1. Distancia de seguridad: la regla de los 3 segundos
Es habitual ver coches con conductores impacientes pegados a la matrícula del vehículo que se han propuesto adelantar. Es una actitud imprudente que puede costar, además de un accidente, 200 euros y 4 puntos del carné de conducir.
La regla de los tres segundos: el tiempo que se tarda en realizar una frenada de emergencia. Si circulamos a 120 km/h, en tres segundos recorremos algo más de 100 metros. Para asegurarnos, debemos localizar un punto fijo por el que pase el vehículo precedente y contar mentalmente 1.001, 1.002, 1.003. Si al terminar la cuenta aún no hemos alcanzado ese punto, estaremos a una distancia adecuada. Y si la calzada está mojada, deberemos aumentarla algo más.
2. Adelantar a otros usuarios, vayan en el vehículo que vayan
Normalmente, tenemos bastante claro cómo adelantar a otros coches con seguridad. Sin embargo, no estamos tan seguros cuando queremos superar a otros vehículos, como los agrícolas o las bicicletas.
A la hora de adelantar un ciclista, debemos de guardar, como mínimo, una distancia lateral de 1,5 metros y hacerlo a velocidad moderada, para no levantar corrientes que lo puedan desestabilizar. Para ello, podremos invadir parte del carril contrario si es necesario, incluso si hay línea continua, siempre y cuando lo hagamos en condiciones de seguridad. También está permitido hacerlo al superar un vehículo inmovilizado que ocupe parte de nuestro carril o cualquier otro obstáculo.
Sin embargo, no se podrá rebasar la línea continua si se trata de un vehículo agrícola en movimiento, como un tractor. En este caso, tocará esperar hasta que esté permitido adelantar.
3. Circular por el carril correcto, casi siempre, el derecho
Circular por el carril adecuado también nos mantendrá a salvo de riesgos y multas. Según indica el Reglamento General de Circulación, en vías interurbanas con más de un carril por sentido, ocupar carriles distintos al derecho entorpeciendo la marcha de otros conductores es una infracción grave.
Esto se debe a que circular, por ejemplo, por el carril central puede entorpecer los adelantamientos a otros vehículos, estos se verán obligados a realizar varios cambios de carril para efectuarlos y, por tanto, aumentará su riesgo de sufrir un accidente.
4. Respetar los distintos límites de velocidad según la vía
Otro de los puntos que nos llevan a confusión es la velocidad máxima a la que podemos circular por las distintas vías. Esto se debe, en parte, a que algunos límites generales se modificaron a principios de 2019, cuando entró en vigor un cambio en el Reglamento General de Circulación.
La norma general indica que la velocidad máxima en autopista y autovía es de 120 km/h para los coches, mientras que en carreteras convencionales es de 90 km/h. Eso sí, si la carretera tiene separación física entre sentidos de la marcha, esa velocidad se aumenta hasta los 100 km/h. En poblado, las calles de carril único o con un solo carril por sentido cuentan con un límite general de 30 km/h. Las que tienen más de un carril pueden limitarse a 50 km/h. En cualquier caso, todos estos límites se supeditan a la existencia de señales que puedan modificarlos.
Cumplir con las normas de circulación no solo es básico para la seguridad de todos los usuarios de la vía, es también un principio de convivencia que nos facilita a todos una actividad, la conducción, que nunca está exenta de ciertos riesgos.