Hace tan sólo año y medio me imaginaba las posibilidades de los que por entonces se anunciaban como los libros del futuro: todas las referencias posibles en un terminal y capacidad de mostrar infinidad de libros y documentos. Bacores. Poco se hablaba por entonces de por ejemplo poder leer la prensa diaria o tener acceso a internet y poder por ejemplo recibir y enviar mensajes de correo con archivos adjuntos a través de esas pantallas a las que muchos les gusta llamar ebooks. Estas navidades parece que ya interesa venderlos. A mi siguen sin convencerme. Me refiero a los libros electrónicos a secas, con sólo capacidad para almacenar miles de tomos en minúsculas pastillas de memoria y mostrarlos a través de una pantalla lcd que, repito, puede dañar la vista y podría causar daño ocular. Prefiero leer en papel y pienso que me puede resultar incómodo el brillo de la pantalla con el consiguiente daño ocular y pérdida de visión.
Pero la tecnología avanza más rápidamente que su utilización por parte de la sociedad y los individuos que la conformamos. Los libros electrónicos ya están pasados de moda, son una cosa hortera que no ha encontrado su hueco en el mercado, inútiles para la mayoría de los ciudadanos, como las pdas. Quizá al repartidor de ups le haga su papel una pda cuando entrega un pedido o a un comercial que tiene que anotar visitas y ventas en complejas tablas para luego hacer consultas e informes impensables.
Pero ahora, sólo dos años después del conocimiento de la existencia de esos ebooks, y por 12 euros al mes puedes disponer de tarifa plana en el teléfono móvil para conectarte a internet donde y cuando quieras. La pantalla puede ser igual de perjudicial para la vista que la de un ebook al uso, además es más pequeña, y la tecla de navegación del teléfono me está atrofiando el pulgar de la mano derecha. Pero dispones de acceso a internet en el bolsillo, a cualquier hora del día y en cualquier lugar, a través de la red del operador de telefonía o a través de redes wlan. (pienso que este es el tipo de tecnología, las redes inalámbricas, las que deberían instalar en los coles públicos para conectar los terminales y dispositivos portátiles de los alumnos en un futuro, no sé si próximo). Puedes añadirte al navergador canales rss, leer en el autobús o metro la prensa de cualquier parte del mundo (paradójicamente he vuelto a comprar prensa en papel los sábados y domingos), entrar en facebook, chatear (no sé muy bien lo que es pero se oye mucho), ver videos en youtube, participar en redes sociales (esto lo veo más orientado a la juventud), twittear lo que quieras, consultar el DRAE de la lengua, tener los diccionarios que desees (a nivel educativo esto me parece la leche), incluso con módulos de voz que pronuncian las palabras indicadas, instalar traductores y la versión del adobe reader para el móvil y poder leer documentos en pdf, sí, es incómodo pero en alguna ocasión y para ver algo puntual puede ser útil, como el quickoffice que permite abrir y trabajar con documentos en word, excell y power point en el móvil. Repito que, es incómodo y puede provocar lesiones en la vista y el pulgar de la mano pero para un momento puntual puede ser de utilidad. En mi humilde modo de entender las cosas, si estás varias horas frente a cualquier pantalla, ya sea de televisión, de ordenador, de ebook, de pda, de nds, de psp, de móvil o de lo que sea puede tener consecuencias perjudiciales para la salud. Es como los huevos fritos, si te comes uno o dos no pasa nada, pero si te comes cuarenta … Pero de ahí a pretender justificar la ausencia de las NTIC en la enseñanza pública obligatoria hay un abismo conceptual y de actitud y puede que también de aptitud.