La simetría no existe, la única verdad es la asimetría. No hay dos flores iguales en todo el universo, dos copos de nieve
semejantes ni mucho menos dos personas idénticas. Buscar nuestro doble en el mundo es buscar la fuente de oro al pie del arco iris. Es más, dentro del propio cuerpo humano, obra suprema de la naturaleza, tenemos un brazo y una pierna más larga o corta que la opuesta, un ojo más abierto que otro o un pecho más voluptuoso y otro más pequeño. Ni siquiera el Hombre de Vitruvio que ilustra el artículo anterior insertado en su cuadrado y su círculo geométricamente perfecto y siendo canon de proporciones anatómicas alcanza la pureza absoluta si lo observamos a la micra y si no que se lo pregunten a la “doña perfecta” de la Mona Lisa y que ella misma nos explique la ausencia de continuidad que hay en el escenario a sus espaldas.
La naturaleza es sabia pero no es perfecta. Después de toda una eternidad intentándolo ha sido incapaz de crear dos cosas iguales, ni siquiera por error. Y a aquellos que creen que sí que lo es que me expliquen cómo es que ha sido capaz de crear un ser como el humano que se empeña en autodestruirse y destruir a la propia naturaleza.
Los errores y las irregularidades son belleza. Los cánones están para ir contra ellos, lo cual no quiere decir que no sirvan de nada sino todo lo contrario, son indispensables para, por oposición, descubrir lo verdaderamente bello. Si no es así los retoques de Photoshop o las falsas modelos (¿modelos de qué?) no son solo un error sino un atentado contra la naturaleza y por lo tanto contra cada uno de sus resultados es decir contra cada uno de nosotros y contra cada uno/a de ellos/as. ¿Por qué lo son si al fin y al cabo también son obra de esa misma naturaleza? Porque pretenden dar muestra de lo que no son, porque su presunta perfección no es otra cosa que el miedo humano a no aceptarse tal como es y porque a pesar de llamarse “modelos” de lo único que son ejemplo es de un ideal irrealizable al que ni ell@s ni nosotr@s podremos llegar. Porque si aceptamos que cada uno es diferente ¿por qué la belleza tiene que seguir ciertos preceptos? ¿Cómo pretendemos convertir lo heterogéneo por esencia en homogéneo por decreto? ¿Por qué imponernos esta condena a ir contranatura?
La imperfección y la asimetría son lo puramente natural. Cada individuo es tan irrepetible como solo el tiempo lo sabe ser. Si aquellas o aquellos modelos dejasen de serlo su belleza eclipsaría los focos de cualquier pasarela.
Al fin y al cabo la metódica forma con la que la naturaleza produce elementos tan sistemáticamente diferentes solo puede ser resultado de una superior perfección. La forma en que estos resultados son tan enteramente diferentes y por el contrario igualmente bellos, la forma en que se contraponen y complementan la forma de ver entender el mundo, eso también es pura simetría.
escribir sobre todo de lo que tenga que ver, precisamente, con pensar. Ese sapere aude de Kant pienso que es la filosofía de este rinconcito del mundo que puede que poco a poco deje de ser un rinconcito para convertirse en toda una manzana imperial al estilo Wall Street, aunque mucho me temo que esto último nos dé bastante lo mismo, porque simplemente vamos a exponer y serigrafiar con palabras y frases lo que pensamos acerca de lo que sea, cualquier tema, porque todos los temas son importantes. Y es que, en realidad, la vida, se puede entender, es más, es, un todo y muchos todos al mismo tiempo. Y en origen todo ello tiene que ver con la simetría, que es de lo que vamos a hablar hoy.
La piratería es delito. Ese es el mensaje final de los “spots” que vemos en los cines. Transmitir datos y compartir archivos es robar ideas originales de autores que con su sudor han creado una idea original, ¿no te da vergüenza?
El segundo gran bastión al que la política de la SGAE se acoge es el factor económico. Este aspecto, que parece quedar casi velado tras otros recursos dialécticos de gran renombre es quizá uno de los que más les preocupa, de hecho ya traté de adelantar que en este sentido los de la SGAE han dado muestras de su alto nivel en cálculo al pronosticar las menguas en su pastel como consecuencia de la irrupción de Internet en lo que ellos han rebautizado como “industria musical”.
La cultura debe ser gratuita, debe circular libremente y ser accesible para todos. Sus autores habrían de ser filántropos o funcionarios, añadiría. Ese es el ideal en el que nos deberíamos mover pero, reconociendo que lamentablemente estamos muy lejos, lo trataré desde la cercanía y calidez que nos aporta nuestro mundo capitalista.

