El proyecto Europeana Regia y la biblioteca alfonsina

La Biblioteca de los reyes Aragoneses de Nápoles dentro del Proyecto  Europeana Regia ; la aportació de la Universitat de València.Congresso internazionale di studi Identità e frontiera: politica, economia e socità nel Mediterrano di Età Modern, 2011[consulta: 22-01-2013]. Disponible en : http://biblioteca.uv.es/valenciano/informacion/coopera/euroregia/EuropeanaRegia_cagliari.pdf

 Como ya comentaba en la entrada anterior mi compañera, Europeana Regia es un proyecto europeo en el que el Servei de Biblioteques i Documentació de la Universitat de València trabaja  desde enero del 2010. Este proyecto se encarga de la digitalización de manuscritos medievales y renacentistas y su objetivo es reunir en versión electrónica las colecciones más importantes de cinco bibliotecas europeas reales medievales y renacentistas y es ahí  donde la biblioteca real de Nápoles tiene su papel como una de ellas.

Los códices miniados, procedentes de la biblioteca de Alfonso el Magnánimo y sus sucesores, que llegaron a Valencia, al Monasterio de San Miguel de los Reyes, de la mano del Duque de Calabria serán descritos y digitalizados en este proyecto, que tan solo de esta valiosa biblioteca digitalizará 282 manuscritos, de los cuales 226 proceden en la actualidad de la biblioteca de la Universidad de Valencia y otros manuscritos repartidos por otras bibliotecas europeas.

Este proyecto tan ambicioso finalizó en  junio de 2012 y es una gran fuente de documentación para investigadores, docentes y el público en general.

 

Europeana Regia

Europeana Regia Virtual Exhibition. Information and Communication Technology Policy Support, 2010. [Consulta: 26 de Enero de 2013] Disponible en: http://http://www.europeanaregia.eu/es

La Europeana Regia es un proyecto de la Comisión Europea que trata de digitalizar las obras más destacadas de tres periodos diferentes de la historia europea:  la Biblioteca Carolingia (siglos VIII y IX), la Biblioteca de Carlos V de Francia y su familia (siglo XIV) y la Biblioteca de los Reyes aragoneses de Nápoles (siglos XV y principios del XVI).

Se ha realizado a través de la participación 5 bibliotecas europeas: la Bibliothèque nationale de France (BnF) la Bayerische Staatsbibliothek de Munich (BSB), la Biblioteca de la Universitat de València (BHUV), la Herzog August Bibliothek de Wolfenbuttel (HAB) y la Koninklijke Bibliotheek de Bélgica (KBR). Todas ellas tratan de digitalizar los códices de estas tres etapas históricas, que corresponden sobre todo a temas de política, cultura, historia y arte en Europa.

Su objetivo es realizar una “biblioteca virtual” accesible a través de diferentes plataformas, y así conseguir que todos estos documentos tan valiosos puedan estar al alcance de cualquier persona con conexión a internet, facilitando su consulta y su estudio.

Este proyecto fue realizado de 2010 a 2012 y podemos encontrar muchas de las obras de la Biblioteca Napolitana digitalizadas y ya publicadas aquí.

Códices Góticos

ALCINA FRANCH, José. Siglo XIII: Códices Góticos. En: La Biblioteca de Alfonso V de Aragón en  Nápoles. Catálogo descriptivo: fondos valencianos.Vol.2. Valencia: Direcció General del Llibre i Coordinació Bibliotecaria, 2000.p. 27-66 ISBN: 84-482-2479-5

En esta segunda entrada, en la que hablamos de los códices que se encontraban entre la colección de libros de la biblioteca real de Nápoles, es el turno de los códices pertenecientes al Gótico que datan de los siglos XIII, XIV y XV.

Entre los códices del siglo XIII, encontramos un gran número de biblias escritas en prosa y latín, cuya encuadernación, con una decoración minuciosa, detallista y muy elaborada, se corresponde con la gran pasión literaria que el rey Alfonso V sintió hacia la lectura y recuperación de estos textos, por su fuerte devoción cristiana.También se encuentran entre los códices góticos material  relacionado con la teología entre los que se encuentran las Epistolae de S. Augustinus, un texto con un estado de conservación no muy bueno, en el que gran parte de sus folios han perdido la tinta. 

Después, en cuanto a los códices góticos del siglo tanto del siglo XIV como del siglo XV, encontramos al igual que en el siglo anterior numerosas biblias y libros referentes a estudios teológicos, pero además también se hayan entre estos brevarios, libros de coro y códices de derecho.

