El Proyecto Manhattan fue una reacción estadounidense a la creencia de que los físicos alemanes estaban desarrollando la bomba atómica. El Premio Nobel de Física alemán tuvo un papel controvertido y, a veces, poco claro en esta historia
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, Alemania era una potencia mundial en el campo de la Física; sin embargo, cuando Hitler comenzó a perseguir a los judíos, muchos de los científicos que habían hecho brillar a Alemania, que eran de origen judío, decidieron exiliarse y marcharon fundamentalmente a Estados Unidos.
Pero otros físicos eran considerados totalmente «arios» según la doctrina nazi. Uno de ellos, Werner Karl Heisenberg, nacido a finales del primer año del siglo XX en la ciudad bávara de Wurzburgo. A Heisenberg le fue concedido el Premio Nobel de Física del año 1932 (era muy joven, aún no había cumplido 31 años) por sus contribuciones fundamentales a la nueva Física Atómica que estaba surgiendo y utilizando para ello la Mecánica Cuántica como herramienta. Esa nueva Mecánica no sólo estaba cambiando nuestra forma de entender el mundo atómico y subatómico, sino también produciendo un cambio de paradigma en nuestro conocimiento del mundo que nos rodea, siendo imposible medir la posición y la velocidad de una partícula elemental con total exactitud: El «principio de incertidumbre» de Heisenberg. Cualquier proceso de medida modifica la magnitud que se desea medir. En el mundo microscópico debemos abandonar el concepto de causalidad, pasando del determinismo clásico a una interpretación probabilística.
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