Hace cuatro años (casi cinco ya) llegó a mis manos una novela compleja, poliédrica, múltiple. Era para un trabajo de una asignatura de máster, ninguno de mis compañeros quiso elegirla. Os habla Electra me esperaba a mí. Así lo sentí cuando comencé a leer. Ya os hablaré yo sobre esta novela (aunque mejor sería si la leyerais, pero ahora no voy a entrar en eso); lo importante aquí es cómo conocí a Concha Alós, cómo quedé prendida de su prosa, tan dura y lírica a la vez, leer a Alós es como lamer un bofetón: su lectura te agita y te columpia al mismo tiempo. Y con este batiburrillo místico ante su lectura, que me faltó leer Os habla Electra de rodillas, tomé la decisión más crucial de mi vida: hacer la tesis doctoral sobre esta escritora valenciana. Tenía claro que debía saber más sobre esta mujer que, para colmo, tuvo la osadía de escribir lo que le dio la gana durante una de las etapas más negras de la Historia reciente española: el franquismo.
Y aquí estoy escribiendo la primera entrada de este blog dedicado a ella. Qué esperar en este espacio. Obvio: todo lo relevante a la figura de Alós. Cada semana (o al menos eso intentaré) iré rellenando este pequeño rincón sobre Alós contándoos mis impresiones de sus novelas y cuentos, dándoos a conocer sus artículos de prensa, os hablaré de los guiones para televisión que escribió durante la década de los 60, aunque esos borradores estén en paradero desconocido… os contaré lo que se dijo de ella, lo que se hace por y para ella, habrá sorpresas con otras compañeras que antes que yo también se acercaron a Concha Alós. Hay toda una comunidad alosiana ahí fuera.
He de confesar que esta idea del blog se la debo a mi director de tesis. No diré su nombre porque sé que es muy tímido y seguro que me mata cuando lea esto (os voy a dejar igualmente el enlace a su blog, hace cosas chulas, creedme), pero sí le quiero agradecer que me insistiera mucho en la elaboración de este proyecto que no tiene otro propósito que escribir una especie de diario donde ir ordenando el avance de mi investigación que comenzó antes de la tesis, hace cuatro años (casi cinco). Quiero pensar que, a través de este falso diario, el nombre de Concha Alós brillará un poquito más, que mi humilde aportación llegará un pelín más lejos, a más gente y que esa comunidad alosiana crecerá, porque Alós lo merece y su obra tan válida, tan actual, tan rabiosamente humana tiene que estar en boca de todas, todos, todes, todis y todus.