Antonia Maymón Giménez

Antonia Maymón con su alumnado en Beniaján

 

El final del siglo XIX y principio del XX fue una época de cambio en España, que se encontraba en un momento de transición hacia la modernización. Surgieron nuevas ideologías políticas que versaban sobre la erradicación del tradicionalismo y la mentalidad conservadora. Antonia Maymón destacó en este contexto con su innovadora línea de pensamiento, ya que fue una importante pedagoga racionalista y naturista con una gran actividad política en el movimiento anarquista.

Tuvo la fortuna de poder desarrollar una educación formal, dentro de los convencionalismos de la época y la norma que separaba a los hombres de las mujeres en la enseñanza, y cuando consiguió completar su carrera de magisterio se estableció en Zaragoza, donde contrajo matrimonio con el profesor racionalista Lorenzo Laguna. Se convirtió en una colaboradora activa de la Escuela Moderna de Francisco Ferrer Guardia, y en su boletín escribió a favor de la renovación pedagógica propuesta por este revolucionario proyecto educativo. A su vez, la maestra tuvo una importante implicación en la prensa local, ya que formó parte del equipo editorial del periódico quincenal Cultura y Acción, fundado en 1910 por el anarquista Manuel Buenacasa.

Su activismo la llevó a participar en las campañas contra la guerra de Marruecos en 1911, lo que dio como resultado su persecución. Durante ese tiempo, encontró refugio en la casa de la propagandista libertaria Teresa Claramunt, quien también fue procesada por los mismos hechos. Finalmente, fue detenida y deportada a Francia, donde falleció prematuramente su esposo. La amnistía general decretada en 1913 permitió el regreso de muchos exiliados, incluyendo a Antonia Maymón, quien a partir de entonces combinó sus constantes colaboraciones en la prensa anarquista con su labor docente en diversas escuelas catalanas.

Durante la dictadura de Primo de Rivera, Maymón fue una escritora prolífica, destacando por sus artículos en La Revista Blanca, una de las principales revistas teóricas del movimiento libertario y anarquista español, donde defendió la elevación de la posición socio-económica de las mujeres, rechazando los cánones de feminidad impuestos por el patriarcado. Además, la maestra tuvo un papel destacado en otra de las corrientes de pensamiento que empezaban a expandirse en la época, el naturismo, una doctrina que preconiza el uso de agentes naturales para el cuidado de la salud y la prevención de enfermedades. Estas ideas se reflejan en diferentes artículos, como por ejemplo los de la revista Ética, dedicados a la educación individual, la filosofía y el arte.

En lo que respecta a su paso por Elda, después de ejercer en Terrassa durante un año académico (1928-1929), Antonia Maymón se trasladó a la ciudad alicantina en primavera para asumir la dirección de la escuela racionalista de la localidad. Este cambio de ubicación fue documentado en un breve artículo de la revista Naturismo, que decía lo siguiente: «Nuestra colaboradora Antonia Maymón, después de ocho días en esta ciudad (Barcelona), se ha trasladado a Elda, en donde fijará su residencia» (nº 109). Durante los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera, Antonia Maymón permaneció en la escuela racionalista de Elda. Esta escuela había surgido a principios de la década de 1920 y recibía apoyo de grupos libertarios asociados a la Federación Local de la CNT-FAI. Con el propósito de fomentar la educación y difundir sus ideales, la escuela se encontraba en el edificio de la CNT, en el primer piso de la calle Menéndez Pelayo, número 11, justo al lado del cuartel de la Guardia Civil. Además de las actividades educativas, el lugar contaba con una amplia sala que también se utilizaba para realizar mítines y celebrar reuniones de los trabajadores. Oara ejemplificar su funcionamiento tenemos este cuadro publicitario:

Alberto Navarro Pastor: «Un nuevo título en la prensa periódica de Elda: Guerra social», Alborada, Elda.

Por otra parte, a la hora de abordar su labor como docente, destacan los testimonios de antiguos alumnos como el de Francisco Santos García (Molina & Agulló; 2014), el cual relata las innovadoras formas de educación que practicaba la maestra, así como la diversidad de edades y la coeducación que permitía la Escuela Racionalista.

Había muy pequeños, de 6 o 7 años, otros mayores de 12 o 13; se practicaba la coeducación («había chicos y chicas»); no existían los castigos físicos («D.ª Antonia no utilizaba castigos, de castigos nada, ninguno, no hubiéramos ido allí») […] y aprendían los valores de solidaridad, pacifismo, respeto y agradecimiento a los luchadores por la libertad”.

En lo que respecta a su actividad política en la Segunda República, Antonia Maymón desarrolló una prolífica producción escrita en la que expresaba sus críticas hacia el sistema republicano. Estos artículos, cargados de actualidad, se transformaban en auténticos reportajes periodísticos, implacables en su evaluación de los primeros meses del Gobierno republicano, y se apartaban un tanto de su estilo reflexivo característico.

Sin embargo, de manera gradual pero constante, las desilusiones por el trato del régimen republicano hacia los trabajadores se propagaban, y junto a ellas, las protestas. Un ejemplo notable de esto tuvo lugar en mayo de 1932 en Elda, donde las manifestaciones condujeron al cierre del sindicato, el ateneo y la escuela racionalista. En ese momento, Maymón ya no se encontraba en Elda, pero la clausura de la escuela que había dirigido hasta hace unos meses y la detención de sus compañeros debieron ser para ella una prueba adicional del aumento de la represión hacia el movimiento obrero, que se mostraba descontento con las acciones del gobierno republicano de Manuel Azaña. Esta situación reflejó, a su vez, una preocupante tendencia en el trato hacia los trabajadores que se veían indefensos ante una situación de crisis económica continuada y el freno de las reformas sociales por parte de los sectores conservadores.

Con el final de la Guerra Civil en 1939 y la victoria del bando sublevado, la represión se institucionalizó mediante la sanción de leyes como la “Ley de Responsabilidades Políticas” o la “Ley de la Supresión de la Masonería y el Comunismo”. En este período, Maymón fue arrestada y condenada a prisión hasta su liberación 1944. Trágicamente, su salud física se deterioró considerablemente debido a su prolongado encarcelamiento. En 1959, falleció en Murcia, habiendo experimentado otro periodo de reclusión que había agravado su frágil estado de salud.

Fuentes y bibliografía:

  • García Maroto, M.ª A. (1996). La mujer en la prensa anarquista. España 1900-1936, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo.
  • Gómez Casas. (1977). Historia de la FAI , Zero.
  • Solà Gussinyer, P. (1976). Las escuelas racionalistas en Catalunya (1909-1939).
  • Iturbe, L. (1997), La mujer en la lucha social, México, Editores Mexicanos Reunidos, 1977.
  • Íñiguez (2001). Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español. Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo.
  • Molina Beneyto, P., & Agulló Díaz, C. (2014). Antonia Maymón. Anarquista, maestra, naturista.
  • Navarro, J. (2002). Ateneos y grupos ácratas. Vida y actividad cultural de las asociaciones anarquistas valencianas durante la Segunda República y la Guerra Civil, Valencia. Biblioteca Valenciana.
  • La Revista Blanca [en línea]. Madrid, Biblioteca Nacional de España (Colección: Anarquismo) [consulta: 2 de junio de 2023]. Disponible en web: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/card?sid=2790330.
  • Naturismo, n.º 109, abril de 1929, Barcelona.

Autoría: Sergio Arribas Hammoudi

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