Códices Románicos

ALCINA FRANCH, José. Siglo XII : Códices Románicos. En: La Biblioteca de Alfonso V de Aragón en  Nápoles. Catálogo descriptivo: fondos valencianos.Vol.2. Valencia: Direcció General del Llibre i Coordinació Bibliotecaria, 2000. p.19-26 ISBN: 84-482-2479-5

Era bien sabido en la época la pasión que el rey Alfonso V tenia por los códices  y manuscritos antiguos, en este primera entrada hablaremos de los códices románicos del  siglo XII , pero también encontramos en esta enorme colección códices posteriores de la época gótica o humanística; todos estos albergados en la sala de Castel Nuovo destinada a la Biblioteca del rey.

En el caso de los códices románicos son pocos de los que se tiene constancia en la actualidad aunque se presupone que hubieron más en la Biblioteca hasta el inicio de su  desarticulación  por distintas ventas a particulares, o por los expolios de guerras etc…

Por ello contamos con tan solo dos códices de la antigua biblioteca napolitana el Exposito Psalmorum  Liber Dialogorum , en ambos hay que mencionar la elaborada decoración de sus encuadernaciones. En el caso de ambos códices cabe destacar  el escudo del Duque de Calabria bordado en oro en la primera cubierta además de la  elaborada ornamentación propia de la época; ambos escritos en prosa y en latín.

 

Los Incunables valencianos

GÓMEZ GÓMEZ María del Pilar. Introducción. En: Catálogo de los incunables de la Biblioteca Universitaria de Valencia. Valencia : Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1981. p. 11-17. ISBN: 84-370-0184-6

La Biblioteca de la Universidad de Valencia es extraordinariamente rica en fondos antiguos: manuscritos, incunables y libros de los siglos XVI, XVII Y XVIII, muchos de ellos ejemplares únicos y de gran rareza bibliográfica.

Una de las circunstancias clave para incrementar los fondos de la Biblioteca fue la desamortización eclesiástica, por la que los bienes de los conventos pasaron a manos del Estado. Así, se ingresaron libros de diferentes instituciones religiosas, pero la incorporación más importante lo trajo la Biblioteca de San Miguel de los Reyes, que como ya se ha explicado en este blog, era un fondo riquísimo compuesto por los manuscritos reunidos en la Biblioteca Real de Nápoles y más tarde por el Duque de Calabria, fundador de este monasterio.

Los incunables son obras encontradas sobre todo en este fondo y que ahora pertenecen a la Biblioteca Valenciana, y en muchas ocasiones se trata de ejemplares únicos en el mundo, únicos existentes en España, o de extraordinaria rareza. Las materias de loas que suelen tratar son Filosofía y Teología, aunque también destaca la Literatura y la Filología, el Derecho Civil, la Geografía e Historia, o incluso, la Música.

Así, en la introducción a este volumen podemos encontrar una buena información sobre estos libros, los cuales poseen un gran valor bibliográfico ya que incluso conservan su encuadernación original, y puede ser de gran ayuda en la investigación y ayuda sobre este tema.

Conclusiones sobre el proyecto de la Biblioteca Valenciana

La Biblioteca Real de Nápoles de Alfonso el MAgnánimo al Duque de Calabria. Valencia: Consell General del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, 1999. ISBN: 84-482-2111-7.

En esta entrada he querido dejaros la aportación que escribió Consuelo Ciscar Casabán, directora general de promoción cultural, museos y bellas artes, como introducción al libro que el Consell General del Consorci i de Museus de la Comunidad Valenciana editó como recopilación de la historia de la Biblioteca Real de Nápoles y el Monasterio de San Miguel de los Reyes.

” La inauguración de la Biblioteca Valenciana en el antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes, un edificio clave en la historia del Renacimiento valenciano que ha sido rehabilitado para albergar este destino cultural, merecía ser acompañada por un evento que, por sus características específicas, la realzara aún más y que, a su vez, potenciara simbólicamente sus cometidos en el futuro.

No se pudo hallar un mejor cauce por el que canalizar estos objetivos que la organización y montaje de esta exposición. la cual viene a recoger al mismo espíritu de amor por los libros que caracterizó a los fundadores del conjunto monástico: Fernando de Aragón y Germana de Foix, duques de Calabria y virreyes de Valencia.

La biblioteca del Duque de Calabria se nutría fundamentalmente de los fondos bibliográficos provenientes de la magnífica colección reunida en Nápoles por su ilustre ascendiente, el rey Alfonso el Magnánimo.

Como producto ejemplar del Renacimiento, la librería napolitana compitió en calidad y esplendor con las más importantes bibliotecas de los señoríos y repúblicas de la Italia del momento. Dispersada por los avatares de la historia, los libros pacientemente recopilados por el Magnánimo y sus descendientes hoy son custodiados principalmente por la Biblioteca Universitaria de Valencia (…)

Todo ello os sirve para celebrar este sugerente proyecto que tiene por  objeto la rememoración de un época y, sobre todo, la revalorización de una idea: la sistematización y catalogación del saber humano en un centro que, como el de San Miguel de los Reyes, recupera en nuestros días una de sus más importantes funciones históricas.”

