Rohmer y los “Annales”

 A través de la reproducción de la película “ El árbol, el alcalde y la mediateca” podemos  visualizar algunos  de los aspectos en referente a la corriente de los Annales.  

Vemos un claro ejemplo, de una de las motivaciones y los objetivos que justificaron la creación de la revista Annales d’Histoire Economique et sociale, en la cual se desarrollará la corriente historiográfica mencionada, y ésta es la promoción del ejercicio libre de la crítica. Ya se ha comentado en entradas anteriores que Rohmer no pretende guiar  al espectador en una sola dirección, sino mostrar la situación, las diferentes visiones al respecto y como cada cual  ya es libre de posicionarse con pensamiento, un ideal, una crítica o a favor de un persona u otro según afinidad ideológica.

También, a pesar de mencionarse la política como parte del conflicto de la construcción de la mediateca, rechaza sólo que obtenga protagonismo ésta. Cierto que se dan debates al respecto, pero busca que no se centre el hilo de la película en ese aspecto.

Algo que observamos en la primera generación de los Annales es que hay intención del estudio del contexto social de los protagonistas de la historia para comprender mejor sus movimiento, algo que se puede observar en la reproducción, así como la importancia de tener en cuenta las dimensiones de la realidad, que van desde lo económico hasta lo psicológico.  Rohmer también insiste, como así lo hizo Henri Berr, en la importancia de los factores sociales, en el carácter social del hombre. No sólo hay que darle importancia a los acontecimientos políticos, sino también a las circunstancias y los aspectos económicos, psicológicos, geográficos y culturales.  En la película se da primacía a los aspectos sociales frente, por ejemplo, a la política.

También, y por último con intención de ser breve , para mi parecer tiene en cuenta, en cierto modo, la historia de las mentalidades, tan desarrollada ésta por la tercera generación de Annales. 

El árbol, el alcalde y la mediateca

La película nos presenta como un joven prometedor socialista de provincia en los 90 en Francia consigue un gran presupuesto para promover un proyecto muy ambicioso para su ayuntamiento de un pequeño pueblo: la mediateca. La problemática está servida cuando en el lugar de la construcción hay un árbol milenario. A partir de este momento se irán desganando de forma libre las diferentes posturas al respecto de la misma situación, vemos la lucha constante entre diversos puntos de vista al respecto de la mediateca, y cómo sería extensible esta situación a hoy en día. A su vez,  se muestran las posibilidades del azar  y como éste interviene en los acontecimientos y afecta en el devenir de éstos.

Hay un común desencuentro entre los arquitectos y/o diseñadores y la ciudadanía del pueblo, en  general, en cuanto a la construcción en sí de la mediateca y respecto de cómo se ha de construir. Vemos un proceso de negociación y de comunicación entre las diferentes partes inmersas en esta problemática. Podemos ver las diferentes argumentaciones en contra a dicha construcción,  así como quienes están a su favor, pero como éstas a su vez, se encuentran divididas en cuanto a la forma de llevar a cabo dicha construcción.  Normalmente los personajes nunca salen solos, sino que aparecen casi siempre acompañados, y para mayor riqueza, con sus contrarios para así establecer y dar cabida a los grandes debates, pero no sin olvidar que la última palabra aquí la tiene el azar. Intenta hacer ver que todo está abierto, no se puede caer en el impulso de presuponer los acontecimientos, pues el azar conllevará que el desenlace sea uno y otro, no siendo quizás el deseado o esperado.

Hay una contraposición entre la ciudad y el campo, entre la cultura urbana y la cultura rural.  Concretamente, el alcalde, como ya comentamos en las primeras líneas, un joven socialista, pretende abordar un proyecto de construcción de una mediateca. Se trata  de un hombre de ciudad, que se ha ido a vivir al campo y ve como el campo está quedando despoblado, frente a la inmigración que se está dando hacía la ciudad. Intenta llevar su política social típica de la ciudad al campo. Es tentador promover esta dimensión del urbanismo en el pueblo, incluso desde la mejor de sus intenciones (por reconocimiento político, para generar riqueza), pero no se da cuenta de la propia oposición de la realidad  que es y la que él cree o pretende que sea. Pero, veremos como al final cambia su opinión y esto ha sido devenido como consecuencia del azar.  Otra visión u opinión al respecto es la novia del alcalde. Su personaje es contradictorio en sí, pues según a quien se enfrente sus posturas oscilan entre la contra o no de la construcción, ahora bien, siempre ejerce de opositora a la otra opinión a la que se enfrenta. Otra opinión al respecto es la de un profesor del pueblo. Se trata de una postura radical que se opone tajantemente a la construcción de esta mediateca, pues es un ataque directo a los valores que dan identidad al campo, que le dan autenticidad. Otra opinión, al encontramos en un periodista, introducido tras una oposición de partidos, en la que se cuestiona que según el partido se recibiría o no subvenciones para este proyecto.  Dicha periodista a través de sus entrevistas e investigaciones propias irá más allá de la problemática de la mediateca, pues se cuestiona la situación de ese momento del enfrentamiento entre el campo y la ciudad. Otra clara oposición es  la de una niña que  defiende la falta de un espacio público, libre en el propio campo, siendo en un principio paradójico con la idea de que el campo es un espacio público. El problema es que para eso, habilitar espacios libre en el campo y “simplemente” adecuar edificios antiguos para establecer bibliotecas públicas y otros servicios públicos, de uso común, no hay dinero, es demasiado barato y humilde.

