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Los libros de caballerías y el Lazarillo de Tormes

Los libros de caballerías, cuyo origen se halla en la Edad Media, consiguieron un gran éxito en el siglo XVI y fueron de hecho el género novelesco más abundante en el reinado de Carlos I. Entre las razones que justifican la popularidad que obtuvieron en pleno Renacimiento se hallan su idealismo amoroso y su exaltación del espíritu aventurero, aspecto que había de hallar una profunda resonancia en el ánimo de los españoles del momento, deslumbrados por las hazañas de los soldados de América y Europa.

En este contexto histórico es razonable pensar el éxito que tuvieron estas obras narrativas en las cuales el héroe era un ser desmesuradamente perfecto y fuerte. En estas novelas aparecían elementos fantásticos, maravillosos e inverosímiles y la acción transcurría en épocas lejanas y países más o menos exóticos.  Buen ejemplo es el Amadís de Gaula, de autor anonimo, y publicado en once volúmenes, atribuyendo a Feliciano de Silva los tres últimos. Estos libros de caballerías españoles, traducidos y leídos con entusiasmo en Italia y Francia, típica muestra de literatura que hoy llamaríamos de “evasión”, perecieron gracias a la burla y la parodia en el Quijote de Cervantes.

Imagen: Edición del Amadís de Gaula [Fuente: www.demofilo.com]


El Lazarillo de Tormes

El Lazarillo de Tormes señala a mediados del siglo XVI, el comienzo de un nuevo género en la literatura castellana: la novela picaresca.

Las tres primeras ediciones conocidas de la «Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades» llevan la fecha de 1554 y no indican el nombre de su autor, con lo que viene a continuarse uno de los rasgos típicos de nuestra literatura: la tendencia al anonimato. Esto ha dado lugar a diversas conjeturas, habiéndose atribuido la obra, con más o menos fundamento, a Diego Hurtado de Mendoza y a otros muchos.

El Lazarillo de Tormes se escribió y se publicó cuando en España todo el mundo leía libros de caballería. El Lazarillo es precisamente todo lo contrario a éstos: la biografía de un ser de baja y vergonzosa familia, y cuyas aventuras, totalmente verosímiles, van encaminadas a lo más urgente, como es saciar el hambre para sobrevivir. Además, los hechos transcurren contemporáneamente en las ciudades y villas castellanas.

El libro, publicado cuando empezaba a ponerse de moda en España la artificiosa e idílica novela pastoril, se enfrenta con una realidad cruda y sin la menor concesión a la idealización o a la fantasía. Es una visión parcial de la sociedad contemporánea y una falsa autobiografía, ya que personas de la condición de Lázaro no sabían escribir ni podían imaginar que su vida interesara a nadie. En cambió, la novela es, desde el punto de vista literario, y precisamente por su parcialidad hacia lo desagradable, una extraordinaria innovación. Un ser insignificante se ha convertido en el protagonista de un libro, aunque sea en calidad de “antihéroe”, y la trama argumental ha dejado de tener una curva evolutiva en la acción para convertirse en un relato itinerante, cuyo asunto principal es la lucha contra el hambre, o la pura necesidad de subsistir.

Imagen: El Lazarillo de Tormes de Goya [Fuente: es.wikipedia.org]