Alta organización municipal

La organización municipal en las diversas poblaciones del Reino poseía cierta autonomía y representación, al menos en el realengo como era el caso. Con todo, conviene situarse en la época y percibir el dominio de los nobles y los ciudadanos honrados en los cargos y rentas de los municipios.

En la ciudad de Valencia una oligarquía se mantiene en equilibrio, a pesar de la intervención real. Ésta tenía como base el Consell general que aglutinaba los distintos intereses y nombraba los cargos. Frente a éste se verá fortalecido por el consell secret o cámara alta  y el mestre racional ,nombrado por el rey. Dicho organismo era un grupo reducido que actuaban a modo de consejeros dentro del Consell General, el cual, contaba, además, con  dos representantes de cada gremio, cuatro juristas, dos notarios, cuarenta y ocho parroquiales, seis nobles y cuatro ciudadanos,-éstos 10 últimos que hubiesen desempeñado el cargo de jurados

La elección de jurados si bien antes era controlado por el rey mediante el método de la ceda  o lista propuesta por el racional ,ahora será por el método de insaculación en el 1633 a cambio de un donativo de 200.000 libras. De él saldrán 6 jurados , dos caballeros y cuatro ciudadanos.

Las tensiones políticas entre los jurados y el Consell General por el descontento popular ante la presión fiscal de la Corona durante ésta época estuvieron a punto de culminar en serias revueltas en la capital en los años 1645-1646,con la oposición del Consell de aceptar los impuestos para la Guerra contra Cataluña.

Las Germanias en la ciudad de Valencia(II)

Los agermanados se concentraron en la ciudad de Valencia en  los barrios de las parroquias de San Martin, Santa Creu, y San Joan ,barrios típicamente gremiales.

Los protagonistas de la primera Germanía tales como Sorolla, Estellés, Urgellés, Peris, Llorens(Hijo) y Dídac Trevinyo residían en el barrio de la parroquia de San Martín. Johan Caro ‘el burgués’ vivía en el barrio señorial de la parroquia de San Nicolás.

El análisis de la geopolítica interurbana de los agermanados revela la misma concentración parroquial. Se observa una  estrategia de agrupación militar de agermanados en cinco plazas : el Tossal, junto a la Morería, zona conflictiva por excelencia; la plaza de Pellicers, donde confluía el artesanado de San Martín, muy cerca de la casa de Peris;la  plaza de San Francisco, donde radicaba el Ayuntamiento, en cuya Sala de Consejos se plasmaron los logros institucionales más brillantes de los agermanados; la plaza de los Predicadores, hoy Tetuán, desembocadura del abundante campesinado revoltoso de Benimaclet,y la plaza de la Catedral, centro neurálgico de la efervescencia agermanada.

Los incidentes más resonantes de la actividad agermanada se vieron reproducirse en el mismo contorno: plaza de la Catedral, en la parroquia de Santa María (punto de partida de los ataques antisodomitas y del asalto de la casa del virrey);plaza de Santa Catalina ( en la que se vivió el asalto a la casa del capotero Pere Malet) , las plazas de Mercado (en la parroquia de San Juan) y la plaza de Panarrojas, hoy Benlliure,(en la parroquia de San Martín) fueron escenario también de sucesos relacionados con ajusticiamientos y liberaciones de presos de los que, como sabemos, muchos fueron llevados a la horca.De la misma manera se podrían tener en especial consideración  las calles de Gracia y Fumeral al pasear por el casco histórico en nuestros días de la capital valenciana.

 

Política de repoblamiento en los señoríos moriscos

   El instrumento jurídico para esta operación fue la carta puebla o de poblamiento, documento notarial  por el que el señor feudal y los nuevos pobladores suscriben un contrato de poblacion en un lugar dado.

El repoblador se obliga  a ‘avasallarse’, a prestar homenaje y obediencia al señor, a reconocerle como señor directo de todos los bienes y aceptar su jurisdicción Civil y Criminal .El gobierno del señorío es regulado atendiendo primeramente a los cargos directivos. En cada lugar hay  un representante del señor, un baile, y si se trata de una zona amplia, un Procurador General, del que dependen los bailes locales demás criados y oficiales. Su misión es velar por los intereses señoriales. Entre los vecinos se ha de nombrar a un Justicia, dos Jurados y un Almotacén o Mustassaf, y más secundariamente ‘cequiers’ y ‘guardes’ rurales (una reproducción a escala de la administración reales).

