Un post de nuestro compañero Mariano Gálvez López. 1er Dan
Habitualmente tendemos a acceder al mundo de las artes marciales al ver aquella película que marcó un antes y un después en nuestras vidas, que tanto nos impresionó al ver de lo que una persona es capaz de hacer al conocer un arte así. Otras veces es por la inseguridad, a veces creada por la sociedad, buscamos un método de defensa ante amenazas externas las cuales nos convierten en personas temerarias y agresivas con la excusa de conocer un arte marcial.
Antiguamente en un sentido más estricto, las artes marciales eran artes militares, creadas para la defensa ante armas sin hacer uso de armas de fuego o cualquier tipo de arma moderna.
Pero no siempre se contemplan las artes marciales tal y como son. Las artes marciales, en un trasfondo más filosófico y tras la unión de distintas artes comprenden el Budo.
El Budo -que significa “camino de la vida del samurái-, engloba el conocimiento de las artes marciales así como las normas éticas, o etiqueta, a seguir para un desarrollo filosófico, un estilo de vida.
He aquí el tema que vengo a tratar, el AiKiDo.
El AiKiDo es un Gendai Budo -o arte marcial moderno-. Es un arte marcial que rechaza la violencia y que mediante proyecciones y luxaciones, inmoviliza al atacante sin causarle daño.
Como decía más atrás, normalmente tendemos a aprender artes marciales como método de defensa ante posibles amenazas externas, pero analicemos, de todos los que practicamos artes marciales, ¿cuántos de nosotros ha tenido problemas fuera del tatami? El AiKiDo a mi manera de ver, es un arte marcial que aporta seguridad en ti mismo, reflejos y respeto dentro y fuera del tatami.
Muchos podrán empezar a practicar AiKiDo por el simple hecho de haber visto una película de lucha impactante, o para aprender a defenderse, pero no siempre esa ilusión hace que muchos nuevos practicantes prosigan su práctica a lo largo de su vida.
Estoy acostumbrado a ver como gente entra al tatami a probar buscando un arte defensa personal que sea de gran eficacia y que quieren aprender en dos días lo que sabe un maestro en treinta años de práctica continuada e ininterrumpida.
El AiKiDo, al igual que el resto de artes marciales, te proporciona seguridad en ti mismo, mejoras saludables en tu cuerpo como una mayor elasticidad, una mejora postural de la columna o una mejora cardiovascular, entre otras muchas cosas.
Es un arte marcial que puede practicarse a cualquier edad y puede además extrapolarse a la vida cotidiana sin necesidad de generar agresividad o violencia. Además, es estupenda para gente joven, ya que no hay competición, lo que no genera competitividad entre estos y les hace no perder esa humildad que la sociedad nos intenta arrebatar según nos hacemos mayores.
El pase de grados en este arte marcial puede resultar más rápido que en otras artes, como el karate, que suelen examinar anualmente, o semestralmente en el caso de cintos de doble color.
En Aikido semestralmente puedes examinarte de pase de un kyu a otro, con un sistema de técnicas y conocimientos estandarizado por la asociación o federación a la que se pertenezca, haciendo posible llegar a cinturón negro, o shodan, en tres años.
En el caso del AiKiDo, el paso a Shodan es cuando se empieza realmente el estudio de este arte marcial, ya que se conoce la estructura de la técnica, y se empezará a buscar un entrenamiento más relajado a la par que más efectivo.
Por eso, a todo aquel practicante que desea aprender rápido un método de defensa personal, normalmente no suele permanecer mucho tiempo asistiendo a clase, dado a que la parte más importante en el AiKiDo es la paciencia, ya que pueden pasar meses o años para que se pueda llegar a entender y/o comprender los aspectos técnicos de éste.
Como podéis ver, no he hablado de lo que habla todo el mundo normalmente, que el AiKiDo es un arte marcial de origen japonés fundado por Morihei Ueshiba, pero creo que para eso ya tenéis Wikipedia y miles de artículos al respecto.
Sólo animarte a probar a entrenar, y a que disfrutes del AiKiDo, así como de las amistades que podrás hacer en el Tatami.
Mariano Gálvez López
Shodan