Una piedra en el camino

Hace unos días, unas amenazantes grietas bajo el macho del Castillo de Santa Bárbara, en plena cara del moro del Monte Benacantil, desataban la alerta de las autoridades municipales. Apenas unos días más tarde, y como consecuencia de las precipitaciones caídas en la ciudad, aparecía de nuevo una piedra en el camino, más concretamente en el del TRAM, a su paso por las estribaciones de la Serra Grossa. Los que conocemos la zona y –aunque sea vagamente- sabemos cómo se comportan las rocas, no nos hemos sorprendido en absoluto de este suceso.

La piedra en el camino del TRAM

Ambos casos, extrañamente muy próximos en el tiempo, guardan algo en común: se trata de riesgos naturales asociados al terreno que pueden afectar a asentamientos humanos o infraestructuras. En definitiva, a nosotros mismos.

Si esa misma roca hubiera caído en un lugar deshabitado o poco frecuentado nadie se hubiera alarmado, es más, ni siquiera nos habríamos dado cuenta. Pero incluso en estos dos sucesos que sí hemos advertido, da la impresión de que inconscientemente asumimos con resignación que estamos a merced de la caprichosa naturaleza, al igual que ocurre cuando nos sacude un terremoto o nos cae encima un diluvio que anega la ciudad en un instante.

Sin embargo, estas situaciones pueden atajarse a tiempo actuando sobre el medio. Existe la ciencia y la tecnología necesaria para determinar si estamos ante un verdadero riesgo que pueda ocasionar pérdidas materiales o incluso de vidas humanas. Existen profesionales con una amplia formación técnica -destacando los Ingenieros Geólogos, titulados formados en la Universidad de Alicante- capaces de analizar la calidad de un macizo rocoso y determinar las medidas de consolidación necesarias, si es que se requieren.

El problema, como en tantos otros casos, es el desconocimiento general de que dichos problemas tienen solución, de que existen profesionales e investigadores que pueden estudiarlos y resolverlos. Y no hay que irse fuera del país ni de la provincia para encontrarlos: de hecho, se forman apenas a unos kilómetros de donde está usted, en nuestra propia universidad

Publicado en Diario 20 MINUTOS (05/10/2007)