La producción industrial afectada por el bloqueo del Mar Rojo

La producción industrial ya se resiente por el bloqueo del mar Rojo

 

La crisis en el mar Rojo, zona crucial de conexión entre Europa y Asia, y punto clave de transporte para el comercio internacional en general, ya se está dejando notar en el sector industrial. Especialmente en aquellas industrias cuya operativa es más sensible a los retrasos.Y es que las tensiones en Oriente Medio han provocado que desde hace unos meses el transporte marítimo de mercancías se haya visto gravemente afectado. En concreto, la ruta más perjudicada es la del canal de Suez que, para que nos hagamos una idea, es el lugar por donde transita el 30 % del tráfico de contenedores a nivel mundial.

Esta situación está provocando el desvío hacia rutas alternativas, que generalmente rodean África. Concretamente, se están realizando por el cabo de Buena Esperanza, en el sur de África, opción que añade unos 9.000 kilómetros de ruta y entre seis y 14 días de viaje más, convirtiéndose en más costosa, pero obviamente, en más segura.

Por su parte, aquellas navieras que mantienen sus itinerarios están viendo incrementados sus costes de manera significativa, ya que los precios de las primas aseguradoras se han disparado, e incluso algunas se niegan a asumir el riesgo de los envíos por los ataques hutíes que ya se han producido sobre algunos barcos mercantes.

La consecuencia de todo ello es que el tráfico de transporte marítimo en el mar Rojo se haya reducido hasta un 51,3 % desde el inicio del conflicto y los costes de flete se hayan encarecido hasta en un 200 %. Así, se estima que la mercancía trasladada por este punto geográfico haya pasado de los 5,5 millones de toneladas al día a los 2,1 millones.

Una de las industrias que probablemente se haya visto más resentida, debido a la desestabilización que esta situación provoca en sus cadenas de montaje, es la del automóvil. En este sentido, ya ha trascendido que grandes compañías del sector de la automoción como Volvo y Tesla se han visto abocadas a suspender parte de sus segmentos de producción por falta de componentes. Un cese de actividad que ya tuvo que anunciar la empresa Michelín en sus cuatro plantas españolas a finales de año por la falta de caucho.

El sector alimentario es otro de los que también puede verse afectado si esta situación se mantiene en el tiempo. Así, la demora en la recepción de productos como pueden ser el arroz, o los cereales, puede contribuir a una subida de precios. Similar es la situación referida al sector textil cuya operativa depende de una logística que atañe tanto a las materias primas como a los productos ya terminados.

No obstante, desde AECOC, asociación que en España aglutina a 33.000 empresas y distribuidoras, aseguran que no se prevé que se vayan a producir roturas de stocks a corto plazo. Por el contrario, la entidad afirma que la mayoría de las empresas se están adaptando a esta situación, y han comprado materias primas y producto acabado por adelantado.

Asimismo, e impactando también de manera directa sobre el sector industrial, sobrevuela el temor de que, si este conflicto se hace duradero, ineludiblemente se va a ver incrementado el precio de la energía. No podemos olvidar que aproximadamente el 12 % del crudo que se comercia pasa por el canal de Suez.

Si fijamos la vista en nuestro país, cabe destacar que la cifra que alcanza el comercio entre Asia y España sobrepasa los 135 millones de euros anuales. De este monto la mayor parte procede de las importaciones, pero no podemos obviar que este bloqueo también puede afectar al sector primario español interfiriendo en la exportación de productos lácteos, frutas, hortalizas, etc.

La tormenta perfecta
A pesar del golpe que para las cadenas de suministro globales está acarreando la crisis bélica del mar Rojo, existe un precedente de bloqueo en la zona que corresponde al año 2021, momento en el que portacontenedores Ever Given encalló en el canal de Suez.

Un incidente que provocó un atasco que se alargó casi una semana y cuyos efectos se seguían sintiendo meses después del incidente, pero que, además, acarreó millones de euros en pérdidas. También se presupone que las empresas de todo el mundo están más preparadas ante estos imprevistos como consecuencia de la crisis de suministro que se produjo con la pandemia.

Sin embargo, en la actualidad tenemos que lamentar también la crisis que, al unísono, está experimentando el canal de Panamá, otra de las localizaciones estratégicas del comercio marino. En este punto, y a consecuencia de la caída del nivel del agua, esta ruta se ha visto obligada a reducir los cruces de mercantes en un 36 %.

Una situación que parece haber desencadenado en la tormenta perfecta para provocar estragos en el sector industrial. De esta forma, y en caso de mantenerse en el tiempo, derivará inevitablemente en la escasez de inventario, en los aumentos en los costos operativos y los retrasos en las entregas a los clientes, además de en el encarecimiento del propio producto que, antes o después, se repercutirá en el consumidor final.

FUENTE: Newsletter Industrial Marzo 2024