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La colonización de los Carrizales (II)

La séptima condición de la Real Cédula (1748) que regulaba la colonización de los Carrizales, establecía los derechos y condiciones a los que estaban sujetos los enfiteutas: “…por cada cien tahúllas de tierra que se establezcan, ofrece y se obliga vuestro patrimonio (del Duque de Arcos) a dar tres trahullas señaladas en el sitio que elija la persona que (se) establezca para que en ellas pueda formar barraca y criar aquellas legumbres o alfalfa que necesite, al consumo de su casa y caballerías o para los fines que le parezca…” (Brotons García, 2000: 94 – 95).

Por otra parte, el proyecto de colonización de los Carrizales ilicitanos llevaba consigo la construcción de un caserío en la Sierra del Molar destinada al asentamiento de los enfiteutas. La ubicación del mismo quedaba sujeto a la elección del Duque de Arcos y su erección quedaba en manos de los nuevos habitantes. La cédula fijaba la construcción de este edificio en un máximo de tres años, un plazo que no se llegó a cumplir. Las razones de esta demora (Brotons García, 2000: 95) parecen radicar en la posesión de casas de los enfiteutas cerca de estos territorios (o incluso en la misma Elche), por lo que no había un interés apremiante en su construcción, como también manifiesta el tardío inicio (1791) de la iglesia del caserío.

Otro aspecto tratado en la cédula, muy interesante para estudiar la evolución de la agricultura ilicitana, es la variedad de cultivos que podían plantarse en las nuevas tierras por colonizar. Se estipula de forma clara y precisa la obligación de plantar exclusivamente olivares y viñedos, excluyendo bajo todo concepto cualquier variedad de árbol frutal. Sin embargo, estas restricciones se aplican a la mayoría de la tierra cultivable, excluyendo aquellos márgenes más estériles, donde sí podían plantarse “…aquellos arboles frutales que le parezcan de mas provecho, como también álamos blancos, mimbres, …”.

Estos y otros muchos aspectos quedaron estipulados en esta Real Cédula de 1748. Sin embargo, la colonización de los Carrizales fue más dificultosa de lo que pudiese parecer en un principio. Gran parte del tiempo se destinó a las construcciones relacionadas con el riego, como los canales para el riego, drenaje, etc.

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