Tal y como planeó Leonardo Da Vinci, la ballesta gigante debía usarse para lanzar grandes bolas de piedra y sembrar así el pánico y el terror entre los enemigos. El boceto de este instrumento destaca por sus grandes dimensiones: el arco tenía una abertura de 24 metros y se sujetaba sobre un tronco de unos 23 metros de largo y 1,2 metros de grosor.
Esta ballesta fue uno de los ingenios de guerra que Leonardo inventó para el Duque Ludovico de Milán. Este diseño es uno de los más detallados, marcando incluso los engranajes y los detalles del funcionamiento.