luz. A partir de Maxwell, otra parcela de la física hasta entonces independiente, la óptica, quedó en cierta mediada englobada en el electromagnetismo.