La Biblioteca Valenciana y su colección

ALEIXANDRE TENA, Francisca. La Biblioteca Valenciana. En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p.235-263. ISBN: 84-482-2875-8.

El proyecto del traspaso definitivo de la Biblioteca Valenciana a el monasterio de San de los Reyes  ha requerido un gran trabajo sobre todo en lo referente a su  organización como “centro superior bibliotecario de la Generalidad y depósito bibliográfico de la Comunidad Valenciana”, así es como la biblioteca esta definida en el artículo primero del decreto de su creación. En cuanto a sus funciones la Biblioteca Valenciana es el primer centro bibliográfico de la comunidad y entre sus funciones destaca la de reunir, conservar y difundir de la mejor forma posible todo el patrimonio valenciano; además cualquier material de relevancia cultural y patrimonial será depositado preferentemente en ella.

Su colección es el eje fundamental de la biblioteca y a lo largo de los años estas colecciones se han ido engrandeciendo con las aportaciones de bibliófilos como Nicolau Primitiu, quien reunió a lo largo de su vida una gran biblioteca con obras producidas en valencia, de autores valencianos o de materia especialmente ligada a la historia o cultura de esta.

En 1984 se incorporaron tres nuevas bibliotecas a la Biblioteca Valenciana, las de Emilio Muñoz Orts,que perteneció a una familia de gran tradición cultural; Manuel Sanchis Guarner, filólogo e historiador y Luís Guarner, catedrático de Lengua y Literatura Española.

Un año después, en 1985 Adolf Pizcueta, fundador de la editorial L’Estel y director de La Taula de les Lletres Valencianes,dona su biblioteca personal a la Biblioteca Valenciana; ese mismo año se incorpora a la colección de la Biblioteca Valenciana, la biblioteca de la Sección Femenina de la Falange Española.

Esta aportación constante de materiales se ha seguido produciendo a la largo de los siguientes años, tanto por donación como por compra, lo que ha permitido formar una colección de gran valor en la Biblioteca Valenciana, que fue en sus orígenes el lugar destinado para la colección que el duque de Calabria trajo desde la Biblioteca Real de Nápoles y que ahora en la actualidad se ha convertido en la Biblioteca de la Generalidad Valenciana.

 

La restauración del antiguo monasterio

ESTEBAN CHAPAPRÍA, Julián. La restauración y rehabilitación del antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes para la sede de la Bilbioteca Valenciana.En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p.187-233. ISBN: 84-482-2875-8.

La recuperación y puesta en valor del antiguo monasterio de San Miguel de  los Reyes parece arrancar cuando las instituciones  democráticas, que son sus propietarias, toman conciencia a finales de los años setenta del potencial histórico de estos monumentos y el gran papel que estos podrían representar en la recuperación de la identidad del pueblo valenciano.

Por otra parte, la creación de una Biblioteca Valenciana ya formaba parte de las ideas propuestas por parte del gobierno de la Generalitat Valenciana como forma  para dotarse de una forma adecuada en materia cultural, teatro, cine, arte , libros y archivos; y para ello necesitaban la creación de sedes que albergaran estos contenidos y los acercaran al público. La elección del antiguo monasterio no fue casual sino que  era la  voluntad política de la Generalitat llevar a cabo la puesta en valor i recuperación de patrimonio cultura  muchas veces en peligro de quedar olvidado.

 Octubre de 1981 fue el año en que se presentó la primera propuesta para la puesta en valor del monasterio de San Miguel de los Reyes y los arquitectos encargados del presentaron un anteproyecto para la restauración del monasterio como un centro cultural. Pero el anteproyecto no sigue adelante y en 1988 se presenta un nuevo proyecto para  la recalificación del monumento aunque sin conocerse el uso que se le iba a destinar.

A su vez, la Biblioteca Valenciana , creada oficialmente en 1985, seguía su camino sin vincularse a una sede concreta. En primer lugar se ubico provisionalmente en la biblioteca pública de la calle Hospital, después de esto se estudia, en 1991, la propuesta para trasladarla a la Asilo de San Juan Bautista. El segundo intento para ubicar la biblioteca tenia unas disponibilidades de crecimiento bastante reducidas, lo que aseguraba la dependencia de esta de otros lugares para ubicar los depósitos o las actividades de investigación, pero otra vez el proyecto fue abandonado con el cambio de gobierno.

Fue en Junio de 1995 cuando se comienza a estudiar la posibilidad de trasladar la sede de la biblioteca al monasterio de San Miguel de los Reyes. El proyecto se aprobó junto con unas medidas de restauración que no vulneraran la esencia y el valor histórico del edificio Se trataba de llevar a cabo un trabajo de cuidadosa restauración de la arquitectura renacentista preexistente para adaptar y habilitar el espacio para sus usos como biblioteca.

