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La educación de la futura reina de Inglaterra

La educación y la cultura que adquiere Catalina será unos de los rasgos más importantes en esta reina que la diferencia de otras de su tiempo. Su educación fue compartida con todas sus hermanas, en el caso de Isabel después de enviudar siguió su  educación junto con Juana bajo las directrices de Beatriz Galindo.  Hay que hacer notar que Catalina y sus hermanas eran hijas de una de las mayores humanistas, Isabel la católica, esta reina era  mecenas de las artes e impulsaba la educación en las mujeres.

La hija de Lebrija, María Pacheco junto con Lucía Medrano también fueron muy importante en la educación de estas niñas.  María y la pequeña Catalina en un principio empezaron con el latín  y la prosa así como tareas más domésticas como era el bordado.   Pero si sus maestras fueron importantes en la educación van a entrar en escena unos personajes muy destacados en el tiempo y que van a ser los verdaderamente relevantes en la educación de la infanta. El cardenal Mendoza junto con el cardenal Cisneros que contaba con un libro de Francesc Eiximenis, “El carro de les dones” .

En su formación aprendió latín, griego, con la ayuda de los hermanos Geraldinis conoció la poesía de los clásicos. También estudió derecho canónico y civil, así como heráldica, historia,  equitación y cetrería. Erasmo de Rotterdam y Luís Vives consideraron a Catalina como un milagro de la educación femenina. Finalmente no hemos de olvidar que también aprendió las tareas de una mujer de la época, sabía bordar, coser, tejer, cocinar, baile, música y dibujo.

Una educación que como podemos comprobar es mucho más completa que a la que se suele otorgar a una mujer de la época, puesto que pese al alto rango de la joven Catalina esta formación no solía ser habitual y va a ser una de las condiciones que la resalten y la diferencien de las demás reinas de la época. Una futura reina con bastante cultura y estudios, así como modales.

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Thomas More y el divorcio.

Es imposible hablar de la vida cultural de la corte inglesa sin hablar de uno de sus mayores exponentes: el humanista, teólogo, poeta y canciller Thomas More, más conocido entre los hispanohablantes como Tomás Moro. Este londinense nacido el 7 de febrero de 1478 pasará a la historia por su conocida obra Utopía (Dē optimō reī pūblicae statű dēque novā īnsulā Ūtopiā, en latín). Inspirado por las ideas erasmistas no sólo fue una de las figuras importantes dentro de la política de Enrique VIII sobre todo tras la caída en desgracia del cardenal Wolsey. Sin embargo, poco tardará el humanista en ganarse el descontento del rey respecto al tema del divorcio.

Dicen que en un primer momento Moro se abstuvo de hacer cualquier comentario respecto a tan peliagudo tema alegando que no era un teólogo lo suficientemente capacitado como para ayudar al rey en sus propósitos. Una vez se encargaron otros teólogos y redactaron unos escritos el encargado de leerlo fue Moro quien, al ser interrogado por el rey respecto al asunto, contestó:

-Yo hubiera querido poder dar a mi Rey una nueva prueba de mi adhesión; pero leyendo las actas y las opiniones de los teólogos, mi conciencia está encadenada, a pesar del respeto que sus luces me merecían. En cuestión tan grave, que interesa al reposo de mi alma, permitidme que me abstenga de dar mi opinión

A partir de ese momento se marca una punto de inflexión entre la relación del rey y su canciller.La dimisión de Moro quizá precipitó los acontecimientos llegando el trágico destino del humanista en 1535, año en el que no sólo es acusado de traición sino que muere decapitado el 6 de Julio.