Hace apenas un par de semanas, concretamente entre los días 22 y 23 de noviembre, se celebró en la Universidad de Huelva el III Encuentro de Pensamiento Iberoamericano organizado por las áreas de Filosofía y Literatura de las Facultades de Educación y Humanidades, respectivamente, junto a la colaboración de la Cátedra de Juan Ramón Jiménez y enmarcado en la XVI edición del Otoño Cultural Iberoamericano. Además, el evento contó con el apoyo de las Cátedras Externas de la Diputación de Huelva, el Centro de Pensamiento Contemporáneo e Innovación para el Desarrollo Social (COIDESO) y la Asociación Cultura Iberoamericana, según amplía la información el periódico digital de Huelva.
Este tercer encuentro llevaba por lema Cultura, naturaleza y crisis ecológica en las literaturas hispánicas y estuvo dirigido por los profesores David García Ponce y Vicente de Jesús Fernández Mora. El objetivo de este nutrido encuentro, desde su primera edición, ha sido el de contribuir a crear un foro de referencia nacional e internacional donde el diálogo de los mundos culturales iberoamericano y español se hace posible para incentivar debates críticos de sesgo humanístico, filosófico y sociopolítico con tal de promover el compromiso, proponer ideas de transformación y mejora social, así como dar voz a la cultura de calidad.
Fieles a su cometido, David García Ponce y Vicente de Jesús Fernández Mora diseñaron un riguroso programa con invitados de lujo como José Manuel Marrero Henríquez desde la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria o Jorge Riechmann Fernández desde la Universidad Autónoma de Madrid, contando, además, con el escritor hispano-mexicano Imanol Caneyada que presentó su novela Litio, Premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón 2023 en colaboración estrecha con la Librería Cosecha Negra. La Cátedra de Juan Ramón Jiménez protagonizó una jornada notable en la mañana del 23 con comunicaciones de nivel en las que se ofrecían lecturas sobre la visión de la Naturaleza en la extensa obra juanramoniana.
Mi amigo y compañero David García Ponce me puso al tanto de la envergadura de semejante encuentro cultural. Dadas mis incursiones en la ecocrítica para mi investigación doctoral, decidí que era un evento imprescindible y que sería un sacrilegio dejarlo pasar. Las sorpresas del azar quisieron que de mera espectadora del evento pasase a ser un elemento activo del mismo. El motivo de tan drástico cambio fue la ausencia repentina por causa mayor de José Manuel Marrero Henríquez. Conforme su avión aterrizó en Sevilla, recibió una desagradable noticia y tuvo que marcharse de vuelta a su tierra tan rápido como saliera el próximo vuelo. Esto ocurría el mismo día 22. ¿Cómo solucionar el vacío en el programa de la conferencia inaugural dedicada a la ecocrítica con tan poco tiempo de margen? Sencillo.
Los directores, David y Vicente, improvisaron una mesa redonda donde se analizó el concepto de desarrollismo y se puso entre comillas la presencia (o no) de la ecocrítica en el ámbito de la literatura española. Me pidieron que participase en el coloquio que estuvo moderado por Imanol Caneyada. Mi colaboración fue breve, teníamos un tiempo limitado. Sin embargo, aproveché la ocasión para hablar del ecofeminismo y cómo sus teorías filosóficas proveen de unas «gafas», como bien dice la profesora Margarita Carretero González, que nos permiten leer los textos literarios con otros ojos más críticos, desarrollando una «hermenéutica de la sospecha» como diría Alicia Puleo. Mis lecturas y análisis de la obra de Concha Alós las hago con esas gafas −moradas y verdes− puestas. Por ello, mi aportación no sólo se ciñó al ecofeminismo, sino que también empleé mi espacio para reivindicar la figura de Concha Alós y su narrativa deconstruccionista de las estructuras socioculturales. Las diferentes intervenciones que ocuparon la mesa redonda suscitaron una sinergia conversacional muy positiva y rica que se comió el tiempo de pausa y aún tomó prestados unos minutos de la siguiente sesión. El ánimo de la conversación nos hizo olvidarnos del reloj. Fue realmente apasionante.
La organización de aquella mesa redonda nos llevó a David y a mí a dormir tres horas la primera noche −la segunda noche no fue mejor, pero tuvo otras motivaciones−. Así que, acumulé horas de sueño y horas de tren: diez de ida y diez de vuelta. Tardé muchos días en recuperarme después −será que la edad no perdona o que realmente nos dimos una paliza tremenda, pero esto ya se sale de lo estrictamente académico−. A pesar del cansancio, no me arrepiento y lo volvería a repetir con los ojos cerrados porque, efectivamente, era un sacrilegio perderse semejante encuentro. Estoy esperando con ganas la IV edición.
Además, otro capricho de los hados quiso que esa noche de preparación y nervios de la mesa redonda, fuera publicado mi artículo sobre ecocrítica y ecofeminismo en la narrativa de Concha Alós en Anthropocenica. Revista de Estudios del Antropoceno y Ecocrítica que aquí pongo el enlace para su descarga, si estáis interesados en su lectura. Fue mi amigo David García Ponce quien me descubrió la noticia, las alertas de Google son infalibles. No tengo palabras suficientes para agradecer su hospitalidad, su cálido recibimiento, su confianza en mí. Me sentí muy honrada aportando mi pequeño grano de arena en unos encuentros tan importantes y necesarios.
Querido amigo, por favor, acuérdate de mí para el IV Encuentro de Pensamiento Iberoamericano que Concha Alós siempre tendrá algo que decirnos y yo el deber de darle voz.