La Biblioteca y su sede

CAMPS GARCÍA, Concha. La biblioteca y su sede: De San Bernat de Rascanya a San Miguel de los Reyes. En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p.161-186. ISBN: 84-482-2875-8.

Lo que en la actualidad se conoce como el antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes es una obra arquitectónica de gran complejidad en la que además de un monasterio jerónimo también fue una alquería islámica, un presidio y un monasterio cisterciense.

En primer lugar esta fundación monástica perteneció a la orden del cister entre los años 1371-1545 y recibía el nombre de Sant Bernat de Rascanya, sus dimensiones eran más reducidas que en el momento del monasterio jerónimo, como cita el cronista Sigüenza, era “un monasterio pequeño con una huerta pequeña”.

Después a la muerte de Germana de Foix, esposa del duque de Calabria, este siguiendo la voluntad de su difunta esposa instala realiza las gestiones necesarias para instalar en el monasterio la orden de los jerónimos suprimiendo la anterior orden cistercense. El nuevo monasterio pasa a conocerse como San Miguel de los Reyes.La orden de San Jerónimo permanece en el convento desde 1546 hasta 1835 cuando se produce una exclaustración definitiva por la que el monasterio y todos sus bienes pasan a manos del estado.

Hasta la instalación del presidio en 1874, San Miguel de los Reyes atraviesa una etapa llena de vicisitudes , en un primer momento el estado  utiliza las instalaciones como alojamiento provisional de militares retirados a la espera de saber su destino,y posteriormente como fábrica de seda; hasta que las protestas de particulares hacen que el estado lo saque a subasta pública. Su nuevo propietario tenia la intención de demolerlo y vender sus bienes pero este proceso fue frenado y después de esto fue utilizado, como antes hemos nombrado como presidio hasta 1966, a partir de  cuya  fecha sirvió como colegio y como almacén de embargos y finalmente a partir de los años noventa empezó su restauración y puesta en valor.

El presidio de San Miguel de los Reyes

LLORCA ORTEGA,José. El presidio de San Miguel de los Reyes. En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p.141-159. ISBN: 84-482-2875-8.

A finales del año 1886 se acabaron las obras en el Monasterio para su adaptación en presidio. Se construyeron finalmente unas 200 celdas, ya que por falta de fondos no se pudo realizar el proyecto deseado, que contaba con espacio para unos 2500 presos.

En las dos últimas décadas del pasado siglo, el penal contaba con dos espaciosos patios interiores, escuela, enfermería, una docena de talleres, despachos desahogados, oficinas, cuerpo de guardia, locutorio, pabellones de empleados, patio de entrada, jardín, y una espaciosa iglesia monacal utilizada como capilla.

El capítulo de referencia hace un recorrido por cada una de las estancias nombradas anteriormente, pero nosotras haremos referencia a una en concreto, la biblioteca, ya que es el tema referido en nuestro blog.

Está claro que la nueva biblioteca creada en el presidio no tuvo nada que ver con la gran biblioteca que residía en este mismo edificio siglos atrás. En ella se llevó a cabo la denominada “Asociación de los buenos libros”, donde se dedicaban a fomentar las “Buenas Lecturas”, de modo que sus miembros, después de cada charla, repartían hojas religiosas, estampas y folletos. Más tarde, otra asociación llamada “Intereses Católicos” regaló al Presidio de San Miguel una biblioteca de unos mil volúmenes, que permitió construir dos bibliotecas, una en la escuela y otra en la enfermería.

La vida en este presidio fue dura. Se convirtió en una Prisión central, en la que se cumplían los más graves castigos, almacenando en ella a asesinos, violadores falsarios…

Finalmente, en el año 1966 este antiguo cenobio fue clausurado y adquirido por el Ayuntamiento y la Diputación de Valencia, que lo transformaron en un colegio público y un almacén municipal.

El Monasterio de San Miguel de los Reyes durante la desamortización de Mendizábal

MARTÍ FERRANDO, Josep. San Miguel de los Reyes, de la desamortización al presidio (1837- 1870). En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p.113-140. ISBN: 84-482-2875-8.

La desamortización llevada a cabo por Mendizábal en 1836 convirtió las propiedades monásticas en bienes nacionales y un año más tarde propuso la venta de los bienes de la Iglesia y la abolición de los diezmos. Este proceso afectó a San Miguel de los Reyes, que fue una de las propiedades desamortizadas. Por lo que respecta a la Biblioteca, bien pronto se había tratado de destinar a la biblioteca de la Universidad de Valencia los libros de los conventos suprimidos y, en efecto, allí fueron destinados los restos de la fabulosa biblioteca del Duque de Calabria.

