A pesar de que el sistema de Ptolomeo estaba asentado desde el siglo XIII en la Europa medieval, se sintió la necesidad de un sistema astronómico que pudiera describir los fenómenos y las trayectorias reales de los cuerpos celestes por el espacio. Asimismo, tenían el deseo de reformar el calendario y las demandas prácticas de la Astrología y la Navegación, ya que los anteriores métodos habían quedado obsoletos.
Por ello, algunos escritores medievales, como Oresme o Nicolás de Cusa, sugirieron alternativas al sistema geostático como una descripción del dato físico. También el italiano Celio Calcagnini propuso de una forma vaga una teoría basada en la rotación de la Tierra en los primeros años del siglo XVI. Sin embargo, fue Copérnico el que elaboró un sistema que podía reemplazar el sistema geocéntrico de Ptolomeo.