Concha Alós llega a Tübingen

Vamos cerrando etapas. Se acaba el cuatrimestre académico. La estancia en Hungría va tocando su final y este blog se tomará la pausa navideña correspondiente hasta nuevo año. Sin embargo, antes de cerrar todas estas páginas de las respectivas etapas, me apetece compartir con vosotros un nuevo hito en el ámbito investigador que, sin ser especialmente relevante, sí aporta un granito más en esta campaña de reivindicación que estamos llevando a cabo la comunidad alosiana. Este evento en cuestión tuvo lugar en Alemania, concretamente, desde la Universidad de Tübingen, un pueblito cuquísimo cerca de Sttudgart.

Tengo el placer −y el honor, dicho sea de paso− de contar con una gran amiga y mejor investigadora que ahora realiza su proyecto posdoctoral en esta prestigiosa universidad. Ella tuvo la deferencia de contar conmigo para que asistiera a los seminarios dedicados a los investigadores que organiza el circuito académico alemán. Estos seminarios en formato de comunicaciones tienen una frecuencia semanal y, en cada sesión, interviene un investigador o investigadora para exponer el trabajo que está desarrollando en esos momentos. El formato, además de ser dinámico, se muestra sugerente, ya que permite poner en contacto a distintos investigadores que comparten sus conocimientos, generando, asimismo, un flujo conversacional que es realmente el momento más enriquecedor de la sesión. Ya tuve la oportunidad de participar en un coloquio similar hace años cuando estuve de estancia en Leipzig. En aquella ocasión también hablé de Concha Alós analizando su novela Os habla Electra, ya sabéis que es mi obra fetiche. Pero, para esta vez, hablé de un tema bien diferente.

Como ya he dicho en anteriores entradas, Concha Alós contó con una gran producción de artículos de prensa. Aquí pongo el enlace donde cuento estas cosas más extendidamente. Los artículos de prensa ya fueron analizados en las tesis doctorales de otras alosianas como la de Eunhee Seo que nos habló sobre sus publicaciones en Diario femenino. También Verónica Bernardini puso en conocimiento sobre los primeros artículos escritos por Concha Alós en su etapa de la isla mallorquina, así como de algunos de sus cuentos publicados en La Estafeta Literaria… Sin embargo, es Noémie François quien más detalladamente amplía este tema, analizando el grueso de las colaboraciones en prensa de la escritora. Por mi parte, recopilo todo lo dicho por mis colegas investigadoras y dedico mayor espacio ya no sólo a la producción de prensa en sí, sino también a la red de contactos de Concha Alós perteneciente al mundo del periodismo catalán. La verdad, es que he trazado una buena madeja de hilos, lo que demuestra la solidez y conexión de los intelectuales de aquel contexto de la década de los sesenta y setenta que se movían tanto en el ámbito de prensa como el literario.

Como podréis imaginar, mi participación en el seminario alemán tuvo que ver con estos derroteros de colaboraciones periodísticas, subrayando ese entramado de amistades como aspecto fundamental en el que Concha Alós se convirtió en una integrante más y le permitió estar activa en las diferentes cabeceras donde escribió largo y tendido durante dos décadas, se dice pronto. Así pues, el pasado martes 10 de diciembre, tuve el honor de participar de manera telemática como invitada en el seminario de la Universidad de Tübingen en el que hablé sobre estas cuitas periodísticas y presenté a Concha Alós a un grupo de colegas académicos que no conocían su obra. Quedaron maravillados ante la diversidad de temas que abordó la autora, siempre comprometida con las cuestiones sociales y culturales, luchando por romper estereotipos y reclamando derechos: para las mujeres, para los niños, para los animales. Concha Alós escribió más de ochenta colaboraciones de prensa con las que tocó asuntos de caldeada importancia dado el contexto sociocultural que le tocó vivir.

Después de mi intervención, como siempre, se generó una bonita e interesante ronda de preguntas con las que tuve la oportunidad de ampliar algunas cuestiones abordadas durante la charla. Les llamó la atención las reivindicaciones de ámbito feminista que Concha Alós expresó en la mayoría de sus publicaciones. Quisieron saber si esta red de contactos tuvo algún tipo de nexo con anteriores generaciones, pensando en el flujo fantástico que se creó a principios de la II República y la red femenina consolidada gracias a la fundación del Lyceum Club. Por desgracia, se trató de otro fenómeno epocal y los puentes entre ambos momentos quedaron difuminados, quizá, tímidamente en contacto ante la llegada paulatina de los exiliados. Una pena. También me preguntaron cómo había hecho para recopilar todos los artículos de prensa. Aquí me gustaría hacer un aparte y compartir ese proceso porque siempre es de ser buen agradecido contar los créditos.

