Banquetes y bailes que no cesan, antes aumentan, cuando Felipe II entra en el Tirol y tiene ocasión de verse con sus primas, las archiduquesas de Austria. En Innsbruck, en pleno invierno y con mucha nieve -primeros días de febrero de 1549- no sólo le organizan banquetes y saraos, sino también caza mayor, esa gran diversión de los reyes, a que tan aficionado era nuestro Príncipe.
Asi mismo caza -y también con nieves, por supuesto- en Baviera, más los consabidos banquetes durante los cinco días que el Príncipe es festejado en Munich por el Duque.
Entrada triunfal del Príncipe en Augsburgo el 21 de febrero de 1549, acompañado del cardenal de Trento y el duque Mauricio de Sajonia. Desde Augsburgo se dirige a Ulm, Spira y otros lugares de Alemania, informando a su cuñado Maximiliano y a su hermana María desde Namur, había sido ” … con mucha demostración de amor, conforme a la grande obediencia que a S.M. tienen…“.