Como en todas las áreas del saber científico, los lexicógrafos del siglo XVI intentaron identificar las plantas mencionadas en las obras de los autores clásicos como Plinio, Aristóteles, Dioscórides y Teofrasto. De esta forma, los naturalistas humanistas, como Conrad Gesner, comenzaron identificando la flora y la fauna en su propio país y realizando expediciones locales, dibujos y descripciones. Así, pronto se constató que existían otras criaturas además de las conocidas por los antiguos.
Las limitaciones clásicas se vieron desbordadas por la nueva flora, fauna, alimentos y medicamentos que llegaron a Europa desde el Nuevo Mundo y de Oriente. Por ello, ahora se dibujaban animales por su propio interés y se les describía sin hacer referencia a los clásicos.