Revista de Historia Moderna

  • Revista de Historia Moderna: Anales de la Universidad de Alicante [en línea]. Alicante: Departamento de Historia Medieval, Historia Moderna y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Alicante, 1981-   [consulta: 2 de enero de 2013]. Anual. Dialnet. ISSN: 0212-5862. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=1181

En 1981 comenzó a publicarse la Revista de Historia Moderna: Anales de la Universidad de Alicante, y una década después se asoció a la Fundación Española de Historia Moderna. Desde entonces la revista ha publicado más de 30 números, lo que hace un total de al menos 300 artículos originales de acceso libre.

Por poner solamente algunos ejemplos que vienen al caso, en 2002 se publicó el artículo “Pedagogía y moral en el Siglo de las Luces: las escritoras francesas y su recepción en España” de Mónica Bolufer Peruga. En 1984, “Francisco Manuel de Mena: la ascensión social de un mercader de libros proveedor de la élite ilustrada” de Antonio Mestre Sanchís, quien en otra entrada del blog nos contó quién fue Manuel Martí. Y en 1981, año en que se inicia la revista, “Un testimonio desconocido del Deán Martí sobre el pantano de Tibi” de Enrique Giménez López, quien ya en una de las primeras entradas nos introdujo en la economía alicantina del siglo XVIII, la cual fue revitalizada, en parte, por la reparación y puesta en marcha del embalse de Tibi.

El humanista Manuel Martí

  • MESTRE SANCHÍS, Antonio. Manuel Martí, el Deán de Alicante. Alicante: Instituto Alicantino de Cultura «Juan Gil-Albert», 2003. ISBN: 84-4784-411-9.

Gracias a las epístolas del deán Manuel Martí (1663-1737) y a biógrafos como el profesor e investigador Antonio Mestre Sanchís, hoy tenemos la oportunidad así como la facilidad de acceder a una de las mentes más lúcidas del humanismo español. No fue, por no ser esa su época, un ilustrado propiamente dicho, pero fue, qué duda cabe, un intelectual preilustrado atraído por el saber, especialmente por el saber de tipo filológico y literario. Tampoco fue alguien, desde luego, al que debamos idolatrar (pues todos los ídolos son, a la postre, ídolos caídos), pero sí alguien al que debemos apreciar en su justa medida, admirando sus logros sin dejar de lado la crítica.

Hace ya tres siglos que este oropesino de nacimiento, formado en Valencia y en Roma, y finalmente alicantino, dejó su pequeña pero valiosa huella en la historia de las ideas. Valga este humilde post y esta cita como merecido aunque insuficiente tributo (pp. 324-329):

Es menester situar la figura de Martí en su momento concreto. No podemos pedir al Deán que razone como los philosophes, ni piense como los autores de la Encyclopedie. Sería un mundo cultural que ni siquiera llegó a intuir. Sus planteamientos mentales son hijos de los humanistas críticos, que se centran en el experimentalismo de Bacon, la crítica a la escolástica de Gassendi, la filología de Du Cange y Vosio, la historia crítica de Mabillon. (…) Por lo demás, Martí no dudó en manifestar, especialmente en sus cartas a Mayans, su escepticismo, así como su velado espíritu republicano, muy propio de los humanistas. El Deán presumió en múltiples ocasiones de seguir la “secta” escéptica. Así en el momento de hablar del Dr. Antonio Bernabeu, médico alicantino, justifica su amistad, además de por sus cualidades humanas, por ser escéptico, “que es la secta que profeso”, escribía en 1728. Pero muchos años antes ya había manifestado, en carta a Mayans, su admiración por Sexto Empírico, que acompañó con un testimonio clarificador: “Si no temiera el distraer a Vm. [Vuestra merced] de su principal estudio, le persuadiera a que leyese las Hipotyposes de Sexto Empírico, famoso pirrónico. Por donde vería Vm. cuánto amaron aquellos filósofos la verdad, pues por no establecer cosa contra ella, no definían cosa alguna. Yo me di tanto a ese género de especulación en mi mocedad, que me precisaron los médicos en Roma a que me apartara de ese género de estudio, porque vacilaba mi cabeza” (27-XII-1722).

Del preilustrado Manuel Martí al jurista Juan Sempere y Guarinos

  • ALBEROLA, Armando. Alicante vista por sus cronistas: los siglos XVIII y XIX. En: Una historia con Luces y Sombras: Seminario Permanente de Historia de Alicante. Alicante: Universidad de Alicante y Sede Ciudad de Alicante, 2004, pp. 43-66. (Colección «Extensión Universitaria»). ISBN 84-608-0079-2.

En este capítulo del libro, el historiador y profesor Armando Alberola, bien conocido por estos lares, analiza entre otros temas el “ambiente cultural” de la época, al tiempo que realiza un breve pero documentado compendio sobre las figuras alicantinas más visibles de la cultura dieciochesca y decimonónica. He aquí un pequeño fragmento cuya frase final, con la honesta intención de no dejarnos llevar por loas excesivas, es reveladora:

(Imagen extraída del libro)

A lo largo de este siglo, hallamos personalidades de categoría tan contrastada como las de Manuel Martí, deán de la colegial de la ciudad y uno de los preilustrados más conspicuos; Jacinto Segura, el dominico historiador autor del Norte Crítico; fray Nicolás de Jesús Belando, igualmente historiador y autor de la Historia civil de España; el científico de renombre universal Jorge Juan Santacilia; Antonio Valcárcel y Pío de Saboya (conde de Lumiares) e Ignacio Pérez de Sarrió, amantes de la arqueología y preocupados por la epigrafía y la numismática; el jesuita y literato Pedro Montengón; el editor de los clásicos españoles Francisco Cerdá y Rico o el jurista Juan Sempere y Guarinos. Pese a esto, el panorama cultural ciudadano en el Alicante del XVIII era enormemente sombrío.