Tras un cúmulo de trámites burocráticos, el Monasterio pasó a manos privadas. Fue vendido al comerciante Juan Antonio Cantero, quién quería derribarlo y utilizar los materiales en una nueva construcción, pero finalmente se logró parar el derrumbamiento del edificio tras la negativa de los ciudadanos valencianos y la aparición de una licencia histórica. Después de ello el edificio pasó a manos de Vicente Llanos, que le dio una nueva utilidad, el depósito de animales muertos y excrementos, pero se intercedió ante las quejas de los vecinos por el exceso de pestilencia y tras un informe en el que se detallaban las nefastas condiciones del edificio, éste pasó a titularidad pública.

Más tarde, en 1852, el antiguo monasterio fue utilizado como manicomio y un año después como hospital de coléricos. Así, el uso del edificio fue variando hasta que en 1874 el arquitecto Tomás Aranguren diseñó un proyecto para adaptar el edificio en cárcel. Así se llevó a cabo una serie de reformas en el edificio para que pudiera servir en su nueva ocupación, por lo que se construyeron nuevas galerías penitenciarias. Una de ellas supuso la desaparición de la capilla de los Reyes y de la sala donde se albergó la Biblioteca del Duque de Calabria.

La capilla musical del Duque de Calabria

GÓMEZ MUNTANÉ, Maricarmen. San Miguel de los Reyes y la capilla musical de don Fernando de Aragón, Duque de Calabria (1488-1550). En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p. 91-111. ISBN: 84-482-2875-8.

Ya desde sus comienzos, el monarca Alfonso V tuvo al servicio de su capilla un gran número de cantores y organistas que se hacían cargo de interpretar el repertorio polifónico de aquellos servicios litúrgicos en los que se les requiriese, tanto en el ámbito privado como en los actos oficiales. Hacia el año 1450, ninguna capilla en Italia podía alcanzar el esplendor musical que ésta poseía, pero a pesar de ello, no existe ni un códice musical que se pueda asegurar su pertenencia a esta capilla. Fue a partir del reinado de su hijo Ferrante cuando comenzamos a encontrar libros de música.

Años más tarde, con el nombramiento del virreinato de los Duques de Calabria, apareció en Valencia una capilla que pasó a ser una de las mejor dotadas musicalmente de toda España. La información de quienes formaron parte de la capilla de los Duques entre 1546 y 1550 la encontramos en sus nóminas (esta información se encuentra detallada en el capítulo de referencia en forma de tabla).

Como ya sabemos, tras la muerte de Fernando de Aragón, toda su colección fue trasladada a San Miguel de los Reyes. El inventario reseña un total de 830 volúmenes que provienen tanto de su biblioteca privada (formada en gran parte por los volúmenes de Alfonso el Magnánimo) como de los libros que se encontraban en la capilla. Entre estas obras se encuentran un buen número de libros de canto llano y de polifonía (de nuevo detallados en una tabla de forma muy amplia).

Además de todos estos libros, el Duque cedió al monasterio varios instrumentos musicales que le pertenecieron, entre ellos vihuelas, laúdes, timbales y tres órganos. Estos últimos debieron haber sido piezas de gran calidad, incluso uno de ellos lo podría haber heredado de su abuelo, el rey Ferrante, hijo de Alfonso el Magnánimo.

En cuanto al destino de los libros de música que se encontraban en el monasterio, existen diferentes conjeturas, entre ellas que fueron destruidos durante la desamortización de Mendizábal, aunque es probable que muchos de ellos se conserven ocultos en manos privadas.

El Duque de Calabria y la llegada de la Biblioteca al San Miguel de los Reyes

MARTÍ FERRANDO, Josep. La Biblioteca Real llega a Valencia: Fernando de Aragón, duque de Calabria. En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p. 45-72. ISBN: 84-482-2875-8.

En esta parte de la obra sobre la Biblioteca Napolitana y su estancia en el monasterio de San Miguel de los Reyes, se hace un recorrido sobre toda la vida del Duque de Calabria.

Aquí solo expondremos los datos más interesantes para poder comprenderla, ya que Fernando de Aragón tuvo un papel fundamental en el destino de la Biblioteca Real.

Nació en 1488 en Italia y fue hijo de Federico de Aragón e Isabel de Nápoles, cosa que le convertía en bisnieto de Alfonso V el Magnánimo. Su padre fue coronado rey de Nápoles, cosa que le convertía en el sucesor del trono, pero fue desheredado de sus derechos sobre el trono napolitano por Fernando el Católico, ya que este quería hacerse con su poder. Para ello, éste le ofreció al Duque de Calabria un matrimonio con Catalina de Aragón, para así intentar mantenerle lejos de Nápoles y evitar que accediera al trono. Finalmente el Duque abandonó en un principio sus pretensiones de reinar Nápoles y se instaló en Barcelona, ya que Fernando el Católico, como recompensa, le convirtió en lugarteniente general de Cataluña.

