A través de los programas políticos y artísticos del Antiguo Régimen, la literatura francesa se convirtió en dominante en las letras europeas del siglo XVII. Los reyes estimularon y protegieron la creación artística. La monarquía absoluta impuso reglas precisas en literatura, siendo trascendental la creación de la Academia Francesa para la Lengua y la Gramática, por Richelieu en 1635.
Destacaron 2 autores, por encima de los demás. El primero fue Cyrano de Bergerac (1619-55) , con su obra más famosa, “Historia cómica de los estados e imperios de la Luna” (1657) , una curiosa obra entre satírica y de ciencia-ficción, innovadora de la época. La segunda autora destacada fue la Condesa de La Fayette, también conocido como Madame La Fayette (1634-1693), novelista psicológica y realista. Tras la publicación de las novelas La princesa de Montpensier (1662) y Zaïde (1670), ambas de corte tradicional, La Fayette se interesó por la novela histórica y emprendió la redacción de Historia de Enriqueta de Inglaterra, inédita hasta 1720. En 1678 apareció su obra cumbre, La princesa de Clèves; ambientada en la corte de Francisco II, el penetrante análisis psicológico de los personajes la convierte quizás en la primera novela moderna en lengua francesa.
También destacaron en prosa las “Máximas”, reflexiones breves de François, duque de La Rochefoucauld (1613-1680), una colección de setecientos epigramas que constituyen un hito del clasicismo francés.ompuesta por setecientas sentencias morales breves y sutiles, las Máximas (que conocieron cinco ediciones entre 1665 y 1678) presentan una fuerte unidad por su pensamiento dominante y sin cesar repetido: el amor propio y el interés se dibujan en el fondo de todas nuestras acciones, de los sentimientos y de la denominada virtud.