DUATO, Nacho. El placer de la danza. Madrid: Editorial Síntesis, S. A. pp. 141. ISBN: 84-9756-276-3
He comprendido lo importante de tomar distancia con respecto a mis ideas y de aceptar ideas de los demás para el enriquecimiento de mi trabajo y para la búsqueda de nuevas fronteras.
Vaciarme de mí mismo y llenarme con las aportaciones de los demás.
En definitiva, siempre lo he pensado pero, de alguna manera, en estos últimos meses se me ha hecho más patente: la creación es un acto de amor.
Ahora transpiro más a causa de querer comunicarme con ellos que de mostrar físicamente lo que quiero. Transpira más mi corazón que mi piel. Realmente lo importante no es sólo el resultado final sino el proceso, proceso que se comparte con los demás.
Nos encontramos con estas sabias palabras del artista en las páginas 88, 89, 90 y 91 de su libro El placer de la danza, donde reflexiona acerca de la comunicación que debe existir con el resto de personas y, sobre todo, con sus bailarines, a la hora de crear una obra, dejándose aconsejar y no imponiendo sus propias ideas, además de compartiendo momentos con el resto. En estas confesiones vemos el lado más humano de Nacho Duato, y, por lo que se intuye, debe ser un tremendo placer para sus bailarines trabajar con el coreógrafo.