Si bien es cierto que, según dicen los franceses, el nombre no hace la cosa, no lo es menos, como reconoce todo el mundo, que una denominación marca una tencencia.
Así: absolutista, intolerante; intergrista, intransigente; conservador, guardador de lo establecido; liberal, amante del progreso; demócrata, partidario de la soberanía del pueblo por amante de medio de sus mandatarios; reformista, reformas por evolución; radical, partidario de reformas extremas; republicano, amigo de instaurar la república; socialista, defensor del Estado absorvente del individuo; anarquista, que niega toda autoridad; bolcheviquista implantador de la dictadura del proletariado; sindicalista, mezcla informal de anarquista, bolcheviquista y absolutista, pues mientras pretenda la supresión de toda autoridad constituida, se someta a la dictadura absolutista del que llama Sindicato único, que es otra denominación determinanete de tendencia.
¡Sindicato único! ¿Se quiere nada más absoluto?
Eliminación de toda otra asociación obrera, coacción ejercida sobre la clase trabajadora para que, acuda a engrosar las listas del Sindicato único y a aportar su óbulo para atender a los fines dictatoriales que persigue. ¿puede racionalmente mantenerse entre hombres libres?
Todos los extremos son viciosos, y así tan irracional es querer hacer retrogradar a la humanidad para someterla a una dictadura negra, como aspirar a implantar una dictadura roja que, representada por la fuerza bruta, solo se concibe en una sociedad primitiva y en una edad salvaje.
En el medio está la virtud, según locución latina consagrada por todas las civilizaciones, y solo aquél que en el término medio vive y se desarrolla, respetando en lo que tiene de respetable la tradición, rozándola en cuando debe modificarla el progreso, acudiendo el avance impuesto por los tiempos, acatando la manera de pensar de pensar ajena, defendiendo la libertad de los derechos del hombre implantando legislación humanitaria y social, llevando en suma camino de perfeccionamiento, ya que no pueda aspirarse en lo humano a la perfección absoluta, ese y sólo ese es el amante de todas las clases sociales que integran la humanidad, pues tan digno de respeto es el obrero como el patrono, ese y sólo ese es el que busca la armonía y evita las estricencias y encauza la vida por la senda del progreso y bienestar.
José Moya, Camino a seguir, Heraldo de Alcoy, XXV, (6558);1-2, 06-02-1920.
http://bv2.gva.es/va/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=1009361
En este artículo intenta definir muy rápidamente las diferentes ideologías y como es habitual en ese periódico, acaba criticando al anarquismo, acusándolo de absolutista e hipócrita, incluso diciendo que retrograda a la humanidad, para después decir que es un diario parcial. La segunda mitad del artículo se dedica a intentar convencer al lector de que la virtud está en el término medio, intentando adormecer a la gente diciéndole que los extremos no son buenos, porque son los que cambian los sistemas y eso parece que a este periódico no le conviene ya que es bastante conservador. Si tan digno es el patrono como el obrero, no es comprensible como uno apenas llega a fin de mes y el otro derrocha dinero por doquier, pero claro hay que ser amante de todas las clases sociales.