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To be or to be

http://zachary-jones.comHablando de todo un poco con un  crack que tengo por amigo acabamos desembocando en lo que podríamos describir como las grandes preguntas que, cuando no tienes cosa mejor, te sueles hacer. Como no nos juntamos tanto como debiéramos habituamos a repetir temas como los viejos compañeros que recuerdan anécdotas de la mili o de la juventud en general, algo que por cierto también solemos hacer aunque ninguno haya hecho el servicio militar. En una de estas conversaciones ya tocadas le descubrí reflexionando sobre lo que en otra anterior yo mismo le había comentado “¿te has dado cuenta de que en inglés como en otras lenguas no existe la diferencia entre ser y estar? En inglés se emplea el to be como en alemán el sein etc…” He de reconocer que en principio el comentario alimentó mi vanidad y me sentí incluso orgulloso hasta que me di cuenta de que él verdaderamente había reflexionado sobre eso mientras que yo tan solo lo había apuntado.

La diferencia entre ser y estar es tan tremenda que nos resultaba llamativo que en otros idiomas no se empleasen palabras diferentes sino que lo dejasen al matiz del contexto en que se formula. Estar es transitorio, es temporal y además indica lugar, pero por si esto fuera poco se emplea para lo que se dice de alguien: tal o cual persona está bien, mal, enferma… Por el contrario ser implica la propia existencia intrínseca del sujeto. No hay mayor declaración de intenciones ni principio más básico que la formulación “yo soy” mientras que el “yo estoy” puede resultar del todo más banal. Podríamos llegar a pensar que el estar es la proyección de nuestra imagen hacia el exterior, hacia la sociedad mientras que el ser es la reflexión interior y la idea del yo de cada uno. En este sentido llegaríamos al conflicto entre el ser o la idea de yo diferente al estar en la sociedad o a lo que somos en ella. Este interesante conflicto psicológico es solo uno de los que nos puede evocar esta disfunción lingüística porque visto de otra forma el estar formulado en primera persona no deja de ser un ser que aunque transitorio es ser al fin y al cabo. Cuando digo yo estoy y cualquier cosa a continuación esta no deja de ser algo propio, una reflexión temporal de lo que en ese momento soy y que no por dicha temporalidad deja de ser menos cierta que la formulada a partir del soy. Y si este sentido tanto tiene que ver ser con estar, ¿es tan descabellado emplear el mismo verbo? Bueno ahí creíamos coincidir en que la riqueza del lenguaje nunca está de más dado su propia imperfección y que a más matices más palabras no debe ser una fórmula del todo desencaminada.

De estas y otras cosas nos quedamos reflexionando largo rato sin pensar si en ese momento éramos o estábamos, si nos proyectábamos o si nos manifestábamos, si actuábamos o si éramos auténtica y completamente libres o creyéndonos libres de las cuestiones hacia nosotros, libres del yo y del nosotros.