Categories
Sin categoría

La figura de Catalina de Aragón en la política de Enrique VIII (Parte II)

3. Catalina como consejera real y regente:

Pese a los problemas que el matrimonio Tudor – Trastámara mantuvo, Catalina, fue una reina adorada por el pueblo y respetada en la corte. Ejerció de consejera de Enrique durante los primeros años de reinado (hasta que éste la reemplazó por Wolsey, quien practicó una política de conveniencia con la que contentaba a Enrique diciéndole siempre lo que quería oír, pero sin preocuparse verdaderamente por Inglaterra), y además, de regente en un par de ocasiones. Por citar un ejemplo, Catalina, cabalgó al frente de las tropas de reserva que derrotaron a las tropas escocesas en 1513 mientras Enrique se hallaba en Francia, por lo que quedaron claras sus aptitudes como soberana.

Por lo que respecta a su obra como consejera, decir que, básicamente, era habitual que Enrique hiciera a su esposa partícipe de las decisiones del gobierno, buscando su beneplácito como garantía para no errar.  Decir también que, antes de casarse con Enrique, Catalina ejercía como embajadora acreditada de España. Además, era frecuente encontrar a los esposos en los aposentos de la reina hablando de temas diversos: política, teología, libros, etc.

Categories
Sin categoría

La figura de Catalina en la política de Enrique VIII (Parte I)

–          Introducción:

Vamos a dividir en fases la siguiente entrada en la que hablaremos de la relevancia de Catalina en la política impulsada por su marido, Enrique VIII. No obstante, se debe hacer mención a una serie de datos antes de dar paso al grueso de la entrada: La obra política de Catalina en Inglaterra fue, más o menos, desde 1509 a 1525, época que algunos han calificado como “época de Catalina”. Durante tal período, destacará la labor social que la misma llevará a cabo en diversos campos como: Obras culturales y benéficas, interés por el Humanismo y la cultura, defensa de los marginados y además, parece que asumió los costes de algunos estudiantes sin recursos. Por otro lado, ejerció de consejera con su marido y además fue una brillante política.

1. Primera toma de contacto con Inglaterra:

Catalina, como todo descendiente de reyes, era una pieza clave en la política matrimonial que llevaban a cabo sus padres (y que explicaremos en otra entrada). Así pues, siguiendo dicha política, cuyo principal fin era aislar a Francia, Catalina fue prometida con el príncipe Arturo de Gales el 26 de marzo de 1489, sellándose a través del tratado de Medina del Campo una alianza entre Inglaterra y España.

No obstante, mientras Catalina iba creciendo, iba ganando belleza a la par que su madre, Isabel la Católica, reconsideraba la alianza ya pactada con Inglaterra. De todos modos, en 1497 la alianza se renovó y se confirmó con una ceremonia matrimonial en Inglaterra, pero este matrimonio no duró mucho tiempo porque, Arturo, príncipe de Gales, falleció a causa de una enfermedad al año de haber contraído matrimonio.

Será a partir de este momento, donde Catalina empiece a formar parte directa de los intereses británicos:

2. Boda con Enrique VIII e inicio de su papel como consorte:

Tras la muerte de Enrique VII, le sucederá su hijo Enrique, quien ocupará el trono en 1509 bajo el nombre de Enrique VIII. Una vez obtenido el poder, Enrique se encaprichará de Catalina, con la que se casará tras obtener una dispensa papal por haber contraído ésta matrimonio previamente (aunque sin llegar a consumarlo).  Así, la primera fase del matrimonio pareció ser un éxito, puesto que el amor no tardó en surgir por ambas partes y además, Catalina, no tardó en granjearse el cariño del pueblo. De hecho, en los primeros años de matrimonio, era algo natural encontrar a la pareja yendo a cabalgar, a cazar, etc. No obstante, tal felicidad fue efímera, ya que Catalina, pese a haber estado encinta hasta 6 veces, no pudo engendrar más que una hija, lo que provocó tensiones varias entre el matrimonio.

