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Crónica del primer curso en Alicante de Diego Espinosa Roca, 5º Dan

Algo ha cambiado.

Supongo que es lo natural: pasa el tiempo, entrenas y entrenas, viajas y aprendes, compartes y te enriqueces, te equivocas y mejoras. Creo que es lo que le ha pasado a Diego Sensei (5º Dan a punto de ascender a 6º Dan), y quizás en menor medida, lo que me está pasando a mí.

El curso de este pasado fin de semana ha sido extraño —en el buen sentido— por dos razones: por la sensación de haber aprendido mucho más que en los anteriores cursos con Diego y porque se ha pasado volando, cuando normalmente se hace algo largo y cansado por las muchas horas de entrenamiento (rodillas peladas, pesadez en las piernas, etc.).

Estoy seguro de que el mérito es al 90% de Diego Espinosa, nosotros seguimos siendo unos patosos aprendices, realmente nos falta mucho trabajo por hacer, mucho por pulir, mucho por avanzar. Tengo la sospecha de que en su último viaje a Japón pasó algo especial, y también tengo la sensación de que todo empezó en el curso de Isimoto Sensei en Madrid y Mallorca. Realmente hay algo especial en Shingu y en sus maestros, no me cabe la menor duda.

Lo que ha hecho Diego en este curso creo que en realidad es muy sencillo: nos ha enseñado el siguiente paso, el objetivo, lo que ocurrirá cuando completemos la segunda fase de nuestro viaje. Hace más de una década que empezamos a entrenar con Charly Sensei, a quien mando un abrazo especial desde aquí (sé que me lee desde Vietnam, Google Analytics no engaña); él nos inculcó su admiración por Hikitsuchi Sensei (10º Dan) y por el Kumano Juku Dojo, él nos dejó la base técnica y nos llevó a muchos a completar la primera fase del camino: el primer Dan. Ahora tenemos que pulir la técnica —aún tenemos lagunas lógicas, debido a los años sin la supervisión de Charly Sensei—, eliminar la fuerza bruta de la ecuación (cuando le atacabas nunca sentías fuerza bruta, a pesar de lo energético que resultaban sus movimientos) y trabajar más con la energía, presencia y actitud propias de los maestros de Shingu.

En definitiva, un gran curso, un gran Sensei, una gran escuela. En la próxima entrada os resumiré lo aprendido en el curso. Un saludo,

Daniel

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