En unas cartas-pueblas los nombramientos son directamente hechos por el señor o bien los pobladores ofrecen un listado de candidatos (‘nominaciones’) siendo la duración del cargo anual y retribuido. Estos cargos podrán emitir bandos, ordenanzas, estatutos e imponer impuestos generales o específicos. Se podrá hacer consejo general de todos los vecinos siempre y cuando se cumplan condiciones procurando el control y vigilancia de la actividad político-social de los vecinos.

Bandolerismo

A principios de los años 40 del siglo XVII  se vivieron los momentos de mayor peligro  por la cuestión del bandidaje que  acarreaba una continua sangría en personas y bienes que traía de cabeza a los virreyes de entonces como fueron don Luis Ferrer de Cardona y sucesivamente el Duque de  Medinaceli y el Duque de Gandía. Gobiernos en los que era muy difícil mantener la imparcialidad ante la división de la clase dirigente valenciana. Éstos entendían que el único remedio definitivo era el destierro de los máximos responsables así como la prohibición del perdón a los delitos, sin embargo la monarquía, durante estos primeros años de guerra, era partidaria de una política de colaboración e indulgencia con los estamentos .

Al paso de los años se había ido configurando  a grandes rasgos dos grupos( mezcla de bandolerismo popular y aristocrático u oligárquico) extendidos por todo el reino, que mantenían una guerra particular entre ellos que por el momento no iba en contra del gobierno virreinal o la autoridad judicial pero  cuyos ‘bandos’ eran los que más preocupaban a los virreyes.

A un lado se alineaban los Anglesola  y bandidos y valedores como don Vicent Aldell; el Almirante de Aragón, baile general del Reino; don Miguel G. Sanz, oidor de la Audiencia Criminal; … Del otro Leandre Escales, Gaspar Juan Sabata, Racional de la Ciudad y más tarde por verdaderos y famosos bandidos.

La facción encabezada, sin duda,por el Almirante de Aragón era según frase de la época ‘’gente de nobleza’’ y muchos de ellos habían asistido a las Cortes 1626 y estarían también, por el brazo militar, en las de 1645.Gozaban de distintos privilegios  que les hacían prácticamente inmunes a la justicia real.

Por su parte el bandolerismo popular tenía como máximo protagonismo a Pere Xolvi, bandolero famoso, que mantendría en jaque  a todos los virreyes hasta su muerte en 1648.

Reestructuración en la administración de la tierra tras la expulsión de los moriscos

La expulsión de los moriscos supuso una modificación sustancial en el régimen jurídico y estructura de la propiedad de la tierra. Con la pragmática del 15 de abril de 1614 sobre `cosas tocantes al asiento general del Reyno de Valencia por razón de la Expulsión de los Moriscos y reducción de censales’ se clarificó la situación.

En los lugares de señorío ,despoblados total o parcialmente por la deportación,los señores feudales consolidaron el dominio directo con el dominio útil que detentaban los moriscos , y a su vez se apropiaban de todos los bienes inmuebles, casas o tierras, de éstos que tenían la condición de francos ,alodiales o libres.

Ello contribuiría en un principio a una igualación entre los nuevos propietarios pobladores; a una reforma de las parcelas, que reducirían su número y adquirirían formas más regulares.

Además, existían las propiedades de realengo de los moriscos que pasaron a la Corona y fueron inventariados y administrados hasta 1616, por un valor que superaba las 300.000 libras. Pero la gran mayoría se vendió en pública subasta, adquirida en gran mayoría por la clase media de las ciudades reales, como es el caso de Valencia, y pequeños propietarios .

Esta evolución en la reestructuración de la propiedad de la tierra tiende a la polarización y concentración de la tierra, reflejada también en la explotación de la misma que si antes era detentada por los ‘llauradors’ , a lo largo del siglo iran pasando a manos de grupos de rentistas y clases medias urbanas.

Expulsión de los moriscos

El año 1608 es decisivo para la cuestión morisca. En el Consejo celebrado en enero la mayoría de los presentes son partidarios de la expulsión a Berbería de los moriscos valencianos. El duque de Lerma ,cuya opinión tenia in peso especial, apunta además la solución para los señores :darles los bienes de los moriscos.

Ha llegado la hora de la expulsión , decidida en el consejo del 4 de abril de 1609,aceptada por el Rey el día 9 de ese mismo mes, el mismo día en que se firma la Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas. Se decidió que esta expulsión fuera general, comenzando por los moriscos valencianos, los más peligrosos por su número y situación.

Para ellos se movilizaron la practica totalidad de las fuerzas navales españolas y además ,las galeras de los territorios italianos .El 22 de Septiembre, una vez llegadas las escuadras a los puertos ,entre ellos el puerto de Grao,en la capital valenciana , se pregona el decreto de expulsión. El decreto permitía a los moriscos llevar consigo los bines muebles que pudieran acarrear ,pero los inmuebles y todos aquellos que no quedaría para los señores por concesión de la Corona.

