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La Música en la provincia de Alicante

Ha sido casi a mediados del Siglo XIX, según acuerdo de las Cortes en 1822 y refrendo por decretos en 1833 y 1836 cuando se crea y constituye la provincia de Alicante con el territorio y los límites actuales.

Desde centurias anteriores, sus ciudades, pueblos y aldeas viven bajo las influencias antes anotadas, a más de una constancia de modos, usos y costumbres que eran una consecuencia lógica del propio ambiente.

Las condiciones climatológicas ejercen una decisiva influencia en la vida. El cielo claro, el ambiente tibio, la enervante voluptuosidad del mar y las altas montañas, así como la madorosa dulzura de la huerta, elementos todos con los que la Naturaleza ha regalada nuestra tierra, han tenido que ir formando la especial personalidad del alicantino.

Están ahí las raíces propias de que habla el ilustre escritor y poeta Vicente Ramos en su “Literatura Alicantina” al definir la alicantinidad de la que dice: “alicantinidad es un particular estilo de vida y de pensamiento, proyectado hacia el futuro con raíces propias…”

Otro poeta nuestro, Rafael Azuar, ha escrito lo siguiente: “En el arte alicantino hay, en primer lugar, una finura, una aristocracia, en cuanto a los medios de expresión, que se separan de Valencia y de Murcia y aún de Cataluña. El arte alicantino es aislado y puro.

Creo que la primera raíz de este arte pertenece al arte clásico griego. El mismo afán de belleza, la misma limpieza y claridad…”

Influido por su propio ambiente, el alicantino se crea una propia mentalidad; con unos gustos, unas inclinaciones y determinadas aficiones para el arte, de cuyas diversas expresiones nos interesa especialmente el de la música: danza, canciones, instrumentos musicales, etc.”

 

AGUILAR GOMEZ, Juan de Dios. La Música en la provincia de Alicante. En: Historia de la Musica en la Provincia de Alicante. Segunda edición. Alicante: Gráficas DIAZ, S.L., 1983, pág. 17, ISBN: 84-00-05602-7

 

Con esta nueva parte del capítulo, el autor trata de mostrarnos como para otros autores como son Vicente Ramos y Rafael Azuar, las tradiciones anteriormente mencionadas de Alicante poseen unas características especiales, unas “raíces propias” que quedan plasmadas en el término “alicantinidad”, que engloba nuestro propio ser y nuestra forma pensar, y nuestra forma de vida para con el arte.