Germana de Foix (Foix, Francia, 1488 – Lliria, Valencia, 1538), esposa de Fernando II de Aragón, fue reina consorte de Aragón (1505–1516) y virreina de Valencia (1523–1538). Era hija de Juan de Foix y de María de Orleans, hermana de Luis XII de Francia.
A su llegada a España en 1517, Carlos I, con 17 años, conoció a su abuelastra, Germana de Foix, de 29 años, una mujer discreta y afectuosa que aún no padecía los problemas de obesidad que tuvo más tarde. En la primera entrevista mantenida con la viuda en Valladolid se mostró muy afable con ella y comenzó a organizar torneos y banquetes en su honor. Pronto surgió entre los dos una apasionada relación amorosa de la que nació una hija, Isabel, y aunque nunca fue reconocida oficialmente, Germana de Foix se refiere a ella en su testamento como la «infanta Isabel» —título que no le podía corresponder— y a su padre como «el emperador». La niña residió y fue educada en la Corte de Castilla.
En 1519 Germana de Foix, acompaña a Carlos I y a la hermana de éste, Leonor, a Zaragoza y Barcelona para celebrar Cortes y ser jurado como rey. Allí se decidió, para lavar la imagen del futuro emperador ante la opinión pública, el casamiento de Germana de Foix con Fernando, Marqués de Brandeburgo, del séquito personal de Carlos I, poniendo así fin a los amores con su abuelastra. Carlos I la nombró virreina y lugarteniente general de Valencia y al Marqués de Brandeburgo, capitán general del reino.
Pero Germana quedó pronto viuda y el emperador ordenó un nuevo matrimonio con Fernando de Aragón, duque de Calabria. Carlos I nombró al matrimonio virreyes y lugartenientes generales de Valencia, desde donde ejercieron un gobierno autoritario y represor. Hubieron de hacer frente al bandolerismo y las luchas internas, a la piratería ejercida desde el norte de África, al endeudamiento de los nobles y a la rebelión de los moriscos. Durante su mandato impulsó una feroz persecución contra los agermanados, cuyos bienes fueron confiscados, y emprendió un proceso de refeudalización. Contó con la ayuda de los nobles para esta causa, que luchaban contra el envío de un memorial con reivindicaciones antinobiliarias por parte de la llamada Junta de los Trece.
Germana de Foix murió en Liria, a los 49 años de edad. El testamento lo hizo conjuntamente con su esposo, y en él se dejaban los bienes uno a otro en vida, pero a la muerte de ambos debían pasar a la Orden de los Jerónimos. Para cumplir la voluntad de su viuda, el Duque de Calabria promovió la construcción del monasterio de San Miguel de los Reyes, en Valencia, cuyas obras comenzaron en 1548 y se prolongaron durante los siglos XVII y XVIII.
En una masía del término municipal de Liria, denominada «el Espinar», y que fue propiedad de los jerónimos, se conserva la reproducción exacta de la lápida original que recoge el fallecimiento y el traslado de los restos mortales de Germana de Foix, en ella reza: «En este histórico monasterio a la sazón de los monjes Jerónimos falleció 15 de octubre de 1536 siendo Reina Gobernadora de Valencia Germana de Foix esposa que fue del rey D. Fernando el Católico Marquesa de Brandemburgo y Duquesa de Calabria. Cien clérigos con antorchas acompañaron sus restos mortales hasta Valencia, donde reposan en el Monasterio de S. Miguel de los Reyes. In memoria scripsit (Crónica del Reino de Valencia) (Viciana)».