Alejandra es estudiante de Grado en Matemáticas, tutora de su madre, cuidadora de su abuelo materno y de un hermano pequeño. Además administra el negocio familiar y se ocupa de la casa (limpieza, comida, etc.). A menudo se reune con clientes, abogados y cuando los cuidadores de su abuelo descansan, se hace cargo de él, normalmente los fines de semana. Su madre, con una enfermedad mental, a veces se la “lía parda”, la casa hecha un desastre cuando Alejandra no se ocupa y su padre vive en su mundo y no le sirve de ayuda. Su pareja se agobió y decidió terminar la relación. En sus estudios, Alejandra cursa las últimas 9 asignaturas. Le gustaría terminar este año académico pero comenta que entre que coge el autobús para venir a la universidad y que tiene las tareas familiares, no le queda mucho tiempo para el estudio y, el poco que tiene se ve perturbado por las preocupaciones y gestiones de su familia. Afirma que su memoria está disminuyendo.
Más que estudiante, podríamos decir que Alejandra es una superwoman, y muchos estarían de acuerdo.
El volumen de ocupaciones y el desgaste al que está sometida le deja muy poco tiempo para estudiar y, sin embargo, su rendimiento en los estudios es más que aceptable. Podría haber terminado antes la carrera, sí, pero desatendiendo las necesidades de su familia. Podría estudiar más, sí, pero sin atender el sustento familiar, y ahora estarían en el umbral de pobreza.
La principal razón de su sensación profunda de falta de memoria es debida en parte a su poco tiempo para estudiar y en parte a su angustia. El estrés familiar al que está sometida unido a su ansia por terminar los estudios y encontrar una salida laboral acorde, alimentan esa sensación y su ansiedad. El coctel perfecto para que su atención disminuya cuando estudia y por tanto baje su recuerdo a largo plazo, creando esa falta de memoria de la que se queja.
Mis consejos han incidido en:
- Hacerle ver que su objetivo final permanece intacto, que es el plazo de tiempo el que puede variar. Su constancia dará los frutos.
- Que practique un poco de higiene mental, distribuyendo los tiempos para la familia, para los asuntos económicos, para los estudios y para el ocio y sus necesidades. Que esboce un horario e intente cumplirlo en su mayor parte.
- Dado que ocupa tiempo considerable en visitas y traslados, que aproveche para “sacarse las chuletas” y repasar contenidos que haya trabajado en otro momento. La evidencia científica afirma que son más efectivos que sesiones maratonianas en la biblioteca.
- Que se rodee de compañeros que le animen a estudiar y que puedan resolverle dudas si es necesario.
- Que valore adecuadamente lo que ha conseguido hasta el momento y se mantenga firme en su propósito.
¿Te animas tú a darle algún consejo en los comentarios?