La Cirugía de la Europa Septentrional estaba todavía en manos de los barberos y cortadores relativamente sin instrucción ni formación, aunque algunos de éstos tenían bastante destreza al respecto. Como ejemplos tenemos al litotomista itinerante Pierre Franco, que fue el primero en realizar la litotomía suprapúbica para extirpar piedras de la vejiga. No obstante, en Italia la cirugía estaba en manos de los anatomistas con formación universitaria, como Vesalio o Girolamo Fabrici, beneficiándose del saber académico.
La obra de cirugía plástica, que comenzó en el siglo XV, continuó en el siglo XVI por la obra de Gaspere Tagliacozzi, que restauró la nariz desprendida trasplantando un trozo de piel del brazo, dejando un extremo unido todavía al brazo hasta que el injerto en la nariz no se hubo terminado.