No me había reído tanto en mi vida… (vía Flintstone):
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Author: Daniel Rodríguez
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Aikido completo, de Roy Suenaka
Éste es un libro que no debe faltar en casa de ningún aikidoka; acabo de devorarlo (graciás Adán, por prestármelo), aunque sólo he leído la primera mitad, donde hay una biografía de Suenaka Sensei. La segunda mitad es una descripción de técnicas de la escuela fundada por él, pero eso me interesa menos.
Sin embargo, ese medio libro no tiene desperdicio: en él explica muy bien anécdotas del Fundador y, lo que es más interesante, lo que sucedió durante los primeros años tras la muerte de O’Sensei, especialmente la ruptura de Koichi Tohei con Kissomaru Ueshiba y el nacimiento de las múltiples escuelas de Aikido que existen hoy en día.
Ahora entiendo mucho mejor por qué son tan diferentes unas escuelas de otras, y qué debo seguir buscando en mi entrenamiento: el camino del aiki.
Este pasado sábado, 21 de febrero de 2009, nos reunimos dos grupos de antiguos alumnos de Charly Sensei, el de Cartagena y el de Alicante/Elche. El reencuentro tuvo lugar en el dojo cartaginense, en el club 1900, un club deportivo antiguo encantador y con jardines, espacios abiertos… una gozada.
Aquí está la foto de grupo, tomada justo antes de empezar:
El curso fue impartido por los dos alumnos más destacados y antiguos de Charly, Jose de Cartagena y Fernando, de Elche:
El entrenamiento fue intenso, primero armas —un poco de boken y mucho bo al aire libre— y luego trabajo a manos descubiertas. Después de tres horas, cargados de energía, nos tomamos una cerveza y a casa. La mayoría se quedaron a comer y siguieron con la jornada de convivencia, que resultó tan grata que amenazamos con repetir.
Se generó mucha energía en el tatami, tras el primer saludo, cuando dimos las tres reverencias y las cuatro palmadas, una corriente de ki brotó de la nada, fue casi como un susto, cuando te sube la adrenalina. Fue muy agradable recuperar sensaciones olvidadas, pero me sentí un poco torpe con las técnicas, me sorprendió lo poco que se parecen a las de Tamura. Pero el Aikido es Aikido, y al final te amoldas. Sin embargo, como nota positiva, nos hemos dado cuenta de que tenemos que quedar más a menudo para entrenar, preparar exámenes y refrescar las técnicas de Hikitsuchi que nos enseño Charly, para sumarlas a las de Tamura que estamos aprendiendo ahora.
EDITADO: a continuación os pongo, a petición de Fernando, un par de vídeos de la jornada; en el primero, se ve el saludo inicial del que os hablaba:
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A continuación, somenuchi ikkyo en suwari waza, al más puro estilo Shingu:
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Mucha gente pregunta detalles sobre los entrenamientos regulares del grupo de Cartagena, así que os cuento: entrenan martes, jueves y sábados en el Club 1900 de Cartagena (Carretera Media Sala s/n, llamad al 968314260 para averiguar precios y horarios).
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Curso de Kyusho en Benidorm
Ya hemos hablado antes de puntos vitales, así que el siguiente paso es ponerse manso a la obra y practicar.
Quien quiera y pueda ir, hay un curso en Benidorm de Federico Asensio, training instructor de nivel 7 (visita www.kyusho.es), al que conocemos por los cursos de defensa personal que da en la Universidad de Alicante.
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Foto de grupo
Aquí está la foto de grupo más reciente, con los compañeros de la universidad y Fidel Sensei, tomada después de un examen:
He aquí una cuestión peliaguda, pues no hay unanimidad dentro del mundo del Aikido sobre algunos detalles. Pero lo vamos a intentar: sentarse o arrolidarse en la postura seiza contiene en sí mismo un pequeño ritual basado en las costumbres de los samurái, quienes estaban en constante alerta, incluso al sentarse a tomar un té. No estaba mal visto matar a alguien en un momento de descuido, así que imaginaos la escena…
En el Aikido clásico, así como en Iaido y otras artes marciales, la primera rodilla que toca el tatami es la izquierda, luego la derecha. En este vídeo, en el minuto 2:20 podemos ver cómo se sienta O’Sensei:
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Sin embargo su hijo, Kisshomaru Ueshiba, cambió el orden y propone primero la derecha y luego la izquierda (Best Aikido, páginas 25-26). Tamura sigue el mismo camino, con lo que en la mayoría de dojos en España podemos ver esa secuencia. La discusión se centra en obtener la mejor posición para poder desenvainar ante un posible ataque, y si os interesa podemos entrar en el debate.
Para levantarse sí hay coincidencia: primero se levanta la derecha y luego la izquierda.
Para saludar, hay que posar las manos abiertas sobre el tatami, primero la izquierda y luego la derecha (para poder sacar el sable corto en caso de necesidad, si te cortan es la mano mala), formando un rombo justo a la altura de la nariz. Pronunciamos “Onegaisamasu” (por favor) antes de practicar o recibir una explicación, y “arigatou gozaimashita” (muchas gracias) al terminar. Una vez dicho esto, retiramos la mano derecha y luego la izquierda.
