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Ensayo General

Libro I: De las nociones innatas

Como en entradas anteriores comenté, el Ensayo sobre el entendimiento humano está dividido en 4 libros, los cuales se subdividen a su vez en capítulos. Dada la extensión de la obra, he seleccionado los capítulos que contienen las ideas mas fundamentales de la obra, a fin de realizar una pequeña síntesis. Por tanto, citaré algunos fragmentos que considero como mas oportunos para comprender tanto a la obra como al autor.

En el libro I, Locke trata sobre una cuestión primordial de su pensamiento y que aparece reflejado en varias de sus obras, la inexistencia del innatismo, es decir, la idea de que no existen ideas innatas en el ser humano, ya que es a través de la experiencia como se comienza a tener conocimiento, por tanto el ser humano no nace con unas ideas preconcebidas. He seleccionado el capítulo 2 como clave para entender sus ideas sobre las ideas innatas y para comprender el primer libro de la obra. 

 

Capítulo 2: No hay principios innatos en la mente

“Los hombres, con el solo empleo de sus facultades naturales, pueden alcanzar todo el conocimiento que poseen sin la ayuda de ninguna impresión innata. Nada se presupone más comúnmente que el que haya unos ciertos principios. Pero, aun siendo cierto que de hecho hubiera unas verdades asentidas por toda la humanidad, eso no probarla que eran innatas, y no hay ningún principio al cual toda la humanidad preste asentimiento universal.

 […]Esos principios no están impresos naturalmente en el alma, porque los desconocen los niños, los idiotas, etcétera… Decir que una noción está impresa en la mente, y al mismo tiempo decir que la mente la ignora y que aún no la advierte, es tanto como reducir a nada esa impresión.  Si la razón los descubriera, no se probaría que son innatos. Es falso que la razón los descubre. Ciertamente, no puede pensarse que sea innato lo que requiere a la razón para ser descubierto.

 […]Estoy de acuerdo, pues, con esos señores de los principios innatos, en que en la mente no hay ningún conocimiento de esas máximas generales (conocimientos universales) y de suyo evidentes hasta que no llega el ejercicio de la razón. Inicialmente los sentidos dan entrada a ideas particulares y llenan el recipiente hasta entonces vacío, y la mente, familiarizándose poco a poco con alguna de esas ideas, las aloja en la memoria y les da nombres. Después, procediendo más adelante, la mente las abstrae, y poco a poco aprende el uso de los nombres generales. El que algunas veces no se conozcan esas máximas hasta que no son propuestas sólo prueba que no son innatas.”