Categories
Sin categoría

La educación de la futura reina de Inglaterra

La educación y la cultura que adquiere Catalina será unos de los rasgos más importantes en esta reina que la diferencia de otras de su tiempo. Su educación fue compartida con todas sus hermanas, en el caso de Isabel después de enviudar siguió su  educación junto con Juana bajo las directrices de Beatriz Galindo.  Hay que hacer notar que Catalina y sus hermanas eran hijas de una de las mayores humanistas, Isabel la católica, esta reina era  mecenas de las artes e impulsaba la educación en las mujeres.

La hija de Lebrija, María Pacheco junto con Lucía Medrano también fueron muy importante en la educación de estas niñas.  María y la pequeña Catalina en un principio empezaron con el latín  y la prosa así como tareas más domésticas como era el bordado.   Pero si sus maestras fueron importantes en la educación van a entrar en escena unos personajes muy destacados en el tiempo y que van a ser los verdaderamente relevantes en la educación de la infanta. El cardenal Mendoza junto con el cardenal Cisneros que contaba con un libro de Francesc Eiximenis, “El carro de les dones” .

En su formación aprendió latín, griego, con la ayuda de los hermanos Geraldinis conoció la poesía de los clásicos. También estudió derecho canónico y civil, así como heráldica, historia,  equitación y cetrería. Erasmo de Rotterdam y Luís Vives consideraron a Catalina como un milagro de la educación femenina. Finalmente no hemos de olvidar que también aprendió las tareas de una mujer de la época, sabía bordar, coser, tejer, cocinar, baile, música y dibujo.

Una educación que como podemos comprobar es mucho más completa que a la que se suele otorgar a una mujer de la época, puesto que pese al alto rango de la joven Catalina esta formación no solía ser habitual y va a ser una de las condiciones que la resalten y la diferencien de las demás reinas de la época. Una futura reina con bastante cultura y estudios, así como modales.

Categories
Sin categoría

Los primeros pasos de Catalina

Catalina nació en el palacio arzobispal Alcalá de Henares en diciembre de 1485. Descendiente de Isabel I de Castilla y de Fernando II de Aragón, fue la hija pequeña de ambos. En su infancia fue destacado el papel del cardenal Pedro de Mendoza. Según las noticias y las imágenes que se conservan de la joven Catalina vemos a una niña de tez blanca, cabellos rubios y ojos azules.

En lo que atañe a su infancia destaca el episodio vivido en la toma de Granada cuando Catalina contaba con siete años de edad. El fuego y el peligro que hubo de soportar en el campamento, donde las llamas  siembran el caos mientras algunos portaban agua para apagarlo. Catalina perdió el sentido, rescatada por el antes nombrado Pedro de Mendoza. Al volver en si su madre le aseguró que fue un incidente que con una bujía. Un episodio que a simple vista no fue más que una anécdota, pero en ocasiones son esas vivencias y esas “anécdotas” las que marcan el carácter y la vida de una persona. Ello sucedió donde se iba a construir la villa de Santa Fe como desafío a Granada que terminaría su construcción en verano. La lucha de los reyes católicos contra el último reducto del islam proseguía y nuestra futura reina continuaba como testimonio de todo. Las hijas de estos reyes aportaban lo que buenamente podían, Isabel ayudaba en el trato a los enfermos junto a su madre mientras que el resto de hijas bordaban y velaban a los enfermos. Hay que entender en estos momentos la relación entre Catalina y su hermana Isabel, una mujer de 21 años recién enviudada y que esta situación en un futuro será a la que deba de enfrentarse nuestra futura reina de Inglaterra.

El frente contra Granada que comentamos finalmente se resuelve en 1492, es entonces cuando El gran capitán y don Iñigo López de Mendoza fueron los encargados de dar la noticia, Granada había caído, sin embargo aún Catalina era una niña para poder asimilar de la forma en que cabía un acontecimiento como aquel.  Este episodio va a ser clave en la historia de nuestra futura reina,  estos capítulos que vive esta niña marcarán su fe como católica consumada. Junto a la conquista se añade  meses después, el edicto por el cual todos los judíos no bautizados deben abandonar el reino, ella observa como la “verdadera fe” se va imponiendo y ganando territorio frente las otras religiones que hasta entonces habían habido en el reino.  También en la salida de los judíos descubre como esconden algunas de las pertenencias como monedas, joyas entre otras cosas que se les había prohibido sacar del reino, sin embargo estas escenas se volvían en cotidianas y ello  influía más en nuestra joven y sus convicciones religiosas.