El tethering a través de joikuspot de mi N85 que ya tenía cinco añitos lo he sustituido por un punto de acceso móvil de la versión 2.3.6 de android, instalada tras rootear el terminal y liberarlo. En la anterior versión de android de este Smartphone gt-s5570, 2.2.1 creo recordar, no era posible conectar el ipod 4g mediante wifi hotspot, pero en la nueva versión, conocida como Gingerbread es fácil y rápido, incluso parece que consume menos datos que mi ya descargado N85. Aunque tengo buenos recuerdos del Nokia. La causa de la muerte fue la desconexión de la entrada que permite la carga y la sincronización de datos por medio del Nokia Suite. Existe una opción por medio de cargadores directos de la batería que descarté por lo engorroso del método y por disponer de un Samsung desprovisto de SIM, anclado a una compañía que ha ido a peor. A punto estuve de recurrir a servicios de liberación por IMEI, que por un módico precio dicen que te desbloquean el aparato, pero no quieren saber nada si te actualizas el android (cosa lógica y recomendable), te equivocas de procedimiento o no te funciona el código.
La conectividad de estos aparatos, léase teléfonos de pantalla más o menos grande y tablets o ereaders o ebooks o ipads, está adquiriendo niveles si no alarmantes al menos preocupantes. Una cosa es tener instalado en el terminal una aplicación que te permite comunicarte por medio de mensajes con tus contactos y otra estar mirando la pantalla constantemente para comprobar si te han enviado alguna notificación. Las apps parece que se pueden sincronizar en tiempo real o cuando el usuario se lo indica. Si lo hacen a cada momento tu cabeza puede no parar de pensar en el tuitter, en el facebook, en el correo electrónico,… Una cosa es estar permanentemente conectado y disponible y otra no poder pensar o hacer otra actividad.
Con los libros electrónicos puede ocurrir algo parecido. Disponer de una ingente biblioteca de libros y documentos en el bolsillo o la mochila puede nublarnos la cabeza hasta el punto de no saber qué leer o no disfrutar de lo leído. Como esos grupos de adolescentes o parejas de enamorados que comparten mesa pero cada uno mira su pantalla a través de la cual se comunican con el exterior, el phubbing le llaman ya, y como toda patología debe requerir cura y medidas frente a recidivas. Medidas que no creo que pasen por impedir el acceso de la mayoría de la población y del mercado a unos servicios que hasta hace poco eran impensables.
Termino con la idea del nuevo touch id, habrá que seguir su evolución, aunque una aplicación práctica puede ser la utilización del terminal en función del usuario, mostrando por ejemplo una u otra biblioteca, de libros, o unas concretas aplicaciones o archivos, aunque eso podría hacer viajar la huella con el riesgo potencial que eso supone, a estas alturas.