“Una comparativa entre Elche y Crevillente”
La estructura de la población ofrecida en el censo de 1786 nos indica una población muy joven, con una alta natalidad y la consiguiente elevada mortalidad, sobre todo infantil. Dentro de la comarca, la pirámide de Crevillente se caracteriza por un vigor bastante superior al de la población ilicitana. La natalidad aparece mucho más elevada, fenómeno en todo acorde a la curva de nacimientos de esta población, que aventaja, sin duda, a la de cualquier población valenciana: es un fenómeno que está en directa relación con una mayor precocidad matrimonial, junto a una soltería mucho más reducida que en Elche. Así, en el grupo de dieciséis-veinticinco años, los solteros de Crevillente suponen el 4,4% de los varones y el 2,8% de las mujeres, mientras que en Elche dicho s porcentajes suman el 6 y el 4,4%, respectivamente, aunque a nivel comarcal la nupcialidad es realmente elevada, casi total dentro del periodo procreativo, es decir, antes de los cuarenta años de edad.
El porcentaje de los varones, que se mantiene más elevado hasta los dieciséis años, cambia de signo de un modo brusco en el escalón dieciséis-veinticinco, lo cual hay que relacionarlo, posiblemente, con el servicio militar o, tal vez, aunque menos probable, con una emigración temporal, ya que en el grupo veinticinco a cuarenta años los varones vuelven a predominar en ambas poblaciones. En las mujeres, el mayor entrante, el de veinticinco-cuarenta años, obedece a las enfermedades propias de la maternidad, señaladas como importantes y “endémicas” en los documentos de la época (Gozalvez, 1976. pp. 207-208).