Los problemas con el Rey aumentaron cuando éste, al morir Isabel la Católica, se casó con Germana de Foix. Parece ser que Fernando de Aragón y la futura mujer del Rey Católico mantuvieron un romance mientras ésta se encontraba en Cataluña. A los pocos días el Duque de Calabria intentó huir, pero fue apresado y encarcelado en el castillo de Játiva.

Este escándalo no podía ser conocido ya que no sería bien visto, por ello fue escondido, aunque era un secreto a voces que la nueva residencia del Duque estaba constantemente vigilada por hombres del Rey Católico. A pesar de ello, éste se vio obligado a conceder al Duque todo lo que quería en su “prisión”. Entre las cosas que pidió se encontraba su Biblioteca, formada por una de las mejores colecciones de impresos y manuscritos del siglo XVI, así, durante su encarcelamiento, se dedicó plenamente a sus libros y a su colección de música, también esencial. Tras la muerte del Rey Fernando el Católico y su encarcelamiento, el Duque se casó con Germana de Foix, viuda del Rey. Tras la boda, fueron nombrados virreyes de Valencia, lugar que se convirtió, gracias Fernando de Aragón, en uno de los centros culturales de su tiempo. Fue muy importante en toda Europa la Capilla musical del Duque, ya que en ella se encontraban los compositores más destacados de su tiempo. Además, la Biblioteca fue creciendo en número desde 1536, momento en el que el virrey valenciano se dedicó a intentar reunir los libros que pertenecieron a la Biblioteca de Alfonso V y que se encontraban dispersos por España e Italia. Tras la muerte del Duque de Calabria en 1550, todos los volúmenes de su colección pasaron a ser propiedad del monasterio de San Miguel de los Reyes, ya que murió sin descendencia. Así, se abre una nueva etapa de la Biblioteca, que seguía conteniendo una riqueza cultural espectacular.

La encuadernación en la Biblioteca

ALCINA FRANCH, José. La encuadernación. En: La Biblioteca de Alfonso V de Aragón en Nápoles Vol.1. Valencia: Direcció General del Llibre i Coordinació Bibliotecaria, 2000. p.49-82. ISBN 84-482-2479-7.

Bien es sabido que las antiguas encuadernaciones eran en muchos casos menospreciadas, y su interés por ellas no fue importante hasta hace pocos siglos. Es por ello que aunque la cantidad de encuadernaciones que existen conservadas de la Biblioteca de Alfonso V no sean la mayoría (se conservan unas 250), la importancia de éstas en el estudio y la conservación de la encuadernación es extraordinaria.

Además, su relevancia aumenta porque este arte en Nápoles fue considerado el puente de unión entre el arte mudéjar español y el arte europeo de los siglos posteriores, donde se observan las huellas del arte orientalista fundido con lo europeo.

Gracias el estudio de los distintos libros de la Biblioteca Napolitana donde se conserva una buena encuadernación se ha podido extraer un importante conocimiento sobre todos los aspectos de este arte, tanto de técnicas como de materiales utilizados. El encuadernador seguía un proceso riguroso:

En primer lugar se prepara el texto y se agrupan los folios utilizados en lo que se llaman cuadernillos, que tienen un número variable de hojas y eran perfectamente ordenados. Existían diferentes técnicas para ello, aunque era común escribir al final de un folio la palabra con la que empezaba el siguiente. Después de este proceso, todos los cuadernillos eran cosidos en el telar hasta formar el volumen.

Es entonces cuando se crean las tablas que servirán de cubierta. Las de las obras Napolitanas están generalmente formadas por tablas de madera, aunque algunas están formadas con cartón, pero para encuadernar pequeños libros breves.

El forrado de las tapas se realiza bien en seda, papel terciopelo o piel, esta última la más utilizada y se solía tintar y decorar con el escudo del Duque de Calabria grabado en oro en el centro de la primera cubierta.

Otra tarea a realizar por el encuadernador era la pintura del corte del libro, o sea, de los cantos de los folios. Son frecuentes en los códices humanísticos los cortes dorados, mientras que se eligen colores rojos, amoratados o negruzcos para los góticos. Durante un periodo de tiempo era frecuente la inscripción del título y del nombre del autor en el canto de los folios, ya que eran colocados de forma inversa a la actual, aunque más tarde encontramos otros volúmenes que conservan esta inscripción en el lomo del libro.

Cabe destacar en todo este proceso el uso del oro, que aunque no se puede conocer con exactitud la fecha en la cual comenzó esta práctica(parece que a mitad del siglo XV), si sabemos cuál es el proceso que se seguía para su plasmación en el códice.

