Dominar la luz por medio de cristal líquido. Este es el objetivo que pretenden investigaciones de la Universidad de Alicante con la finalidad, entre otras, de buscar nuevos sistemas informáticos de almacenamiento de datos que multiplicarían por mucho las capacidades ahora existentes, o de fabricar lentes que podrían sustituir a las tradicionales con ventajas de ligereza y adaptabilidad. Los cristales líquidos son materiales orgánicos fluidos pero con características similares a las de un cristal sólido, un diamante por ejemplo, con los que comparten la propiedad de que sus moléculas mantienen un orden geométrico. Sin embargo, a diferencia de aquellos, en los cristales líquidos su orientación les permite variar la forma en que la luz los atraviesa o los refleja. Están en la base de dispositivos hoy plenamente comunes, las pantallas denominadas LCD que se emplean desde en teléfonos móviles a televisores. Según describe Andrés Márquez, profesor de Física Aplicada y miembro del grupo de investigación de la UA Holografía y Procesado Óptico, estos cristales tiene propiedades que les permiten modificar el comportamiento de la luz en tres aspectos: su velocidad del propagación, lo que afecta a su dirección, la proporción en que es absorbida o reflejada y el sentido en que vibra.
La velocidad de la luz, que es una constante universal cuando se trasmite en el vacío, se reduce según las características del medio por el que atraviesa, lo que a su vez altera su dirección. Este fenómeno está en la base del principio de las lentes ópticas. El cristal líquido también puede eliminar alguno de los sentidos (longitudinal, vertical u horizontal) en que vibran sus ondas, es decir, polarizarse, propiedad que también está en muchos dispositivos ópticos (hasta el suelo al reflejar la luz ejerce un efecto polarizador, explica Andrés Márquez). Y, haciéndose el cristal más opaco o más transparente, puede variar la intensidad luminosa, haciéndola más brillante o más oscura.
Los ensayos que se realizan en la UA se basan fundamental en la aplicación de diferentes voltajes y campos eléctricos sobre pantallas para fines experimentales disponibles en el mercado. Se logra con ello modificar la disposición de las moléculas del cristal líquido. “Es como cambiar la orientación de una pelota de rugby. Según esté vertical u horizontal la luz actuará sobre ella de forma distinta”, indica. El destello que se utiliza es de láser, es decir, luz de una única longitud de onda. En los laboratorios de la UA para estos experimentos se usan diferentes dispositivos científicos y ópticos para actuar sobre la pantalla. El objetivo de estos investigadores es demostrar que esa respuesta del comportamiento que buscan es factible. Su posible desarrollo vendría después.