Gracias a la pregunta, que por cierto tuvo el atino de hacer mi amiga, pude explicar y agradecer públicamente los antecedentes de los hallazgos de mi investigación doctoral. La primera noción de conocer la faceta periodística de Concha Alós vino a través de la tesis doctoral de Eunhee Seo que ella, muy amablemente, me pasó en PDF por el canal de investigadores ResearchGate. Después, me topé con publicaciones de Verónica Bernardini que, además de las menciones específicas en su tesis que poco a poco fui buscando en las hemerotecas digitales como la de Santanyí, por ejemplo, me puso sobre la pista de las investigaciones llevadas a cabo por Amparo Ayora del Olmo. Como ya conté en anteriores entradas, fui a conocerla coincidiendo en Berlín. A partir de ahí, surgió un hilo de colaboración que ha sido esencial para el desarrollo de mi investigación. Entre los múltiples documentos que me facilitó desinteresadamente, apareció un enlace, que ella buscó movida por el furor investigador, de la hemeroteca digital de La Vanguardia. La cabecera donde más colaboraciones publicó Concha Alós. Aquella búsqueda me permitió descargar el gran grueso de aquellos artículos. Ahora, desgraciadamente, ese enlace ya no sirve, pues La Vanguardia ha limitado el acceso a sus suscriptores hace relativamente poco tiempo. Así que, menos mal, que el hallazgo llegó en buen momento.

Tras esta primera ronda de búsquedas, amplié la lupa y buceé en la hemeroteca digital de ABC para encontrar reseñas o menciones sobre Concha Alós. Obtuve un gran volumen de material de esta manera. Ahora el acceso también está limitado a registro o suscripción. En cambio, la revista cultural Destino tiene disponible y digitalizado todo su fondo documental, accesible de forma gratuita. Una maravilla. Gracias a la gestión del Arxiu General de Catalunya. El enlace de PrensaHistórica cuenta con un fondo de diarios y revistas inmenso y me sirvió para conseguir algunos de los cuentos de Concha Alós ubicados en La Estafeta Literaria. Amparo Ayora del Olmo tenía en su haber, comprado −me parece− a través de la página Todocolección o similar, otro cuento de la autora publicado en esta revista cultural. Más tarde, en mayo de este año, conocí a la profesora Ana Isabel Ballesteros Dorado que ha investigado profundamente sobre La Estafeta Literaria y me buscó, de manera totalmente generosa, publicaciones de esta revista en las que aparecieran referencias de Concha Alós. Me pasó todo un listado completísimo de esas joyas.

La ruta de búsqueda continuó con las referencias, súper utilísimas, de la tesis doctoral de Noémie François. La profusa investigación de la colega francesa me permitió descubrir más títulos de La Vanguardia, la existencia de las publicaciones de la revista Zoo, otras desconocidas de la primera etapa mallorquina… Ante estos descubrimientos, salvo el caso de Zoo que conseguí esos artículos gracias a la hemeroteca digital de la revista, recurrí al servicio de préstamo interbibliotecario de mi Universidad. Este servicio cuenta con un personal magnífico que busca imposibles y ha tenido la suma paciencia de cubrir todas y cada una de mis solicitudes, además en tiempo récord de asistencia. No solamente me han ayudado en la búsqueda de artículos de Concha Alós, sino otros tantos que están apoyando el desarrollo de mi investigación.

Todo esto lo conté a los compañeros de Tübingen. La excusa de esta entrada sirve para reiterarlo porque nunca serán suficientes mis manifestaciones de gratitud. Los agradecimientos de la tesis recogerán estas palabras de manera más extensa y detallada porque todavía me dejo a gente colgada: perdón, amigo Mario Raez, tu hallazgo de Arbor me salvó la vida. Literalmente. También mi director de tesis me echa algún capote que otro. No resulta ninguna novedad admitir que las investigaciones doctorales cuentan con un fondo de ayuda imprescindible y vital para el desarrollo óptimo y garantía de buenos resultados. Sin embargo, en mi caso, tengo la fortuna de contar con un apoyo a mis espaldas de lujo. Si no hubiera sido por cada una de estas personas que he mencionado −y que repito hasta la saciedad−, mi investigación no estaría en el punto que se encuentra: tocando el momento del depósito −¡qué nervios!−. Si no fuera por ellas, destacando siempre a mis alosianas, yo no habría podido montar una comunicación con el rigor y la dedicación que merece la participación a un seminario de la envergadura de la Universidad de Tübingen. Así que, llegados a este punto, sólo puedo afirmar que Concha Alós llegó académicamente a un pueblito de Alemania, gracias a la invitación de mi amiga Adriana Rodríguez, la genia que pensó que la labor periodística de Concha Alós tenía cabida en este ciclo de seminarios. Pero Concha Alós y yo no participamos solas en este seminario, ya que muchas personas nos acompañan siempre. Felices fiestas y hasta el año que viene.

Concha Alós tras recibir su premio Planeta. Imagen de Castellón Plaza digital