Una primera oleada de 32.000 personas fueron deportadas rumbo  a Orán en los primeros veinte días de octubre,también a bordo de numerosos barcos mercantes (pues debían de abonarse su pasaje).Los atropellos sufridos por los expulsados ,tanto antes de embarcar ,durante el trayecto y al llegar al Norte de África ,no siempre bien recibidos, parecen estar entre las causas de las sublevaciones que se desataron.

A pesar de las sublevaciones de miles de moriscos que se refugiaron enla Muela de Cortes, y otras en  las serranías de Alcoy y la Marina, o la vall de Laguar, los embarques continuaban mientras éstas se iban reprimiendo, suprimidos ya a finales de noviembre.

En conjunto ,se salieron deportados un total de 116.000 moriscos ,17.776 desde el Grao.

La Segunda Germania(I)

El descontento del campesinado y clases populares había brotado en diversos puntos del País Valenciano en diversas ocasiones a lo largo de las décadas centrales del s.XVII. En la misma Huerta de Valencia, una comarca especialmente conflictiva en 1663(año de carestía general) las tensiones se localizaron en torno al  pago de los derechos señoriales, consistiendo básicamente en reivindicaciones jurídicas.El movimiento plasmó en el mes de abril  de 1693 por los procuradores de los 35 señorios que rechazaban los ‘muchos tributos que tienen impuestos contra equidad’.

En Valencia, la actitud de las autoridades consistió en formar un frente común contra las peticiones campesinas. Tanto el virrey como la Audiencia, los estamentos del Reino ,y el mismo arzobispo, adoptaron una posición francamente beligerante contra los vasallos, identificándose plenamente con los señores, el grupo social al que pertenecían los gobernantes. Fue especialmente reveladora la actitud del arzobispo fray Tomás de Rocabertí , quien ,ante la inminencia  del conflicto ,reunió una junta de teólogos y publico una pastoral desautorizando la resistencia campesina.

Poco fue lo que pudo hacer el ejercito campesino ,mientras en la capital cerraban filas contra la amenaza popular, el lugarteniente de la gobernación de Játiva, en cuya jurisdicción se localizaba el movimiento, reunía las milicias de las villas de la Ribera y aseguraba la defensa de la costa se iba adentrando en la persecución el improvisado ejército rural.

La derrota se sucedió el día 15 de Julio y fue seguida por la represión. Se condenó a 25 acusados presentes y otros 10 en rebeldía. Se deseaba capturar a los principales cabezas de la rebelión :Navarro y Francisco García. El primero,un barbero-cirujano natural de Muro fue capturado en Villena y ejecutado en  Valencia , en las emblemáticas Torres de Serranos en marzo de 1664.En cuanto a García nunca fue detenido.

Real Audiencia s.XVII

En 1607,en tiempos de Felipe III, apenas un año tras hacerse con el virreinato,  el Marqués de Caracena lleva a cabo una cuestión capital en la administración: la reestructuración de la Real Audiencia, estableciéndola de forma casi definitiva y que habría de perdurar hasta la desarticulación del régimen foral.

Tras la pragmática de1607 seguía siendo el máximo tribunal de justicia del Reino y de cuyas sentencias  solo se podía apelar ante el Consejo de Aragón. El regente de la Real Cancillería veía sus funciones   confirmadas y especificadas: repartir las causas, según su índole, a los oidores civiles y criminales; firmar las sentencias y votar y presidir en las 3 salas:

-2 civiles, en las cuales habrían 4 oidores que percibirían idéntico salario (600 libras anuales)

-1 sala criminal, con un abogado fiscal y 3 oidores criminales (733 libras anuales)

Pero además,la Audiencia conservaba el carácter de órgano consultivo y asesor de los virreyes tanto en las cuestiones endémicas de orden público como en los problemas graves de política general.

La reforma de 1607 al duplicar la sala civil pretendía agilizar el despacho de este tipo de pleitos cuyo numero ya desde el s.XVI comenzaba  a ser abrumador (a los relacionados con la escala censalista habría de sumarse los venideros con la expulsión morisca).En cuanto a la sala criminal  resulta revelador respecto a la presencia y auge del bandolerismo  y de la delincuencia.

Por último, al ampliar la base del Reial Consell,se incrementaba el número de personas cualificadas- expertas en legislación foral y en subterfugios para evitarla- con quienes los virreyes podían tratar, reforzando así su gestión no solo de cara a los estamentos del Reino y al municipio valenciano, también respecto al Consejo de Aragón y al propio monarca.