A grandes rasgos, éstas son las características esenciales de la encuadernación en la Biblioteca de Alfonso V, sin embargo, el capítulo del libro al que nos hemos referido al comienzo de esta entrada realiza un estudio muy descriptivo y completo sobre los tipos de encuadernación, su estilo, y los encuadernadores a destacar en cada periodo, por lo que para tener un conocimiento total del tema es recomendable consultarlo.

El contenido de la Biblioteca Alfonsina

ALCINA FRANCH, José. Contenido literario de la Biblioteca. En: La Biblioteca de Alfonso V de Aragón en Nápoles Vol.1. Valencia: Direcció General del Llibre i Coordinació Bibliotecaria, 2000. p. 37-48. ISBN 84-482-2479-7.

La Biblioteca de Alfonso V fue una de las más importantes de su época, llegando a contar con entre 2500 y 3000 volúmenes en su mejor momento, de los cuales se conocen y conservan 569.

Para la selección de los volúmenes que debían pertenecer a la Biblioteca era muy importante la opinión del monarca, aunque también intervenían asesores  que ayudaron a completar la colección con la cultura literaria de la época. Es por ello que encontramos los gustos de los monarcas a los que perteneció esta colección.

Por un lado, encontramos una gran cantidad de obras religiosas, a las cuales era asiduo el rey Alfonso V. Entre ellas hay nueve Biblias y una gran cantidad de escritos teológicos los cuales eran los más abundantes: de San Agustín encontramos catorce volúmenes, de Lactancio cuatro, de San Gregorio, de San Jerónimo, pero sobre todo de Santo Tomás de Aquino, de quien encontramos veinte códices. Como ya sabemos, la afición de este monarca a el arte, la literatura, la filosofía era enorme, por lo que  las obras clásicas y de los humanistas de su época eran esenciales. Encontramos entre sus favoritos los Comentarios de Julio César, la Eneida, Séneca o Tito Livio, de quienes encontramos numerosas obras, pero también encontramos muchísimos códices más de autores de la Grecia y Roma antiguas que son fundamentales en la cultura renacentista, al igual que las obras de muchos humanistas como Petrarca o Bocaccio.

Los gustos del hijo de Alfonso el Magnánimo y heredero de esta biblioteca también se hicieron presentes. Fernando I también fue educado en el ámbito de la cultura, sin embargo tenía un carácter muy distinto. Sus preferencias literarias se centraban más en los tratados de ciencias prácticas, por lo que se encargó de adquirir obras como los tratados de arquitectura de Vitrubio y de Antonio Averlino, o los libros de historia natural y geografía como los de Ptolomeo.

En cuanto a los idiomas de estas obras destacan por encima de cualquier otro los libros en lengua latina debido a la recuperación durante el Renacimiento de la lengua preponderante en la Antigüedad, y son muy pocas los escritos en cualquier otra lengua.

Así, es evidente que los gustos de cada monarca influyeron en la orientación dada a la Biblioteca, aunque podemos encontrar códices de cualquier otro tema que son claves en la cultura napolitana del siglo XV.

La desarticulación de la Biblioteca Real

CABEZA SÁNCHEZ ALBORNOZ, Mª Cruz. La Biblioteca Real desde Nápoles a Valencia. En: La Biblioteca Real de Nápoles. En Tiempos de la Dinastía Aragonesa.[CD-ROM]. Valencia: Generalitat Valenciana, 1999 . ISBN 84-482-2110-9.

El declive de la biblioteca alfonsina comienza en el siglo XV por los conflictos políticos que sufre la ciudad de Nápoles y que provocan el expolio de la biblioteca por Carlos VIII en la guerra de los franceses contra los españoles en el sur de Italia en 1495; también ese mismo año Alfonso II abandona Nápoles con destino a Sicilia, llevándose con él un gran botín con joyas y objetos de gran valor entre los que destaca una parte de las obras albergadas en la biblioteca real. El prestigio y la importancia que esta biblioteca había llegado a alcanzar por sus importantes códices y manuscritos y  la decoración de sus encuadernaciones sufre un gran golpe con los acontecimientos del siglo XV.

Más tarde en el siglo XVI, Federico, el útilmo rey de Nápoles , vende parte de la colección de la biblioteca al cardenal de Amboise; tiempo después  su heredero Fernando, tras su boda con Germana de Foix, recibe el título de virrey de Valencia y allí fija su residencia, en el ya desaparecido palacio real, donde tras pedirle  sus correspondientes bienes patrimoniales a su madre  trasladó la  parte restante de la Biblioteca Real de Nápoles a una estancia del Palacio que en su tiempo destacó por su ostenticidad. Pero al no tener descendencia legítima  Fernando legó todos sus bienes, entre ellos la biblioteca al Monasterio de San Miguel  de los Reyes.

