Durante el siglo XVI se realizaron una serie de avances en la cirugía práctica, a pesar de las grandes dificultades que tenían en estos momentos los cirujanos militares para tratar las heridas por arma de fuego. A continuación os mostraré algunos de los tratamientos que se realizaban en cirugía:
- Se pensaba que las balas estaban envenenadas por la pólvora, por lo que habían debates sobre si era mejor extraer el proyectil o no.
- Para tratar estas heridas se escaldaban con aceite de saúco para cauterizarlas y se cerraban con un compuesto a base de clara de huevo y yeso cernido.
- Algunos cirujanos aconsejaban aplicar sobre la herida bálsamo de Perú, lombrices secas, bol arménico y acíbar.
- Era conveniente suturar las heridas con tripa de cordero, cuerdas de vihuela o hilo de seda y no se debían dejar al descubierto para que supurase bien lo que se consideraba beneficioso.
- Además, en el caso de tener la más mínima duda, se debía amputar.