Las Fiestas Valencianas.

En el siglo XVII la nobleza valenciana vivía proyectada hacia Madrid en sus ansias de aristocratización, condicionando su modo de vida e intentando traslada a tierras valencianas las manifestaciones festivas y teatrales madrileñas reflejo de los ideales de vida cortesanos. En este sentido hay que señalar que el mayor foco de actividad sociocultural en la ciudad de Valencia serán las fiestas, ya fueran por motivos religiosos o profanos, pudiendo ser tanto privadas como públicas.

Por un lado, las fiestas privadas estaban reservadas para un determinado sector de la sociedad, normalmente de las altas esferas de la nobleza, y se celebraban en la casa de algún noble que ejercía de anfitrión, alguna de las salas de la Diputación y del Ayuntamiento o en el propio Palacio Real. Dado esto, cabe destacar que la nobleza valenciana no perdía ocasión para destacar su posición a través de la diversión y el lucimiento.

Por otro lado, las fiestas públicas se realizaban en la Plaza del Mercado, ya fuera la de la Seo o la de Predicadores y obviamente estaban abiertas para que asistieran todos los ciudadanos. En este caso, el poder que pretende hacer ostentación no es el de la nobleza sino el de los poderes públicos y locales ejerciendo una gran influencia ideológica-cultural sobre los ciudadanos.

Francisco de Ribalta (1565-1628) y José de Ribera (1591-1652)

Francisco de Ribalta y José de Ribera reconfigurarán como las dos figuras fundamentales del Barroco levantino en el siglo XVII español.

En primer lugar, Francisco de Ribalta destacó por ser como el introductor del tenebrismo en España. En 1599 marcha a Valencia donde su estilo se hará más personal y su obra se vuelve mucho más naturalista a pesar de que sus obras siguen aportando tendencias manieristas debido a su formación en el Escorial. A nivel técnico posee una significación plástica y mística de la luz, una robustez en las formas y una paleta cromática monótona que gusta por los colores tostados y parduzcos.

"Cristo abrazando a San Bernardo", Francisco de Ribalta.

“Cristo abrazando a San Bernardo”, Francisco de Ribalta.

Por su parte, José de Ribera se forma en Italia como un gran seguidor de Caravaggio por lo que será el encargado de consolidar el tenebrismo en España. Sus obras se caracterizarán por su luz simbólica y focal que sigue en gran medida las pautas de Caravaggio. A partir de la década de los años 30 su pintura se volverá más clara y luminosa aunque sigue recurriendo de manera frecuente al tenebrismo, el cual no abandona por completo.

Entre la temática de sus obras destacan las imágenes religiosas pero de apariencia costumbrista como “El sueño de Jacob” (1639); las imágenes de María Magdalena y la Virgen María como “La Asunción de María Magdalena” (1636) o “La Inmaculada Concepción” (primera mitad s. XVII) así como una serie de obras de filósofos griegos a los cuales retratará como mendigos en muchos casos y entre las que podemos señalar la de “Pitágoras” (s.XVII) o “Arquímedes” (s.XVII)

 

"El sueño de Jacob", Jose de Ribera

“El sueño de Jacob”, Jose de Ribera

El Barroco

El Barroco se erigirá como un estilo artístico que surge a finales del s. XVI y se desarrollará con gran esplendor a lo largo del siglo XVII. Una de las características principales de este movimiento será la manera en que se canaliza con el periodo histórico en que acontece, la Contrarreforma.  Tras la escisión de la Iglesia católica por parte de Lutero y el Concilio de Trento la Iglesia el arte pasará a estar al servicio de la misma estableciéndose como mensajero de los conceptos que ésta pretendía trasmitir como eran la devoción y la conmoción del fiel a través de mensajes claros y comprensibles y que no se alejaran de la doctrina eclesiástica, por lo que el arte estará claramente patrocinado por la autoridad religiosa así como por la monarquía que se adscribió a la causa.

En este momento, surgirá una incapacidad de artistas valencianos para poder hacerse cargo de las complicadas exigencias estéticas del momento a pesar de encontrarnos en una época esplendorosa dentro de las artes.

La Escultura barroca destacará por la inexistencia de imaginaría y la arquitectura por finalizar edificaciones iniciadas a finales del siglo XVI como la portada de la Iglesia de Santo Domingo de Valencia.

Sin embargo, será el la pintura donde el Barroco encontrará su mayor ámbito de expresión. Dentro de las características principales destaca el  naturalismo, predominio del color sobre el dibujo, la complejidad compositiva, el movimiento y sobre todo la hegemonía de la luz dando lugar a una serie de contrastes de luces y sombras que juegan un papel importante: el tenebrismo.

La Universidad de Valencia

La fundación de la Universidad de Valencia debemos relacionarla con un proceso expansivo del ámbito cultural que afectó de forma general a las Coronas de Castilla y Aragón. Su origen se remonta al siglo XVI con una fuerte vinculación al municipio, el cual se encargaba de financiarla junto con las aportaciones eclesiásticas y el pago de las matriculas por parte de los estudiantes, la Universidad de Valencia acogerá un fuerte movimiento humanista debido a los numerosos contactos con el exterior y la afluencia de catedráticos formados en otras universidades.

Sin embargo, desde mediados de siglo XVII la Universidad se vio afectada por el aislamiento de la ortodoxia contrarreformista promovida desde el Concilio de Trento algo que afectó tremendamente a la ideología humanista e impidió una mayor apertura al movimiento de renovación científica que estaba imperando en Europa.  Por otro lado, la filosofía se sometió a los preceptos teológicos y los estudios históricos se limitaban casi en su totalidad a las hagiografías (vidas de santos).

En el siglo XVII la Universidad de Valencia (Estudi General) promulgó una serie de ordenaciones para reglamentar aspectos de la enseñanza que hasta el momento no habían tenido cabida. En cuanto al ámbito científico, la actividad era bastante escasa debido al desconocimiento de la mayor parte de las corrientes científicas y filosóficas a pesar de que se mantuviera el nivel de las enseñanzas de anatomía y botánica.

Paralelamente, tuvieron lugar una serie de problemas en el seno interno de la organización universitaria que conllevó a un descenso del alumnado extranjero por lo que la mayoría de graduados a mediados del siglo XVII eran de origen valenciano.

La Contrarreforma en Valencia

Dentro del marco histórico de la Contrarreforma y tras el Concilio de Trento se dio paso a una lucha entre la Iglesia Católica y el Protestantismo liderado por Lutero. Dentro de este contexto, en Valencia destacará la figura del Patriarca Juan de Ribera (1532-1611), gobernador de la diócesis valentina y responsable de que se implantara el espíritu contrarreformista en Valencia además de ser responsable de la construcción del Colegio del Corpus Christi.

Para decorar ese mismo edificio el Patriarca compró obras de artistas italianos barrocos llegando incluso una copia de la obra del Martirio de San Pedro de Caravaggio. La Muerte del Patriarca Ribera provocará una intensa crisis espiritual en Valencia y un vacio que será retomado por el padre Simó, cultivador popular de la religiosidad milagrera.

 

"Juan de Ribera en la expulsión de los moriscos" (Francisco Domingo Marqués)

“Juan de Ribera en la expulsión de los moriscos” (Francisco Domingo Marqués)