En Aikido hay muchos detalles que se nos escapan, especialmente a los que llevamos poco tiempo en esto; algunos tienen que ver con la etiqueta, otros con costumbres japonesas básicas en la práctica del Budo.
El principiante lo pasa realmente mal porque no sabe cuándo puede meter la pata; por ejemplo, me enteré de que el cinturón no debe lavarse JAMÁS, pero ya llevaba seis meses (¿o quizás al año?) entrenando, así que le debo a mi cinturón blanco todo ese tiempo. Si algún día alcanzo la meta del primer Dan, llevaré mi cinturón blanco bajo la hakama durante una temporada, hasta que deje de estar en deuda con él.
Cosas como ésta me han animado a inaugurar una serie de entradas con pequeños secretos fáciles de descubrir. Empezaremos por cómo atar el cinturón, porque es una de esas cosas que recuerdo de la época en la que empezaba, de hecho me volvía loco. Como veremos, no hay un único método:
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Seigo Yamaguchi
Ya había oído hablar de Yamaguchi Sensei (noveno dan); en este vídeo se intuye muy bien su forma de trabajar. Me gusta la idea de trabajar katatedori como si estuviera a punto de desenvainar el sable. Hace un trabajo muy energético:
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¿Cuántas técnicas hay en Aikido?
En una entrevista hecha en 1957, publicada por Stanley Pranin en 1976 (Entrevista con Morihei Ueshiba y Kisshomaru Ueshiba, Aiki News 18-21, 1976), se le hizo esa misma pregunta al fundador; puedes leer una traducción del artículo completo aquí.
Su respuesta fue:
Hay cerca de 3,000 técnicas básicas, y cada una de ellas tiene 16
variantes… por lo que hay varios miles. Dependiendo de la situación, puedes crear
otras nuevas.
Sí, amigos, 48.000 técnicas, y con libertad para crear más…
La tendencia en el Aikido moderno es a reducir esa cantidad, pero yo opino que eso empobrece el arte que practicamos; desde que empecé a practicar bajo la línea Tamura he notado que repetimos muchas veces las mismas técnicas, frente a la variedad constante que desplegaba Charly Sensei en su dojo. Son dos maneras distintas de entender la metodología en el Aikido: repetir unas pocas técnicas para dominarlas mejor, frente a cambiar mucho de técnicas para captar la esencia, lo que tienen en común.
Pero lejos de ser una queja, he convertido esa sensación en una ventaja, porque tengo la suerte de entrenar de las dos maneras: con Fidel Sensei (línea Tamura) insisto mucho en las técnicas, las pienso, repaso y analizo una y otra vez; con Fernando (alumno aventajado de Charly Sensei) practico la adaptación, el cambio, la fluidez de técnicas diferentes.
ACTUALIZADO (30/08/2010): acabo de ver el primer documental americano sobre el Aikido, “Rende-vouz with adventure”, y en él O’Sensei le explica que hay 2.664 técnicas en Aikido. Concuerda con las cerca de 3.000 técnicas básicas de la entrevista.
Creo que todos estamos de acuerdo en que el Aikido es un arte marcial defensiva; pero eso no significa que el aikidoka deba tener una actitud pasiva ante un ataque. Esperar la reacción del adversario implica pensar en él, estar pendiente de él, y en esas condiciones podemos vernos atrapados por su ki y no se puede alcanzar el aiki.
Debemos pensar sólo en nosotros mismos, en nuestra técnica, en lo que vamos a hacer y en nada más. Una anécdota: cuando jugaba al baloncesto, el entrenador nos prohibía mirar el calentamiento del rival, y con el tiempo entendimos por qué: ver cómo saltaban y encestaban condicionaba nuestro juego, jugábamos con predisposición a la derrota. Más tarde lo utilizamos como técnica, y si notábamos que nos miraban calentar, mandábamos al más ágil pegarse unos mates para bajarles la moral. Funcionaba.
Al practicar Aikido, debemos llevar siempre la iniciativa, movernos primero, anticiparnos al ataque e incluso simular golpes que provoquen el agarre deseado, para hacer la técnica que tenemos prevista desde un principio. Con Charly Sensei practicábamos la iniciativa con frecuencia, y siempre que veo trabajar a grandes maestros me doy cuenta de que cumplen estos principios. Hace poco practicamos con Fidel Shomenuchi Ikkyo con iniciativa, exactamente igual que hacía O-Sensei, Hikitsuchi-Sensei o Charly-Sensei; fue para mí una grata sorpresa, y sólo echo de menos que se practique más a menudo, pues me encuentro incómodo cuando tengo que recibir el golpe de shomen y desviarlo, como se practica normalmente cuando no hay iniciativa. Stanley Pranin lo explica mejor que yo en su artículo “Shomenuchi Ikkyo: ¿Contrario a los Principios del Aikido?” (artículo original).
A modo de conclusión, un deseo: me gustaría que la iniciativa en el Aikido no se practicara sólo de vez en cuando y en niveles avanzados, sino que se enseñara desde el principio y que esté siempre presente en la manera de trabajar en el dojo.
Para concluir, unos vídeos:
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