El descontento del campesinado y clases populares había brotado en diversos puntos del País Valenciano en diversas ocasiones a lo largo de las décadas centrales del s.XVII. En la misma Huerta de Valencia, una comarca especialmente conflictiva en 1663(año de carestía general) las tensiones se localizaron en torno al pago de los derechos señoriales, consistiendo básicamente en reivindicaciones jurídicas.El movimiento plasmó en el mes de abril de 1693 por los procuradores de los 35 señorios que rechazaban los ‘muchos tributos que tienen impuestos contra equidad’.
En Valencia, la actitud de las autoridades consistió en formar un frente común contra las peticiones campesinas. Tanto el virrey como la Audiencia, los estamentos del Reino ,y el mismo arzobispo, adoptaron una posición francamente beligerante contra los vasallos, identificándose plenamente con los señores, el grupo social al que pertenecían los gobernantes. Fue especialmente reveladora la actitud del arzobispo fray Tomás de Rocabertí , quien ,ante la inminencia del conflicto ,reunió una junta de teólogos y publico una pastoral desautorizando la resistencia campesina.
Poco fue lo que pudo hacer el ejercito campesino ,mientras en la capital cerraban filas contra la amenaza popular, el lugarteniente de la gobernación de Játiva, en cuya jurisdicción se localizaba el movimiento, reunía las milicias de las villas de la Ribera y aseguraba la defensa de la costa se iba adentrando en la persecución el improvisado ejército rural.
La derrota se sucedió el día 15 de Julio y fue seguida por la represión. Se condenó a 25 acusados presentes y otros 10 en rebeldía. Se deseaba capturar a los principales cabezas de la rebelión :Navarro y Francisco García. El primero,un barbero-cirujano natural de Muro fue capturado en Villena y ejecutado en Valencia , en las emblemáticas Torres de Serranos en marzo de 1664.En cuanto a García nunca fue detenido.