¡4, el Robocop!… ¡Perrea, perrea!

…o al menos eso debía tener en mente el dueño de este perro, que le inventó un “Robocop” lanzador de pelotas de tenis para que se entretuviera. Ojo, que el perro sabe exactamente cómo utilizarlo, es para verlo…

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¡Auuuuuuuu!

AullidoEl aullido es una señal auditiva que consiste en un sonido continuo cuya duración varía de uno a once segundos y que fluctúa en un rango de 150 a 780 ciclos por segundo (Hz). Esta vocalización es mucho más frecuente en los lobos que en los perros, debido a los diferentes estilos de vida de los lobos con respecto a sus parientes domésticos.

El aullido tiene como principal función decidir y coordinar los movimientos de la manada, desde las travesías hasta las cacerías. El perro que es alimentado y sacado de paseo por su dueño no tiene necesidad de organizar el grupo y por lo tanto habitualmente no tiene grandes motivaciones para emitir esta vocalización.

No obstante, los perros suelen aullar en dos circunstancias bien definidas. Una de ellas ocurre cuando un perro es dejado repentinamente solo. La soledad estimula la emisión del aullido, que tiene la misma función que en los lobos, es decir, reforzar la cohesión del grupo. En la vida salvaje el resultado del aullido de soledad es atraer a los otros integrantes de la jauría; sin embargo, los perros de la ciudad raras veces consiguen que sus propietarios acudan en su búsqueda, sino más bien que los vecinos se enojen.

La segunda circunstancia también frecuente en las manadas de lobos acontece cuando el aullido de un individuo estimula a que otros congéneres emitan la misma vocalización con la consiguiente formación de un coro. Esto se debe a un fenómeno denominado “facilitación social”: el comportamiento de un animal funciona como estímulo para el desencadenamiento del mismo comportamiento en otros animales. Por eso cuando un perro aúlla frecuentemente es acompañado en su manifestación por el resto de los perros de¡ vecindario. Más aún, en las grandes ciudades es habitual que los perros comiencen a aullar al oír el sonido producido por las sirenas de las ambulancias, los bomberos, etcétera. Esta actitud se debería presuntamente a que los perros interpretan que corresponden a un mensaje emitido por algún congénere.

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