Hace ya una semana que defendí mi tesis. Parece que ha pasado un siglo. He necesitado una semana para asimilar todas las emociones: desde los usuales nervios escénicos hasta la alegría más inmensa. Tuve el privilegio de contar con un tribunal de altura, generoso y con muy buenas aportaciones a mi investigación. He tenido el honor de contar con una dirección rigurosa y paciente que después del acto me dedicó unas palabras preciosas en su blog Varietés y república. A mi lado estuvieron mis familiares, mis amigos, mi alosiana Amparo Ayora del Olmo, mis colegas de departamento, mis profesores… mi gente. ¿Qué más se puede pedir?
Al parecer, se podía pedir algo más. Al día siguiente, me llegó al correo una noticia muy grata: oficialmente paso a formar parte de un grupo de investigación afiliado a la Universidad Internacional de La Rioja. El proyecto ha sido aprobado y eso significa dos cosas. Una: voy a tener el gusto de trabajar codo a codo con grandes investigadoras de la materia. Y dos: continuaré trabajando sobre Concha Alós. La reivindicación no decae. El término de la tesis solamente ha significado el final de una etapa para mí, pero no el abandono del tema que me apasiona.
Concha Alós is reloaded más que nunca. No suelta mi mano, sino que me da impulso para seguir adelante divulgando su palabra. Perdón si suena mesiánico, pero un poco es así. O, al menos, así me siento. Las alosianas así nos sentimos: embajadoras de una creación narrativa que merece reconocimiento, estudio y comprensión. Este proyecto investigador al que recién me adscribo tiene la facultad de poner en red de diálogo a muchas de nuestras escritoras del siglo XX, ya estuvieran en el exilio o en el insilio. Concha Alós no se sintió en el insilio, pero sí asfixiada de una realidad social que la constreñía, que la llamaba bastarda y, luego, veladamente, la miraba de soslayo por vivir en concubinato con un hombre más joven que ella. La voz de Concha Alós dijo muchas cosas en su momento a través de sus obras, pero lo más apasionante es que su mensaje nos llega intacto en nuestros días y todavía tiene mucho, pero que mucho que decir. Este proyecto es la oportunidad para continuar escuchando esa voz. Como las sagas de Matrix, Concha Alós is still alive.
