En marzo organizamos el segundo curso de Diego Espinosa Sensei (6º Dan Aikikai Hombu Dojo). Os dejo el cartel que he hecho para la ocasión y el texto que ha redactado Fernando Sensei (2º Dan Aikikai Hombu Dojo y 3º Dan Aikikan):
Me es grato poder enviaros ya el cartel del curso de Aikido que impartirá este año nuestro Maestro Diego Espinosa (6º Dan) en nuestras instalaciones del gimnasio Centro Deportivo Algar en las que impartimos las clases de Aikido.
Este año lo he organizado en Elche y no en el centro de tecnificación de Alicante para ahorrar costes y para que todos aquellos que quieran comer en casa lo puedan hacer. Son tiempos duros para todos y debemos adaptarnos a las circunstancias.
Nuestro Maestro impartirá clase el Viernes, el Sábado y el Domingo.
Planificad ya vuestras agendas para que en Marzo podais asistir a este maravilloso curso de Aikido, el 2º que imparte Diego Espinosa en tierras Alicantinas.
Un abrazo.
Han pasado cinco años. Un lustro. Esta palabra proviene del latín lustrum, que era una ceremonia romana de purificación que se celebraba cada cinco años. Una renovación (en el caso de los romanos del censo).
Un lustro es lo que ha tardado Diego Espinosa en sacarnos lustre, en ayudarnos a purificarnos y renovarnos. No sé cómo decirlo sin que suene a secta pero es la sensación que me llevo después de ver la práctica de los dos grupos hermanos —Elche y Cartagena— este fin de semana durante el quinto curso FuDôShin de Aikido Cartagena.
No se trata de una renovación técnica puesto que las técnicas no cambian demasiado respecto a lo aprendido con Charly Sensei —a quien mando un fuerte abrazo y una vez más agradezco sus enseñanzas— sino de un cambio de actitud. Al quedarnos sin él cuando decidió volver a Asia seguimos practicando solos y sin darnos cuenta descuidamos algo que se percibe perfectamente en los vídeos que conservamos de Hikitsuchi, de Charly, de Clint George, de Ishimoto Sensei y de tantos instructores del Kumano Juku Dojo.
Me refiero a que nos centramos demasiado en los aspectos técnicos guerreros y no seguimos cultivando los espirituales. Nos obsesionamos con las aberturas y la efectividad pero se nos olvidó lo más importante. Alimentamos sin querer a nuestro ego (cómo me sitúo yo, cómo empiezo yo, cómo me muevo yo) y descuidamos al otro, al compañero, al oponente. Se nos olvidó lo que nos decía Charly: que el enemigo lo tenemos dentro.
Ya no hay samuráis, ya no entrenamos para matar o morir. El Fundador se dio cuenta y en 1942 empezó a hablar de la creación de un nuevo Budo, un arte marcial pensado para la reconciliación, basado en el amor al prójimo porque todos somos uno. Le llamó Shin-budo (新武道, shinbudō) o Budo Divino y lo bautizó como Aikido:
El camino del guerrero ha sido mal interpretado como un medio de matar y destruir a otros. Aquellos que buscan la competencia cometen un grave error. Golpear lastimar o destruir es el peor pecado que un ser humano puede cometer. El verdadero camino del guerrero debe impedir la matanza, es el arte de la paz, el poder del amor.
Hace cinco años, cuando conocimos a Diego Espinosa, no veíamos el Budo en su práctica y nos ha costado un lustro entenderlo: el Budo sigue ahí dentro pero se ha vuelto divino: tomamos la firme decisión de no lastimar al otro (uke), preferimos enseñarle que, pudiendo hacerle mucho daño, optamos por no hacerlo. Pero este camino es el más difícil porque requiere una serie de herramientas muy difíciles de adquirir:
actitud serena de no confrontación
centrarte en lo que vas a hacer tú, no enfocarte en la otra persona (por ejemplo no mirar a los ojos)
anticiparse o leer la intención de tu adversario
moverte antes que él para no estar ahí donde el quiere hacerte daño
colocarte en una posición segura (sin aberturas) donde poder trabajar
llevarle a donde tú quieres (fuerza atractiva) para que no se lastime
enseñarle el daño que le podrías hacer
no hacérselo para que caiga un enemigo y se levante un amigo
Diego Sensei está puliendo el diamante en bruto que le dejó Charly Sensei. El diamante está empezando a brillar, aunque sólo un poco, demostrando su potencial. Pertenece a un tipo de joya pequeña y poco vista —somos una escuela diminuta dentro del Aikido— pero está ahí para el que quiera acercarse y admirarla.
Todo se resume en una anéctoda de Nadeau Sensei. En una conversación con el Fundador le dijo:
“Maestro, quiero hacer el Aikido de O’Sensei”.
La respuesta que obtuvo fue:
“Es extraño, debes de ser el único. Todos los demás quieren hacer ‘su’ Aikido”.
Cuando alguien de otra escuela viene a un curso de alguno de los maestros del Kumano Juku Dojo siempre dicen lo mismo: habláis mucho de O Sensei. Es curioso. La frase lo dice todo. Tenemos libros, poemas y miles de frases del Fundador y nadie le hace caso. Bueno, nadie no. Nosotros al menos lo intentamos.
Lo sé, lo sé, el blog está muy parado… la culpa es de otro proyecto personal. Bueno, el caso es que no puedo dejar pasar la oportunidad de anunciar el 5º curso nacional de nuestros hermanos de Cartagena:
Como siempre el maestro será Diego Espinosa, 6º Dan Aikikai y representante español del Kumano Juku Dojo, un sensei magnífico que si no has visto nunca en directo te lo recomiendo. Nos vemos allí.
Ya es oficial: Diego Espinosa, mi actual maestro y representante del Kumano Juku Dojo en España acaba de ascender a sexto Dan; hacía tiempo que lo sabía, pero hay que guardar las formas porque los grados tardan tiempo en tramitarse. Hoy mismo ha salido publicada la lista de nuevos grados en la web de Aikikai.
En la segunda página aparece Diego Espinosa Roca (muy cerca de Javier de María Ortiz, el máximo exponente del Aikido en Alicante), mi enhorabuena y mi agradecimiento desde este blog a tu trabajo y dedicación, a tus esfuerzos por acercarnos la escuela, la filosofía y los maestros de Shingu. Ya lo escribí en su momento, en el último curso noté una evolución bestial en su trabajo, me imagino que en el Kumano Juku Dojo han querido premiar su constancia y su nivel.