Desde un primer momento hace un uso persistente del azar. Rohmer pretende que se sea consciente de cómo el azar puede deshacer, cambiar o modificar la realidad.. Rohmer baña la película de azar, de lo intempestivo, lo fortuito, lo contingente.  Según Jacques Monod “vida  está sometida al azar, el hombre era producto del azar”[1]. Muestra al azar como un encuentro accidental de series independientes de causas y efectos que concurren a la producción de un fenómeno, ésta es constatada por la observación y confirmada por la razón. El azar, como podemos ver en éste largometraje, es más frecuente cuanto más compleja es la realidad. Su presencia es constante en el acontecer humano.  El azar no es la arbitrariedad o el capricho es el entrecruzamiento de acontecimientos.

Por último, podemos entrever la crítica al respecto de cómo la actuación del progreso, está afectando a la identidad propia de Francia, de la Francia rural.  También vemos en la película un claro debate de qué hacer con las ciudades y sus periferias y los pueblos.  


[1] FRANCOVICH, Guillermo (1980): “El azar y la necesidad en la Historia” en RODRÍGUEZ GARCÍA, Fausto E. (Coord.): Estudios del doctos Luis Recasens Siches, T.I, Universidad Nacional Autónoma de México, México, pp.317-323. ISBN: 968-58-2786-9., pp. 316-317.

 

Eric Rohmer y la “Nouvelle Vague”

 Eric Rohmer, era una persona austera y  de personalidad cortesana. Rohmer en cuanto a su cine, no pretendía decir ni contar nada, sino que su único objetivo era mostrar. A Rohmer no le interesaban los argumentos ni  los dramas tradicionales, sino los detalles más pequeños e íntimos de las relaciones humanas y los aspectos paradójicos de la psicología humana.  Es por ello que sus personajes se caracterizan por ser complejos, ilustrados y problemáticos. Para Eric Rohmer el lenguaje no era un fin, sino un medio[1] .

Se podría decir que su cine principalmente se basaba en llevar un equipo reducido, y, normalmente, con ausencia total de grandes estrellas y/o caras muy famosas. Y como dato curioso, solía grabar los exteriores naturales en la propia naturaleza y solía realizar muy pocas tomas.

Por regla general, y lo vemos en  la película ” el árbol, el alcalde y la mediateca” (que comentaremos en entradas siguientes), proponía historias transparentes con personajes sobre los que descansaba la acción dramática mediante una serie de planos-secuencias y diálogos extensos que trataban de reproducir conversaciones cotidianas. Huía de todo efectismo y de escenas o escenarios muy elaborados. Se posicionaba más por escenas más naturales con las que la narración fluyese de forma cómoda, nada forzada. Intentaba reproducir la realidad. Pretendía aproximarse al máximo al realismo, no con el fin en sí mismo, sino como medio para acceder a la verdad y a la belleza. Calculaba hasta el último detalle aquello que iba a colocar delante de la cámara para mostrar el máximo realismo y veracidad[2]

Eric, es uno de los fundadores de la Nouvelle Vague[3]Una de las curiosidades de la Nouvelle Vague es que cuando una obra se adaptaba al cine, hay escenas que se pueden rodar, pero otras no, pues en lugar de suprimir estas últimas, como se haría normalmente, la cosa era rodar o inventar escenas “equivalentes”[4].

 


[1] HEREDERO, Carlos  F. y SANTAMARÍA, Antonio (1991): Eric Rohmer, Cátedra, Madrid, p.95.

[2] Ibídem, p34.

[3]  SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis (2003): Historia del Cine. Teoría y Géneros cinematográficos, fotografía y televisión, Alianza, Madrid. ISBN: 84-206-5792-1, p. 447.

[4] VV.AA. (1998): “Nouvelle Vague, cuarenta años>>, monográfico de Nickelodeon, Nº 12, otoño.