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Blanca Arteaga #ConCincoPreguntas

¿Cuándo descubriste que te gustaban las Matemáticas?

La verdad no tengo conciencia de ello, pero tengo un recuerdo especial de los últimos años de EGB y un cuaderno pequeñito de anillas, supongo que sería en aquella época.

¿Cómo recuerdas tu paso por la licenciatura o el grado en Matemáticas?

La verdad que no puedo decir que mis recuerdos respecto a la licenciatura sean del todo gratos. Desde el inicio tenía clara mi vocación docente, y pasé cinco años esperando que alguien me diese una pauta para ser una buena profesora de matemáticas que nunca llegó. Estuvo demasiado volcada en unas matemáticas poco aplicadas.

¿Quién es tu matemático/matemática preferido/preferida?

Pues la verdad que no puedo decantarme por uno u otro, mis primeros pasos didácticos fueron de la mano de las lecturas de Miguel de Guzmán, si tengo que elegir a uno que sea él. Pero siempre me han llamado la atención también todas aquellas mujeres matemáticas que han trabajado muchas veces contracorriente, comencemos con Hypatia y terminemos con Maryam Mirzakhani, que pueden definir un intervalo con grandes personas en todas las áreas de las matemáticas.

¿Qué te gusta más de las Matemáticas?

La cara de un estudiante cuando da sentido a algún aspecto matemático nuevo o que no había comprendido de manera previa. Quizá porque a través de esos gestos sencillos puedo ver la belleza de lo que estamos tratando aún con más sentido.

¿Dónde hablaste por primera vez en público sobre Matemáticas?

Sobre matemáticas así a lo grande quizá nunca. Pero, al leer la pregunta he recordado cuando dí mi primera clase de estadística en la universidad, llevando ya varios años impartiendo clase en el instituto, y el temblor de piernas subiendo aquellas tres escaleras cuando a la derecha había toda una sala, serían cien estudiantes que yo debí casi transformar en mil. Me gustaría sin embargo decirte que cada año académico me siento casi empezar por primera vez, me siento igual de nerviosa por dentro quizá en un intento de mantener la emoción de enseñar a tocar las matemáticas y que los chavales disfruten con lo que están haciendo.

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