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Cultura

La villa del Elche y el palmeral vista por los viajeros del XVIII

El siglo XVIII, especialmente en la segunda mitad, es la época de la “Ilustración”. Se había despertado la curiosidad de los eruditos, que les hacía investigar en los archivos y recorrer el país en busca de noticias concretas. La Naturaleza, tan olvidad en los siglos perecederos, interesaba muchísimo a los hombres del siglo XVIII, que fue recordémoslo, el siglo de Rousseau. La revolución científica, el inicio de la industrialización en Inglaterra y el asentamiento del racionalismo como producto del movimiento ilustrado, son sus notas más destacadas. Valores libertarios, fraternidad, nacionalismo y un exacerbado sentir individual e imperialista, junto con el espíritu universalista de los escritores y lectores del setecientos, explica que esta centuria se convirtiera en la edad de oro de los libros de viajes.

Los viajeros del setecientos anotaban minuciosamente todo aquello que observaban, recopilando todas las noticias sobre arqueología e historia que podían encontrar, e incluso hacían propuestas concretas para el fomento de la agricultura y la industria, para un repartimiento equitativo de la riqueza. (Sanchís, 1985. p. 54).

Una de las instituciones culturales más significativas de mediados y fines del siglo XVIII fue el Grand Tour (un itinerario de viaje por Europa, antecesor del turismo moderno). España quedó fuera del “tour ” hasta el último tercio del siglo XVIII.

En esta entrada nos centraremos en las impresiones recogidas sobre elche y su palmeral, por tres grandes viajeros del siglo XVIII: Jean François Peyron, Henry Swinburne y Alexandre-Louis-Joseph, conde de Laborde. Como veremos a través de una serie de extractos de las obras de estos viajeros, observaremos como la palmera produce siempre al viajero una intensa sensación de orientalismo (Sanchís, 1985. p. 54).

gravado de Gustave Dore

Jean-François Peyron, traductor, historiador y diplomático francés, dejó constancia de su viaje por España en dos volúmenes publicados en Ginebra, Essais sur l’Espagne obra. Dentro de su obra traemos este fragmento donde nos habla de su visión sobre Elche y su entorno natural:

A deux lieues environ d’Alicante, le voya geurie trouve dans une forêt de palmiers; cet arbre porte avec lui un caractere de noblesse & de ſimplicité , mais il e trie : cependant lorſqu’il e au multiplié que dans les environs d’Elche , il orne la campagne & produit un bel eet. Je me croyois tranſporté dans les plaines d’Alexandrie ou du grand Caire: je confidérois avec un plaiſir nouveau pour moi, la grappe dorée & touue où la datte e ſuſpendue; un horizon ſans ceſſe varié, des vallées vertes & coupées de mille ruiſſeaux, un ciel pur & brillant, égayoient cette ſcene, & la rendaient une des plus intéreſſantes de ma vie, par les idées qu’elle m’inſpiroit”.(Peyron, 177-1778. p. 104)

Henry Swinburne, escritor, viajero e hispanista inglés, nació en Bristol en 1743. Visitó España en 1775 acompañado de su amigo Sir Thomas Gascoigne. Las impresiones de su viaje quedaron recogidas en un libro, Travels through Spain in the years 1775 and 1776. Swinburne, nos ofrece una hermosa descripción de un palmeral en plena explotación fenicicola, el oficio de palmerero y la artesanía de la palma blanca. (Guerreo, 1990. pp. 65-67).

“We stopped at Elche, a large town be longing to the duke of Arcos, built on the skirts of a wood, or rather fore, of palm trees, iwhere the dates hanging on all ſides in cluers of an orange colour, and the men ſwinging on baſs ropes to gather them, formed a very curious and agreeable ſcene. The palms are old and lofty; their number – is ſaid to exceed two hundred thouſand”. (Swinburne, 1779. p. 184)

Alexandre Louis Joseph, conde de Laborde, nació en París, hijo de un rico financiero de origen español. Entre sus obras más célebres el Voyage pittoresque et historique de l’Espagne (1806-1820, 4 grandes tomos con 349 grabados) y el Itinéraire descriptif de l’Espagne (1808, 5 volúmenes y 1 atlas). Estos libros contribuyeron decisivamente, a difundir en el extranjero una visión de España más fiel a la realidad, rompiendo con algunos de los anteriores tópicos por los que era conocido nuestro país en Europa. Laborde hace mención a la industria del jabón y la tintorería, pero importancia industrial de la ciudad era algo mayor de la que cita Laborde, la ciudad contaba con industrias de almidón, aguardiente, curtidos, platería, cantería, confitería y chocolate.

“Palmas y dátiles. Las hay en diferentes partes del reino, y abundan principalmente en el recinto de Elche, cuyos habitantes se han aplicado con un particular esmero a su cultivo, que forma su principal riqueza. El fruto que dan se consume ordinariamente en España, menos alguna parte que se exporta a Francia. Su pro ducto más considerable es el de las palmas, de las cuales además de las que aquí se consumen, se envían a Italia grandes remesas para la ceremonia del domingo de Ramos. Aprovechan igualmente sus hojas para esteras, banastos, sillas y otros utensilios. (Laborde, 1820. p. 129)