Así y en sucesos posteriores fue como las obras de la biblioteca acabaron repartidas por bibliotecas y monasterios no solo de España sino también encontramos obras que en su día pertenecieron a la biblioteca alfonsina en Francia o Italia, entre otros.

La Historia de la Biblioteca de Nápoles

TOSCANO, Gennaro. La Formación de laa Biblioteca de Alfonso el Magnánimo: Documentos, Fuentes, Inventarios.En: La Biblioteca Real de Nápoles. En tiempos de la dinastía Aragonesa.[CD-ROM]. Valencia: Generalitat Valenciana ,1999 . ISBN 84-482-2110-9.

La transformación de Alfonso V en un monarca humanista  se acentuó tras la conquista de Nápoles, con la creación del arco del triunfo en la fachada del Castel Nuovo y la organización de la biblioteca en su interior; biblioteca que estuvo primero organizada en el Castel Capuano, puesto que cuando se produce la conquista de Nápoles el Castel Nuovo estaba en ruinas y hasta el final de su reestructuración en 1455 las colecciones de libros no se trasladron a sus dependencias en el Castel Nuovo.

Desde sus primeros años de vida la biblioteca albergó un gran número de copistas y blibiógrafos, que al servicio del rey  se encargaron del buen funcionamiento de la biblioteca; pero son los años centrales del siglo XV los más importantes para la biblioteca, que se encarga de la realización de numerosos códices  y  la compra de biblias y misales, de los cuales el rey encarga  encuadernar un par para la Capilla Real , lo que resalta la devoción del rey por las sagradas escrituras, como destacan  varios libreros y escritores de la época.

Es evidente el interés personal del monarca por los temas relativos a la biblioteca, tanto es así que en  1453 manda la compra de veinticinco textos que llenaran las lagunas que tenia la biblioteca en algunas materias; estos textos corresponden a clásicos latinos  de Ovidio y Horacio entre otros.

A la muerte del rey Alfonso V su hijo el infante Ferrante pasó a ocupar su lugar en el trono de Nápoles, fue durante su reinado que la biblioteca alfonsina se reestructuró  pasando a ser Giovanni Brancati, humanista del círculo cercano el director de la biblioteca real, además también fue durante el reinado de Ferrante que el invento de la imprenta llegó a Italia.  Durante los siglos venideros, con los sucesores del Magnánimo la  biblioteca siguió con su actividad  incrementando el número de manuscritos, códices y libros e interesándose al igual por la decoración de estos en los diferentes estilos como la miniatura.

Precedentes de la Biblioteca de Nápoles

TOSCANO, Tobia R. La Literatura en Nápoles en la Época Aragonesa. En: La Biblioteca Real de Nápoles. En tiempos de la dinastía Aragonesa.[CD-ROM]. Valencia: Generalitat Valenciana ,1999 . ISBN 84-482-2110-9.

La creación de la Biblioteca de Nápoles no se debe a un hecho casual o una idea repentina del monarca Alfonso V sino que desde muy temprana edad el interés del entonces infante por la compra de libros es evidente. A los 17 años hace el primer inventario de sus bienes entre los que destaca su  pequeña colección principesca de 24 libros sobre todo obras de historia. Su pasión por los libros aumentó con el paso de los años y en 1413 le pide a su tía la reina Blanca de Sicilia una Biblia en francés. En 1417, su pequeña biblioteca palatina cuenta ya con 61 libros; entre estos títulos figuran varios textos en francés, catalán, castellano e inglés. El infante convertido ya en rey sigue muy interesado en la adquisición de manuscritos y la elaboración de códices y tras la derrota de Ponza es enviado como prisionero de guerra a Milán donde entra es tratado como un invitado de honor y entra en contacto con Filippo Maria Visconti, señor de Milán, y queda impactado por la biblioteca que este ha construido en Pavia que es la más importante de las bibliotecas señoriales en el reino de Italia. El contacto del monarca con  una de las bibliotecas más importantes de toda Europa acrecienta sus ambiciones bibliófitas. Tras llegar  a un pacto con Filippo, Alfonso abandona Milán rumbo a Gaeta, ciudad conquistada por uno de suss hermanos, y alli se rodea de  un círculo de humanistas que se convertirán en sus mejores asesores , uno de ellos destaca especialmente Antonio de Bologna quien se encargara de la educación del infante Ferrante. En 1442 , Alfonso el Magnánimo conquista Nápoles  y diez años después para conmemorar su victoria ofrece a la ciudad una obra majestuosa y duradera el arco del triunfo hecho de mármol de carrara situado en la entrada del Castel Nuovo donde comop ríncipe humanista interesado por las letras organiza su biblioteca en el interior de este castillo como símbolo del esplendor de las letras en Nápoles.