Mi problema es que no retengo tantos artículos, tantas fechas, tantos datos técnicos … son tantos datos que cuando me he aprendido la lista, al momento se me olvidan los que había memorizado al comienzo.
Es el comentario que más frecuentemente escuchamos de los estudiantes que nos visitan en busca de la mejora de su rendimiento.
La explicación de porqué nos sucede eso tiene que ver fundamentalmente con dos aspectos:
- la forma en la que estudiamos: los métodos, estrategias, planificación, etc.
- y los factores personales: como la capacidad de memorización, el estado de salud en general, los distractores y la motivación por los estudios
Si la forma en la que trabajamos las asignaturas, siempre es la misma independientemente del tipo de materia que sea, y lo hacemos de forma mecánica, el recuerdo de lo que estudiamos será reducido en cantidad y en duración en el tiempo (se puede revisar la entrada anterior sobre Cómo estudiar y el guión online de Técnicas de Estudio para Universitarios de Domingo Martínez para mejorar la forma en la que estudiamos).
Lejos de ser un defecto, olvidar listas de cosas aprendidas mecánicamente es una herramienta de supervivencia de nuestro cerebro. Es un gasto de energía inútil y si carece de interés para nosotros, obviamente lo olvidamos pronto.
Sin embargo, también olvidamos igual de rápido las razones por las que estudiamos y nuestra motivación decae. En parte porque el objetivo final que perseguimos (trabajar en una profesión relacionada con lo que estudiamos) está tan lejos en el tiempo que lo perdemos de vista. En parte porque no premiamos los pequeños objetivos que conseguimos a diario: si no hay una meta clara al final del día, no puedo premiarme por algo que no sé que he conseguido. Aunque la ansiedad que sentimos por no cumplir con el estudio sí la solemos recompensar con otras actividades distractoras (se puede consultar anteriores entradas de Planificación y Gestión del Tiempo al respecto).
Pero, seguramente que al estudiante que nos dijo esto, lo que le haría realmente feliz sería que le diéramos una receta con
Formas eficientes para mejorar su memoria
Y a continuación lo hacemos 🙂
- Asociar: La forma más básica de aprendizaje es la asociación. De hecho, la utilizaban las amebas hace millones de años para adaptarse al medio. Los perros de Pavlov aprendieron que después del tañido de la campana les traían comida. Cuando algo nos gusta, nos interesa, lo asociamos casi automáticamente y no lo olvidamos. Pues cuando estudiamos una materia hemos de buscar asociaciones con conceptos, hechos y experiencias que sean propios para fortalecer la huella de los nuevos en la memoria. ¿ O es que no recuerdas lo que hiciste el 11 S ?
- Ritmo y Repetición: Las tablas de multiplicar y las canciones que escuchamos en la radio, las aprendemos por repetición. El ritmo y la repetición son estrategias básicas para la memoria. Así que menos samba e mais trabalho, menos samba e mais trabalho, menos samba e mais trabalho …
- Interés: Cuando algo nos gusta, nos interesa, nos acordamos mejor. El interés que tenemos por las asignaturas varia y nuestro esfuerzo se centrará en buscar los detalles más recónditos que nos sugieran algo de interés para que actúen como imanes de nuestra atención. Sin atención no hay concentración ni memorización.
- Listas: Numeradas o con letras, son las aliadas perfectas para recordar pequeños conjuntos de cosas, dan orden y coherencia. Han de ser sencillas. Y no pueden faltar en nuestro repertorio.
- Técnica de los lugares y de las Historietas: Los antiguos griegos empleaban estas técnicas para participar en el ágora y hacer brillantes discursos. Tomaban el camino desde sus haciendas hasta el ágora y en cada hito señalado del camino, asociaban una parte del discurso, de manera que en la reunión recordaban ese camino mentalmente y las diferentes temáticas que querían tratar.
- Acrónimos y Acrósticos: AVE, RENFE, ONU son ejemplos de acrónimos de Alta Velocidad Española, Red Nacional de Ferrocarriles Españoles, Organización Naciones Unidas. Acrósticos como El Bachiller (en la obra La Celestina de Fernando de Rojas; en Wikipedia).
- Mapas de conceptos y chuletas: Dotar una dimensión visual, espacial, estructurada a los contenidos y tenerlos al alcance de la mano para revisarlos y mantener fresca su huella en la memoria es fundamental, absolutamente necesario, y los mapas de conceptos y las tradicionales chuletas nos ayudan a hacerlo en el autobús, en un tiempo muerto entre clases o en el gimnasio entre ejercicios. Estudiando con ellos se puede llegar a ser más eficaz que estudiando más de dos horas seguidas sin descansos. Cerrar los ojos e intentar memorizarlos en breves espacios de tiempo distribuidos a lo largo del día, aportará más eficacia a nuestro estudio.
- Dormir: Lección dormida, lección aprendida. El descanso da lugar a que los procesos biológicos de formación de la memoria tengan lugar. Siempre digo que es como hacer tandas de carreras de 50 mts lisos, siempre es mejor entrenarlas a lo largo de la semana antes que hacerlas todas seguidas un día. Una siesta de 20 minutos favorece el recuerdo posterior, según algunos estudios.
- Ejercicio suave: El ejercicio habitual es tan bueno que incluso favorece la memoria. Muchos estudios lo sugieren y todos tenemos la experiencia que cuando hacemos algo nosotros mismos, lo aprendemos mejor que cuando alguien nos lo cuenta.
- Recitar y comentar: Contarle a alguien el tema nos ayuda a aclarar conceptos, asimilarlos y ordenarlos. Discutir e intercambiar dudas con amigos y compañeros es indispensable. ¡ De modo que ha coger a la abuelita y a soltarle el tema !
- Alimentación: Alimentos como el chocolate puro, las pasas y otros con relación con los flavonoles mejoran el desempeño cognitivo. Para los cafeteros, deciros que también parece incidir en la memoria, pero tomadlo con precaución y de forma equilibrada.
¿ Y a vosotros, qué trucos os resultan prácticos para mejorar vuestra memoria ? Dejádlos si queréis en los comentarios. ¡ Gracias !
¡ Ah, se me olvidaba, tener confianza, fe y tranquilidad en vuestro trabajo, quizá sea la mejor estrategia !